martes, 24 de abril de 2007

Improvisación desafinada

Tengo el medio, tengo la inspiración, tengo las ganas, tengo el tiempo; pero, podré escribir algo que sea agradable? Tengo el presentimiento que podré hacerlo. Resulta que tengo que escribir algo que sea entretenido, que no aburra al lector, que no me aburra yo escribiendo. Sé que es difícil; pero, podré hacerlo? Ya estoy dudando, hay que hacer todo lo posible. Conozco a muchas personas que se entretienen con historias muy trabajadas y complicadas, complejas. Una vez traté de escribir una historia así; pero, creo que se me pasó la mano y me salió un bodrio. También hay personas que les gustan los cuentos fantásticos e impredecibles, como el que trata acerca del...... Sí pues; pero, esos si no me salen para nada, se me hace difícil producir algún ser inimaginable o una situación maravillosa e impactante. Una vez traté de escribir y contaba acerca de un ser mitológico que se me aparecía y que yo nunca lo conocí y nunca lo conocieron y..... Ven! Y así comencé y después me trabé con todo eso y por eso que lo dejé; pero, conozco también a varios que les gustan las historias desalieniadas, mal hechas, confusas, nada sugestivas y avergonzantes, como el que estoy escribiendo ahora, para todos ellos les vas este cuento. Felizmente se hacer algop bien, una cuento masl hecho, creo que he nacido para eso y aquí lo plasmo para todos ustedes; pero,......

sábado, 21 de abril de 2007

Habladores

¿Qué molesto es que alguien desconocido le dirija la palabra, no? Pues eso es lo que me pasó hace un instante. ¿No lo recuerda? Fue hace unos minutos en que me vine a sentar a su lado señorita. Fíjese usted que yo estaba al fondo de este microbús, muy tranquilo por cierto; fue cuando se acercó este personaje muy hablador. ¡Y se sentó a mi lado!, y yo que odio a las personas parlanchinas. ¿Me comprende señorita? Fue cuando este individuo comenzó a hablar, solo, pero en voz alta, sin que nadie le dijera o preguntara algo. ¿Qué falta de educación, no le parece? Hablarle a un desconocido sin antes presentarse, o al menos excusarse de su error; pero no... este sujeto comenzó a soltar su monólogo, seguro para que alguien le prestara atención. ¡Qué sinvergüenza! ¿No cree? Bueno, como le decía, este ser repugnante inició la charla con la persona que estaba a su derecha ¡Pobre hombre! Y yo que estaba a su siniestra, escuchaba perfectamente los temas que se estaban tocando en esa conversa. ¡No creerá que soy un chismoso! Le pregunto esto porque a dibujado usted en su rostro un signo de incomodidad. Pues como le decía, como todo buen sociólogo, debo estar presto a cualquier fenómeno social que se me presente. Y este hecho era muy singular como verá. Pero sigamos con el relato. Entre el parlante y el parroquiano se desató un diálogo que se caracterizó por los temas políticos y económicos del país, del cual yo no estaba muy informado. Señorita, ¿Usted se encuentra bien? Para que se reponga, proseguiré. Luego de una larga charla, que como usted ya supone, me irritaba al extremo, el pasajero se despidió del hablador y se bajó en el paradero más cercano. Ja ja ja, seguro el pobre estaba también molesto por la actitud del incorregible parlamentador. Pero, la huida de ese parroquiano sería mi desdicha, pues su siguiente blanco sería... ¿A qué no adivina? ¡Pues yo! Si amiguita, lo que tanto había temido tenía que ocurrir y de que manera; de una forma inoportuna, desastrosa, entre balbuceos e incoherencias, sin tiempo a tomar una medida que contrarreste esta situación. Seguro usted señorita, que se le ve muy sabihonda, se preguntará ¿Cuál fue la actitud ante las hostilidades del lenguaraz? Bueno, una de mis tácticas fue la de mostrarme muy irresoluto. ¿Porqué? Pues, eso lo hice para bajarle sus defensas. Luego esperar que tocara temas panegíricos, con los cuales se distraería, ya que sólo hablaría de sí mismo, se olvidaría de mi presencia y... ¿Me esta escuchando? Y aprovecharía ese momento para escaparme, con una magistral acción, que sólo lo conocen sociólogos como yo. Seguro que piensa que huir del parlanchín fue una actitud muy pueril, lo sé, lo sé; pues le digo, todo vale con tal de salir de las manos de un verborreico empedernido. Creo que al fin me da la razón señorita; disculpe, ¿Ya se va?, pero todavía tengo otras experiencias y anécdotas que contarle. Oiga, ¿Porqué me lanza esos improperios?. Sólo le conté una pequeña historia, señorita, señorita...

Ensimismamiento

Escuchando sobre la economía peruana en la época virreinal me hace recordar mucho a José Carlos Mariátegui y sus 7 ensayos, justo el primer capítulo habla sobre ese tema: la evolución de la economía en el Perú. Es muy interesante lo que dice, pues te explica según la... Ahora que hablo de él, una vez en el colegio me dejaron una tarea sobre ese libro, me acuerdo que sufrí con muchos compañeros para realizar este trabajo; la explicación es sencilla, en ese tiempo no leía. Como decía, en el colegio... Hablando de no leer, mi primer libro, en este caso novela, que devoré con intensidad fue La metamorfosis de Franz Kafka. Una joya de la literatura universal. Esta novela es una gran metáfora acerca de la alienación que sufría el hombre por la presión de la sociedad. Pobre del Gregorio Samsa, qué manera de convertirse en insecto y ser excluido por su familia y… Hoy tengo una reunión familiar, tenía que llegar temprano a casa para asistir al cumpleaños de mi tío Carlos. Todos mis hermanos sentimos un gran afecto por él, siempre nos… Justo hoy, uno de mis hermanos tuvo un pequeño problema en el colegio y quizá no vaya a la reunión, se trompeó con unos... Recuerdo cuando una vez me peleé en el patio del colegio, en ese mismo patio, ya que mi hermano está en el mismo colegio donde yo acabé, bueno, la riña fue por una compañera, la empujaron de forma cobarde y yo... Una compañera que nunca olvidaré es Isabel, me enamoré perdidamente de ella en el 4to año de secundaria; que no habré hecho por ella, si una vez en la salida grité con todas mis fuerzas: ¡...! En la academia una vez un profesor me gritó con tanta fuerza, tan estentóreo, que por un momento temí a que me echara de clases. Qué extraño, siento justamente esa presión que uno experimenta cuando le gritan.

-¡¡¡Farach!!!
-Sí profesor.
- ¿Estas prestando atención a la clase?
- Claro que sí profe.
- Haber dime algo acerca de la economía peruana en la época virreinal.

Este profesor de Procesos socio-económicos, no se parece nada al que tuvimos el primer año, me acuerdo que a ése le decíamos Espartaco, le pusimos ese apodo porque... Mi papá vio esa película como 10 veces, cada vez que la vuelve a ver me dice que...