viernes, 30 de mayo de 2008

Arquepito


Es una figura con elementos digníficos, desde un cetro en la parte superior, y su base tres patas reclinables, maleables. Una  mesa en la parte central sirve para servir de algo, para no ser sólo un objeto sin importancia. Un cajón en la parte trasera asevera su tranquilidad insoslayable, guardar y otorgar, el valor del Arquepito.

viernes, 23 de mayo de 2008

Dile pues

Mi pie derecho le dice a mi cabeza: ¿Cómo haces para no marearte?
Mi cabeza, por medio de mi boca, le responde: Ya estoy acostumbrado.
Se escucha una voz netre la conversación.
Es el pie izquierdo: Dile pues. El derecho tartamudea, la cabeza se desespera.
¿Podemos ir para allá?

A los minutos camino de cabeza.

Continua huyendo

- ¿Sientes el viento?
- Está muy fuerte, ¿no has traído algo que te abrigue?
- Para qué, me gusta el viento, felizmente no traje chompa porque mamá de seguro me la ponía de inmediato
- ¿Si tampoco está tu mamá?
- Ah..., es cierto, bueno, me alegra que no esté mi mamá porque seguro me gritaba por no traer mi chompa.
- Pero deberías pensar en que te puedes enfermar, le puedes dar un susto a tu viejita...
- Al lugar que vamos no necesitamos chompas, ni mamás, mucho menos tener que hablar por compromiso.
- ...
- Pero no te resientas hombre, contigo no es así. Ja, ja, ja. Cuando no resentido. Toma, sólo un sorbo.
- ¡Qué buen café!
- Felizmente traje la receta de mamá, y felizmente no viene sino ya estaría gritándome por huir.

Relato que, apesar de la sobriedad mostrada, tiende a demostrar la alegría de un suceso que cierta manera, u otras, aplacan la ira de un ser

Está lloviendo

sábado, 10 de mayo de 2008

Decisiones

Aprieto fuerte el lapicero en el papel. Sudo, mis manos tiemblan y me siento desfallecer. El reloj marcan las 2 de la tarde y apenas siento la brisa otoñal en mis pies. Tomo el papel firmado y se lo entrego al guardia. La última vez que veré mi celda. Suspiro me y acerco a lo que será mi último recuerdo: una cámara de gas. Puedo no haber firmado y escaparme, pero la incertidumbre me llama: voy a morir. Prometo escribir de lo que pase después cuando esté allá.

jueves, 1 de mayo de 2008

Romperle la cara a alguien parece tan fácil

Lo vi, tan de cerca, apenas a unos pasos. Lo tenía al frente, con los ojos evadiéndome, con la sonrisa disimulando el miedo. Él sabía que quería golpearlo, parecía olerlo. Lo tomé del cuello de la camisa, levanté el brazo derecho que ya formaba un puño y arremetí contra su rostro estúpido. Dos, tres, lo hice con furia, mientras él recibía con resignación. Toma mierda!!! Su rostro me daba gracia, verlo pedir perdón. Lo solté dándole los últimos golpes, patadas, toma mierda! La universidad reventaba en curiosos...
A la mañana siguiente me suspendieron todo un ciclo, además que tenía que pagarle las medicinas al cojudo ése, que me denuncio por agresión.