domingo, 28 de septiembre de 2008

27 de setiembre (00:24 am.)

Comenzó a llover. Parece que la noche seguirá así. No sé si es un broma de mal gusto o un signo de mala suerte, pero aquí está, la lluvia presentándose por última vez por estos cielos.

Tal vez sea una despedida sencilla, un comienzo inesperado a una nueva etapa.

viernes, 26 de septiembre de 2008

26 de setiembre (8:15 pm.)

Nuevamente Borges en mi vida. Historia universal de la infamia aparecerá entre mis manos por un pequeño, pero interesante periodo (el libro tiene nomas de 100 páginas, pequeño, letras grandes a espacio y medio).

Narra historias fascinantes de personajes que se atrevieron a desatar las peores fechorías y darle un poco de diversión a este mundo tan correcto. Personas que andaron libremente dejando sus cadenas de máquinas del sistema, para convertirse en libres espíritus, ángeles demoniacos. Al acabarlo les brindaré la reseña correspondiente.

26 de setiembre (3:56 pm.)

Morir es una de los proyectos más búscados, pero menos ejecutados. ¿Quién no ha pensado alguna vez en dejar su cuerpo inerte en algúna playa, colgado con alguna soga hecha de sábanas, destruido en alguna acera, incrustado en cierto automóvil de la vil ciudad?

Salió el sol demasiado temprano. Mis ganas de vivir apaciblemente terminaron demasiado temprano hoy. Esperé que sea un espejismo una mala broma, pero siguió hasta las 4, 5, 6 de la tarde.

Sólo quiero irme a dormir y que se acabe esto.

jueves, 25 de septiembre de 2008

25 de setiembre (4:34 pm.)

Hoy, luego de casi un mes de constantes viajes en microbús, sentado horas en bancas de parques, en las bancas de la universidad, luego de horas de clases desperdiciadas, terminé de leer Los detectives salvajes de Roberto Bolaño. Comenzaré dando mis apreciaciones sobre la obra.
En un primer momento, cuando compré la novela sin saber bien de sus críticas o comentarios, leí el argumento que siempre colocan en la parte trasera de las novelas aún desconocidas para enamorarme de la obra. Quisiera, antes que nada, dar un breve comentario por el argumento que pusieron los editores en la contratapa de la edición que compré.
En el argumento se aprecia que la historia trata de dos jóvenes que están en busca de su musa creadora, la fundadora del realvisceralismo: Cesaréa Tinajero. Debo recalcar que cuestiono esta sentencia. A mí parecer, la historia central de la novela trata acerca de la búsqueda y como ésta termina siendo la vida resumida de Arturo Belano y Ulises Lima, grandes seguidores de Tinajero y que pretenden continuar con la obra de su musa. Si bien es cierto en una parte de la historia se centran en la búsqueda de la poeta vanguardista, no es el hilo de toda la obra.
La estructura de la novela es la siguiente: Inicia con una introducción a los personajes desde la visión del joven poeta (por no decir fantasmal figura, pues no se sabe nada de él en los documentos de 1976 hasta 1996) Juan García Madero traducidos en la forma de un diario.La siguiente parte lo comprende un ciclo de 20 años, en los cuales se desentierran historia o vivencias de cada uno de los poetas real visceralistas y personajes relacionados a ellos. Como es razonable, la gran mayoría de estas narraciones (que están escritas muy bien, acierto del escritor chileno, de una forma periodística, como si fuera una entrevista íntima que convierte, al supuesto entrevistador y al lector, en figuras omnipresentes de las historias que se narran) se centran en los jóvenes poetas, protagonistas de esta gran novela. La última parte es la continuación de los primeros diarios de García Madero. Cabe resaltar que el salto de años, este confusión anacrónica, que se manifiesta en toda la lectura, le brinda un matiz especial y divertido, que continúa hasta la última página de la historia.
580 y tantas páginas hicieron que en un mes me convirtiera en un detective salvaje más y, además, en un seguidor del realvisceralismo. ¿Quieren ser uno de los nuestros? Lean la novela y únanse al grupo.

24 de setiembre (sin hora)

Lo de este día lo escribí hoy (25 de setiembre) y lo que escriba para el 25 lo escribiré hoy. Sin complicarle la cabeza a alguien, hoy escribiré 2 páginas de este diario hoy.
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No llores, te instalaré en tu vientre
contaré hasta tres
seguiré conteniendo mi rabia
pero no llores.

Mantendré a mis dioses bajo la almohada
ocultaré mi verdad entre mis cabellos
seré tu hombre perfecto
pero no llores.

Cuidaré de ti cuando seas anciana
veré a tus hijos
pagaré tus rentas
obecederé cual can despreciable
pero no llores.

Al final, cuando el sol aparezca
y mis latidos cesen de gritar tu nombre
me acurrucaré en tus hombros
pequeños hombros
y te susurraré
que no llores más.
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Hoy fue un día innenarrable.

23 de setiembre (6:00pm.)

Hoy me encontré con un Arquepito. Creo que será mejor que lo exponga en esta pequeña vitrina:





Tendencia impredecible.


Presencia pueril, cataclismo demagógico. Sueño con tus brazos y la fatalidad me abraza. Arquepito onírico, me innunda de sutileza y fantasía. Velocidad de huída, últimamente amenazadora, pretendo cazarte, exprimirte al extremo. Temo por mi vida, temo perderte. Candoroso invento, tendencia incrédula.
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Esto es un Arquepito. Instrucciones: Lee la descripción, observando la figura y escarbando en tu corazón.

lunes, 22 de septiembre de 2008

22 de setiembre (7: 40 pm.)

Registro mis vivencias temprano pues estuve haciendo unas tareas y aproveché el momento. Escuchando un híbrido de blues, jazz, rock; eso a que le llaman progresivo. Mientras trato de narrar lo poco que me pasó hoy.
Como planeé ayer, fui en busca en algunos libros que rellenaran mis biblioteca personal. Me parece absurdo en algún país los libros estén tan caros. Ya uno no puede disfrutar de un libro, de gran calidad y presentación sin tener más de 30 soles en el bolsillo. Hice todo lo que pude: Un viejo librillo de "supuestos" Cuentos completos de Alejo Carpentier. Más tarde un compañero me hablaría de un cuento de Alejo que no estaba en esta supuesta colección completa. Mediana decepción. Precio: 9 soles. Estado: viejo, hojas amarillas, pero en bueno, sin heridas. Edición: Popular, portada simple.
Luego la búsqueda del tesoro. Lo que lo que el coloquio llama suerte; en ciencia, probabilidad. Buscar al tal Kundera, espero no ensartarme como lo hice el año pasado comprándome esos peruanos que de escritores son buenos peruanos. Encontré versiones de altos precios (superaban los 27 soles y sólo me quedaba 21). Estuve a punto de rendirme, pero llegué al último puesto, el de mi casero.
-Buenas maestro -decía ya buscando otro libro-. Tendrá por si acaso La insoportable levedad de ser de Kundera.
-Sí lo tengo, espérame un rato.
-Pero, ¿cuánto está...
Y salió corriendo a mostrarme el libro. 18 soles, me dijo. Vi la edición, una de las mejores. Lo observé bien tratando de sacarle el truco a esta venta. En la parte de atrás mostraba una mancha, tal vez mojado con café, tenía las hojas y la portada de atrás arrugada, y algunas hojas de adentro pegadas levemente por el líquido. De ahí todo bien. Me lo llevo, dije sin chistar. La suerte me siguió desde que entra a Quilca. Precio: 18 soles. Estado: Manchado en algunas partes de la final del libro, contra portada un poco arrugada, por lo demás, OK. Edición: Perfecta, de esas que parecen un rompecabezas.
En resumen. Hay que buscar bien en Quilca, y si no tienes plata, ándate a la vuelta, en Jirón Camaná, siempre hay algo para el bolsillo.

domingo, 21 de septiembre de 2008

21 de setiembre (8:08 pm.)

He recibido un aguinaldo (por no decir otra cosa que denote miseria o necesidad de dinero) y lo invertiré (como siempre) en libros, una parte, y lo demás para salir con Leticia que hoy está enferma (tienes gripe, tos, le duele el cuerpo, la cabeza, tiene fiebre). La llamé en la tarde y hablamos un buen rato esperando que se recuperara pronto.
Luego comencé a pensar en los posibles libros que compraría. Estoy en un etapa en mi vida en donde los libros de mis grandes maestros están ya metidos en el estante de mi cuarto. Desde un buen tiempo compro libros de autores no que son conocidos, pero se mantenían alejados de mi campo visual o de mi conocimiento literato. Fue así que conocí a Roberto Bolaño (que fue un gran acierto), fue así como conocí a un tal Neyra Magnana (no sé si es así), un sociólogo peruano egresado de la Católica y a un viejo bigotón que reside en China y que escribió un libro: Blues de un gato viejo, también peruano... Ambos terriblemente malos. Sin mentir, llevé esos libros a la universidad y los vendí a los primeros incautos que se cruzaron. Con aquel dinero conocí otro libro de Sábato que no sea El túnel: Abbadón el exterminador. No lo he leído, pero el autor ya dice algo.
Y así es la vida de los pobres jóvenes que propugnan por algún día ser narradores. Sin algún mentor que les diga lee esto, lee aquello. Así nos desplazamos por el largo camino de la literatura, entre perdedores y geniales, conocidos y desconocidos. Así se encuentran los grande tesoros de la literatura. Mañana en Quilca, tal vez conozca a un tal Kundera.

sábado, 20 de septiembre de 2008

20 de setiembre (10:39 pm.)

Hoy recordé que esta semana ha sido muy productiva para mí. No lo digo por las sesiones maratónicas en la universidad o las tareas inacabables que me dejan en ella; sino que en esta última semana terminó esta temporada infértil, improductiva, infausta. Luego de casi meses de para pude escribir un cuento que llenara de expectativas mi cabeza desordenada. Uno apenas lo he comenzado a escribir y el otro sigue aquí (ahora me estoy golpeando la sien derecha con el dedo pulgar) en mi cabeza, esperando ser materializada.

Y se lo conté todo, o más bien le explicaba a Leticia lo que serían mis cuentos y el proyecto de un libro de cuentos que tengo. Si bien no tengo, todavía, la suficiente experiencia, calidad, en escribir narraciones, pienso yo que voy por buen camino; esperando por supuesto que este maldito diario me esté cultivando en el arte de escribir.

Y hoy mi vida se desarrollo así. Esperando, o tratando, de que la novela de 530 y tantas páginas de un chileno bien muerto, acabe de una vez.

viernes, 19 de septiembre de 2008

18 de setiembre (00.00 h)

Me detengo. Oigo tu voz, retrocedo, en aparente vigilia. Mis ojeras crecen, crean un agujero negro. Absorbe y absorbe, se lleva todo, mis hojas, mis escritos. Anacronismo, ácratas.

12:00 ó 00:00; o tal vez sólo un reloj desparramado en muerte. Soledad, ven llévame, lejos, donde sólo tu puedas ser mi compañía. Todo se lo lleva el agujero... es blanco... se ha llevado hasta el color.

Puedo sentir tu dolor. El tiempo se congela, me corta en pedacitos, suéltame, cógeme, muerde, excítame. Se encienden las luces. ¿Qué día es hoy?
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Uno donde las 2 es sólo dos días más después de un largo periodo de 30 ó 31, o en el mejor de los casos de 28 ó 29. Hipótesis demostrada, estoy en un sueño... esto no pasó ayer...

19 de setiembre (10:48 pm.)

Mi vida parece desmoronarse. Apenas y he logrado tener un respiro de mi maratónica vida llena de sonrisas, calor, amigos, sexo, cigarillos, Leticia, tareas, muertes (murió un gran amigo hace unos días), etcétera, y apenas he podido escribir hoy en este maldito diario que nadie se atreve a leer.

Parece que escriba o no el único gran lector soy yo.

Así que trataré por todos los medios escribir todos los días sólo por mí.
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PS: Hace días que me han salido unos ojos extraños en mi espalda. Hubiera preferido mil veces unas alas.

sábado, 13 de septiembre de 2008

13 de setiembre (5:45 pm.)

Hoy me encontré con Rotalio el Teis. Me saludó desde una nube muy gris, apunto de estallar en una garúa de aquellos tiempos en los que el invierno era respeto. Me preguntó por Leticia y hacíamos balances generales del 1 y 3 meses que tenemos juntos. Vas por buen camino, me dijo y al instante recordó nuevamente su historia de amor, la más grande historia de amor.
Le subí a su nube algunas provisiones para seguir su vieja al otro lado del mundo (el invierno es más fuerte por allá, así que necesita ir preparado). Nos despedimos afectuosamente, diciéndole antes que le mandara saludos a mi doble en la antípoda.
En lo que continuó de la tarde el frío primó en la soledad de este cruel sábado.

viernes, 12 de septiembre de 2008

12 de setiembre (10:34 pm.)

La clase estuvo buena hoy, será porque hablé como nunca he hablado en clase, y la gente como que se sorprendió un poco; creo que ni tanto (saben de mi capacidad). Me quedé con las ganas de terminar la separata de Nugent, la acabaré en cuanto pueda.

Por la tarde salió nuevamente el sol. Creo que el invierno dice nuevamente adiós, y parece que cada año el invierno va desapareciendo de a pocos. Habrá un momento en la historia en que hará sol todo el puto año. Será el día que me mate. Una vida sin La gris es como no existir, es como si yo ya no sonriera, ya no hablara ni caminara.

Unas horas después apareció Leticia por la universidad. La demasiada tarea que tenía la obligó a venir a mi casa, donde podía utilizar, sin ningún costo, mi computadora y mi cama. Sólo utilizó la computadora. Aún puedo sentir su aroma en el cuarto, sus pequeños dedos en mi teclado. Al dejarla en el paradero sentí una pequeña brisa otoñal y una garúa nimia que no llegaba a distorsionar mi visión, a empañar mis lentes. Grité adiós en un silencio que se hizo eterno. Adiós invierno cruel y traidor, bienvenido sol primaveral.

11 de setiembre (11:32 pm.)

Me entretuve leyendo a un sociólogo peruano: Nugent (no recuerdo el nombre), que habla acerca de la formación de una identidad, basada en la vida cotidiana, en los quehaceres de los actores sociales en el presente, sin fijarnos en el pasado o en la tradiciones; simplemente dejar estos aspectos a cuestiones estéticas o éticas, la llamada conciencia histórica. Lo más interesante es que toma como ejemplo a J.M. Arguedas con su El zorro de arriba y el zorro de abajo, y su sociedad "hirviente", la conjunción de actores con distinta nacionalidad o procedencia, costumbres, tradiciones, etcétera. Ahora bien, este proceso de creación de identidades se expresa en dos grandes conceptos...

¡Carajo! ¡Qué mierda pasa acá! De la nada apareció un tremendo sol que ha interrumpido mi soliloquio intelectual... ¿Y qué fue con el día de ayer? Pensaba que este invierno duraría unos meses más, pero ha salido este sol primaveral que amenaza con romper el equilibrio que había encontrado en estos meses grises. ¿Será el adiós?

10 de setiembre (9:34 pm.)

Hoy salí de casa un poco más animado. Había algo en el aire que me ponía completamente alerta, dinámico. Llegué a la universidad y las clases comenzaron. Unas horas después me daría cuenta de la causa de mi estado de ánimo, cosa extraña que no fue la visita de Leticia muy temprano en la universidad. Sino que fue algo tan cercano y alejado a mí. Estabamos haciendo un trabajo de la universidad, cuando de pronto las ráfagas de aire gélido danzaban alrededor de nuestros cuerpo. ¡El frío, el frío!

Fue el día más friolento de este invierno corto, demacrado y flácido. Eden se apretujaba en su asiento, ¡Qué frío, carajo!, decía con los dientes que le rechinaban, mientras me observaba incrédulo por la forma cómo sonreía por tal clima.

Al llegar a casa sólo rogé que este clima siga emocionando mis momentos...

jueves, 11 de septiembre de 2008

9 de setiembre (10:00 pm.)

Hoy fue otro día con mucho trajín y poco que contra. Lo que me parece lamentable. Leticia pasó nuevamente el día conmigo y llegué tarde a casa.

PS: Ya quiero acabar Los detectives salvajes, pero la cabeza está que me molesta al momento de leer y el sueño me vence más seguido...

8 de setiembre

Hoy se me ocurrió un Arquepito mientras andaba por la universidad. Muchos (o sólo uno) me pregunta qué carajo es un arquepito, a lo que yo respondo: es un simple objeto que se conceptualiza con valoraciones mías referente a ese objeto, en simple palabras, es la forma como yo veo aquel objeto, tratando obviamente de colocar mis virtudes literarias y una que otra construcción filosófica, existencialista y/o espiritual.

Pero hoy el arquepito no quiso salir, o bueno no quise ponerlo. Debo dejar las narraciones, cuentos u otros clasificables de este tipo para otro lugar que no sea el diario. Pretendo algún día colocar (en vez que una triste página de este diario solitario) un cuento que merezca ser leído (por quienes lo lleguen a leer).

Pensando así mejor pongo un chiste y creo que pasa desapercibido, como esta vida tan, por no decir aburrida, simple.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

7 de setiembre (11:00 pm.)

Ayer salí a comer con Leticia. Todo tranquilo. Luego fuímos a su casa a ver algunas películas, documentales sobre la religión, la creencia en Dios, argumentos que Leticia aceptaba cabálmente. Por mi parte me mantenía escéptico. Es verdad que la existencia de cualquier dios me mantiene en constante cuestionamiento, y que es creación del subconciente humano, de ese instinto de subordinación animal.

Lo dejamos ahí. Aquel documental (para mi pobre punto de vista de estudiante de sociología) no aceptaba aquel testimonio como una investigación científica seria (sin admitir que habían ciertas teorías o posturas interesantes), ante la sorprendida futura periodista cultural y científica, que veía aquella información como una posible crónica, noticia de primeras planas, o periodismo de investigación.

Algunos juegos y el día se acabó volando.
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Eso fue lo de ayer. Hoy es 7 de setiembre, y es el cumpleaños de Leticia. 2o años vividos y decenas por recorrer. Un anillo y par de aretes (de gato) fueron mis regalos. Sentí que les gustaron. En casa con sus padres, hermanos, amigos, uno que otro ex. A las 7:30 de la noche tuve que decirle adiós. Es lamentables tener deberes al día siguiente (su cumpleaños cayó domingo), y el lunes es siempre pesado.

Nos despedimos con esperanzas de nuevos encuentros...

sábado, 6 de septiembre de 2008

6 de setiembre (10:15 pm)

Continuaré con la narración del viaje a Coayllo, ante los hechos tan relajantes que ocurrieron hoy.

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Todos nos miramos las caras; luego, nuestras miradas se fueron tornando hirientes, despectivas, que se fueron posando en la cara del Chino, que miraba a los alrededores... ahora al recordar esa reacción de Chino las risas se me escapan de los poros. Luego de las improperios, insultos, burlas y futuros castigos, no nos quedo otra opción que caminar, caminar los que pudiéramos, hasta que encontráramos a alguien que nos llevase. Felizmente paso una combi, ruta Mala-playa Bujama. Subimos sin dudar. Hasta dónde nos lleva, maestro, dije un poco excitado por esta aventura. Sólo voy hasta Bujama, pero de ahí salen carros para Coayllo, me respondió el cobrador. Volvieron las risas y las burlas hacia Chino, que aceptaba de a pocos las burlas. Llegando a Bujama, las cosas volvieron a lo mismo... No pasaba ningún auto, bus, combi, ni triciclo para Coayllo. Así que estábamos en el kilómetro 90, caminando en medio de la nada.

Soy sincero para decir que me cuesta expresar lo mucho que caminamos, lo mucho que nos cansamos, lo mucho que levantamos el dedo, esperando que alguien nos llevara por autostop. Entre burlas hacia Chino, bromas, y demás situaciones, no aguantamos más y ya no esperamos la movilidad que nos llevara a Coayllo, sino hasta el lugar más cercano al poblado. Luego ya se nos ocurriría algo.

Esa combi fue nuestra salvación, y todo fue ocurriendo en cámara lenta: el cobrador no decía te dejamos en el puente, de ahí hay carros que se meten a Coayllo. Luego, nuevamente en la carretera, un taxi, 35 soles, ni cagando, otro taxi, 4 soles cada uno, ¡claro que le entramos! 20 minutos, Coayllo, almuerzo, encuestas, nísperos (se robaron como tres bolsas llenas), más entrevistas, fotos, alcalde (y su maldita corrupción), nuevamente de regreso a la carretera (esta vez 4 soles, pero en una combi), luego el Soyus hasta Lima, casa y cansancio total.
Conclusiones: Nunca más hacerle caso a Chino. La población de Coayllo debería saber más de los que hacen sus autoridades con el dinero que perciben. Si bien el distrito ya cuenta con luz e Internet, los campesinos son escépticos al desarrollo, siguen dependiendo completamente de la agricultura. Jhonny, Chino y Eden se ganaron con el níspero. Yo, nunca más con ellos hasta allá.

5 de setiembre (10:30 pm.)

Hoy el viento que recorría mi cuerpo tenía un sabor diferente, un peso distinto, entraba más rápido por mis orificios nasales y entraban en mis pulmones con frialdad. Prendí un cigarro y no eran ni las 9 de la mañana en la universidad. Mis compañeros no llegeban y yo sólo me dejaba mojar por la sobria garúa que se esparcía por Lima. La mochila habitual, un poco más de dinero en los bolsillos, unas cuantas providencias (algunos panes que calmen el hambre que profeticé) eran los elementos que me acompañarían en este viaje. Este día lo sentía amalgamarse en mi tiempo.
Con el fenecer de mi cigarrillo fueron apareciendo uno por uno mis compañeros de viaje, mis compañeros de clases en sociología. El motivo del viaje (más por trabajo quepor placer) ocasionaba que mis compañeros mostrar sus rostros más compungidos, agrios y amodorrados. Estando los cinco reunidos en la puerta de la universidad iniciamos el viaje entre espectativas y buenos augurios. Partimos hacia Montenegro.
La avenida (o calle..., creo que más parecía un jirón), se encontraba en la av. Abancay, una cuadra antes de llegar a la av. Grau. Buses a montón, sin contar decenas de vendedores ambulates, cientos de jaladores vocinglerantes y grandes cantidades de basura regadas por las veredas, lo que le daba el toque limeño que caracteriza a toda nuestra ciudad. Sin tratar de regatear subimos al bus más elegante, limpio y modernizado que encontramos. Fue el primer bus en salir, eran las 11 de la mañana.
Aquí acaba la introducción perfecta de cuento urbano, de narración optimista de estudiante universitario. Me senté al lado de la ventana y a mi lado el Chino, más atrás Jhonny con Eden a su lado, y sólo el pequeño Roberto (el más joven de los 5). Entre risas de jóvenes e inexpertos viajeros disfrutábamos de a pocos el paisaje, primero el conocido conglomerado de edificios, personas, hasta convertirse en anchas áreas de cultivo, playas inóspitas y solitarias. A medida que avanzabamos por los kilómetros de la Panamericana Sur, nuestros ánimos iban mermando: Eden dormía, Roberto leía, Chino estaba echado mirando una película (de esas mierdas que pasan en canal 5), y Jhonny y yo mirando el paisaje que se iba creando al avanzar del bus.
A los minutos Chino se levanta asustando a cada uno de nosotros.
-Ya llegamos.
-¿A dónde? -dije yo un poco desconcertado- Estamos recién en el kilómetro 85.
-Tenemos que bajar en Mala para llegar a Coayllo -respondió Chino con la seguridad que lo caracteriza-.
Jhonny se mostraba escéptico ante esta decisión, pero Chino nos había comentado de viajes que había realizado por esta zona, a Chilca para ser más específicos, y estábamos confiando en sus viajes. ¡Chilca! Y todos bajamos en fila india, esperando llegar a Coayllo de una vez y hacer nuestro trabajo. Al bajar el nos percatamos que nos encontrábamos en medio de la nada.

jueves, 4 de septiembre de 2008

4 de setiembre (10:00 pm.)

La vida es extremada preciosa, si tienes a alguien a tu lado, alguien que te dé una sonrisa sin que se la pidas, alguien con quien puedes decir cualquier pachotada y no esperar una mirada extraña a cambio. Cuando por cosas insustanciales se puede morir de risa, cuando cada mirada de vuelve un beso, cuando cada palabra se vuelva una lágrima.

Hoy disfruté de la presencia de Leticia, como siempre la disfruto, de una manera especial, más comprometidos, compenetrados. Hoy podría asegurar que firmé mi contrato de fidelidad eterna a su lado.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

3 de stiembre (10:25 pm.)

Por fin actualizo mi biblioteca personal: Herman Hesse y su Lobo estepario, y uno de mis ejemplos a seguir, Borges, con El informe de Brodie. Ya hace mucho que no compraba libros y me he alegrado en demasía llevarme estos dos ejemplares en la mochila, deseando que me llegue más dinero para obtener más y más ediciones.

Y es que aquí obtener libros es como sacarse un ojo de la cara (que metáfora tan vetusta), y con el fin de no comprar piratas (que abundan, pero mi biblioteca debe tener las mejores ediciones) debo recurrir a los originales, en el boulevard de la cultura Quilca, donde se encuentra de todo, con lo único malo que los precios son absurdos y que no se puede robar ningún ejemplar (los vendedores se protegen entre ellos creando una vigilancia masiva entre ellos).

Siempre he tratado de robar libros en Quilca, pero la posibilidad de atraparme y ganarme el reprobo de los vendedores como que me cohiben de realizar este acto lejano a lo correcto. Por ahora sólo me queda seguir comprando hasta que aprenda las mañas necesarias para salir ileso de estas ideas descabelladas.

martes, 2 de septiembre de 2008

2 de setiembre (9:04 pm.)

¿Por qué me afecta una simple llamada telefónica, un timbre de voz? ¿Un silencio casi perpetuo? ¿Un corazón inseguro, un alma solitaria?

Mi vida va y viene en un interminable sufrir y vivir, morir y alegrarme, parece (sin mentir) cuando jalas la palanca del escusado, retrete o, como decimos los peruanos, WATER; bien resaltado para demostrar que la literatura carece de patrones arquetípicos, siguiendo lineas del buen gusto, o guiarnos por una maldita cultura que no es nuestra. Yo hago mi maldita y nefasta literatura, sin querer llegar al barroco o al vanguardismo, o la mierda del realismo visceral. Quiero, necesito de mi propia manera de escribir...

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Todo las frustraciones del día parecen haber recaído en la primera parte de este diario. Comencé tratando de explicar lo que siento (o sentí en determinado momento), y terminé trasgrediendo sobre mis propios demonios (la poca calidad de mis escritos). Parece que hoy es mi día de decadencia (perdonen la cacofonía, pero no estoy con ganas de buscarle un sinónimo a decadencia) personal.

En universidad estuve de manera muy distinta a la que me siento ahora, casi elevado por un extraña alegría. Ahora, escribiendo estas líneas, sólo pienso en ponerme a dormir y no levantarme jamás.

1 de setiembre

Hoy tuve un día raro. Hoy congrueron miles de sentimientos terribles en un mismo lugar y situación. Pasé de un momento divertido, a estar molesto; de estar molesto a sentirme terriblemente despreciable; de éste a estar triste, solo; de esto a sentirme nuevamente feliz, agradecido; y por último a sentirme realmente extasiado, en el éxtasis de mi maldita existencia.

Luego mi día carecio de sentido...

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Hoy mi viejo se volvió a ir, a trabajar a los lejos, y, lamentablemente, esta casa sin él es más tranquila. Han cesado las balas por algunos meses...