martes, 30 de junio de 2009

Destinos

Mi destino parece ser verte hasta morir. Quedarme espectante mientras otros chicos te cortejan, te hacen reír, te compran cosas, te llevan a salir, te acarician, te besan, te hacen el amor... de manera tan insignificante a comparación de lo que yo haría contigo.
Mi destino parecer ser dejarte ir. No podré hacer nada, no escribiré nada en la lista de Papa Noel, no dejaré de verte a los ojos, no dejaré de sonreírte; eso sí, sin decirte que me encantas y que cada paso, cada movimiento, cada sonrisa que me das al saludarme me obliga a escribirte y morir, con la poemetría en las venas.

lunes, 29 de junio de 2009

Teatrillo barato

Ramón: No me vengas con tus cuentos. Siete vidas no son suficientes para convencerme.
Gato: No son sólo siete vidas, son seis bigotes, dos ojazos y cuatro patas.
Ramón: (Gesto de desesperación) ¡Buscas que te eche agua!
Gato: La vida está hecha de riesgos, yo no le corro a ninguno. Deberías hacer lo mismo.
Ramón: Si te lanzo un perro correrías y ¡ay de ti!
Gato: ¿Y si yo destruyo ese punto en el universo. ¿Qué sería de ti?

sábado, 27 de junio de 2009

Poemetría: Prescripción médica

Tómatelo sin resentimientos
más bien
piensa que sólo será
una despedida
un silencio final entre
tu
y
yo
Cierra los ojos
no cuentes
no pienses

Desapercibido

Me encontré contigo ayer por la tarde. Llovía y tú estabas cabizbajo, un poco triste, a penas y notaste mi presencia. Me saludaste sin ganas, prendiste un cigarrillos, me convidaste uno, y comentamos lo horrible que estuve la presentación. Ni siquiera tomaste la atención debida; ni a la presentación ni a mi disertación. Desde hacía horas que te había notado en la parte delantera del teatro; no mirabas la presentación, sólo el suelo o a los lados. La salir no te despediste de nadie, ni los habías visto; cuando me acerqué a saludarte me miraste confundido. Me diste la mano entre sorprendido y desinteresado; no hablaste mucho. Al acabar tu cigarrillo supe que tenía que marcharme, que de alguna u otra manera estaba boicoteando tu plan.
Hoy en la mañana me enteré de tu muerte. Como siempre pasaste desapercibido para todos.

En clases

Apenas escuchamos los pasos cerca de la puerta, volteamos; como un coro de rostros, como una sinfonía de movimientos. Y los pasos, esos sonidos huecos, desaparecen en el aire; nuestros rostros pierden sentido, lentamente los volvemos hacia adelante, hacia ese profesor desgarbado y entusiasta, dibujando figuras geométricas, dibujándose un brazo, un ojo: "Las formas tienen límites, pero ellas trascienden esos límites".
Vaya frase de Simmel.
Ahora yo solo vuelvo el rostro hacia mi carpeta, hundiéndola, hasta adentro, abajo, hasta el fondo. Parece que duermo, pero estoy cayendo, un vacío inexplicable y sin dolor. Desfallezco... las figuras invariables que varían, cíclicas, absurdas y dialécticas. Me corrigo, estoy durmiendo.
Oigo nuevamente los pasos; reacciono, me acomodo en el asiento. Veo las figuras borrándose en el pizarrón, en mi cabeza, y volteo hacia la puerta. Los pasos se oyen más cerca, parece que alguien se presentará en el umbral de la puerta, que entrará, que todos voltearán a ver a aquella persona...
Nada, nuevamente una farsa sinfónica.

martes, 23 de junio de 2009

Comodín

Ramón se encontró un carta en el centro de una mesa. Diametralmente colocada, pareciera que fue puesta con alguna regla especial super precisa. La cogió por el simple hecho de ser un jóker, justo el blanco y negro, que se adecua a su vida pueril y subjetiva, mismo calco que las películas de Charles Chaplin, o de esas películas de bajo presupuesto que no tuvieron ni para ponerle cargas con tinta de colores a sus cámaras de grabación.
La figura del jóker le pareció divertida. Ramón hacía unas muecas tratando de imitar la imagen del bufón y algunas formas que incitaban a las risas y burlas de los que pasaban por ahí. Luego de tanto tonteo, Ramón reflexionó: ese pequeño bufón, el tan famoso comodín, compartía cierta conexión con él. Ambos servían para completar esa cosa que falta, esa carta que se necesita por un momento y que después puede tomar cualquier valor que se requiera.
Comodín se dijo a sí mismo. Tomó la carta y la guardó como señal de que se puede escribir de cualquier estupidez.

domingo, 21 de junio de 2009

Arquepito Nº 11: Venganza apocalíptica

Compendio de tranquilidad y quietud, mirada prematura. Futuro incierto. Intentas sofocar el espacio, el tiempo. Invención honrosa, carácter temerario e impulsivo. Integridad lamentable y despiadada. Peligro de caer en lágrimas, seguido de pucheros y babuchas, entre vientos, puedo verte aparecer.

sábado, 20 de junio de 2009

Tertulias

Comparto la idea del señor Harry Haller, al expresarme sus más íntimos sentimientos acerca de la forma cómo un lobo estepario puede sentir el dolor. Hablamos horas disertando las diversas posibilidades que podrían encontrarse entre un lobo estepario (el señor Haller) y un gato estepario (yo), fueron muchos aspectos divergentes, que contrajo algunos vasos de whiskey por su parte y vino por el mío, pero el punto de concordancia convirtió la cháchara en tertulia.
Ambos sufriamos por distintas cosas. El señor Haller me explicaba un poco su dolor: su querida (que muy querida no era), sus estudios que ya no llenaban el vacío, sus escritos y poemas que siempre hablaban de los mismo; necesitaba conocer nuevos espacios, nuevas sensaciones y experiencias. En mi caso el dolor se hallaba en el corazón y en el subconsciente: hombre necio y llevado por la emociones, mi vida carecía de objetivismo y parecía que caía en ese denso terreno llamado realidad, del cual no daba los mínimos esfuerzos para salir.
Pero había un sufrimiento hermoso, un dolor dulce, una pesadez agradable: las penas de amor. ¡Oh, señor Haller, no hay algo más bello que sufrir por amor! -le dije- Ese poder de sufrir por alguien y que las penas sobrevuelen en la cabeza y se conviertan en poemas, escritos de amor. Amar a alguien no correspondido es la dicha más preciosa que pueda existir.
El señor lobo estepario se paró y celebró mi disertación con un trago largo de whiskey que seguí con estusiasmo.

jueves, 18 de junio de 2009

Arquepito Nº 10: Ventana a mi desesperación


Mirada que sorprende, astucia que intimida, momentos envolventes en zig zag. Tormentas que se forman al contemplar este arquepito de origen mitológico, perdida por dioses, sufrido por mortales, como yo.
Invención terrible, desesperación que incrementa a cada gesto, a cada suspiro. Arquepito de clase avanzada, destruye las sensaciones que aparecen al amanecer, al terminar la noche. Sólo pido misericordia, para poder atrapar a este arquepito que me desconsuela.

Dos ejemplos de Ramón complejo.

Ejemplo A:
Te veo. Prosigo, intento detenerme pero sigo, borrando las imágenes perennes e inquebrantables sin sabor ni dolor. Un recuerdo casi sangriento e indoloro se presenta frente a mí. Tarareo una canción, veo mis piernas moverse hacia adelante, ante el suspiro borroso que está delante. Doblo, unos pasos a la izquierda, me quedo mirando la nada. Obtengo un pequeño souvenir que contrae mis pulmones. Me vuelvo. Lo siniestro se fue, el recuerdo volvió al cajón enterrado bajo mil pesares.
Ejemplo B:
Te veo. Sigo viendo, sigo esperando que voltees y que nuestras miradas confluyan en algo místico e inefable. Una ilusión platónica y tormentosa que da nuevos bríos, nuevas sensaciones e inspiraciones. Me gusta verte e imaginarte siendo mía, me gusta que seas la nueva fuente de inspiración, sonrisa que me mira, mirada que me sonríe. No importa que tú y yo seamos parte completamente alejadas de esa extraña máquina que es el amor y el olvido. Mientras cada uno se encuentra de un extremo al otro siempre mantendré las esperanzas de que aquellos lentes me den un beso. Mientras tanto tu inspiración me ha dejado alegre.

lunes, 15 de junio de 2009

Perdido en tu encanto

Hoy pretendo llamar tu atención, hoy buscaré tus ojos a los lejos mientras aparezco, hoy trataré de que una sonrisa vaya dirigida mis lamentos, hoy insistiré en decirte que te amo.
Me pondré esa camisa rosado que hace juego con tu color de piel, me peinaré para tratar de impresionarte al instante, plancharé el pantalón como nunca lo he hecho, me pondré las zapatillas sin magulladuras ni parches lejanos, practicaré una sonrisa perfecta que te haga ver lo mucho que me interesas, limpiaré mis lentes para que veas a través de ellos y llegues directo a mis ojos, pronunciaré tu nombre mientras una suave ráfaga parece y revolotea tus cabellos y mis sentimientos.
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Te encuentro. Te veo. Tus miradas, tu sonrisa, tu voz, tu atención, tu cariño sólo tiene un receptor que se encuentra delante tuyo. Mis intenciones se guardan con delicadeza en el bolsillo de mi camisa. Desvío la mirada para no caer en desesperaciones ni tragedias; nuevamente soy un alma que no tiene una caricia de ti.
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Hoy pretendo hacer que el día pase volando. Aún tengo esa imagen tuya con aquel en el balcón, pero todo se irá al día siguiente, cuando entre sueños esas mía una vez más.

domingo, 14 de junio de 2009

Consideraciones y brevedades Nº5

Entre tu mirada y tu sonrisa se encuentra la ecuación perfecta de mis ilusiones y sufrimientos.

Para aquellos lentes que me sonríen, para esa sonrisa que me ve a lo lejos.

viernes, 12 de junio de 2009

Tentativas de ojos.

¿Qué puedo hacer ante tu mirada? ¿Acaso esconderme detrás del lapicero?
¿Quizás sonreír mientras lo haces?
Quisiera mirar más allá de ti, posarme en tu sonrisa, quitarte los lentes y hacerte olvidar
Tan fácil puede ser tocar tu rostro y sentarme a ver el amanecer
Tan doloroso es verte sonreírme sin saber que no puedo oler tu cabello amical
creación de una ilusión.
¿Qué puedo hacer ante tu sonrisa?
¿Podré corresponderla con igualdad?
¿Tendré que sentarme y observarte hasta que seas mía?
Desfallecer solo es más fácil que seguir delante tuyo
callado
esperando que algún gesto me dé la señal para
besarte y no soltarte
jamás

Soñando que olvido

Ramón últimamente sueña que vive dentro de un sueño; pero este sueño es tan real que muchas veces vive pensando que sueña. Como por ejemplo ayer por la noche, cuando en pleno sueño se le olvido una palabra (cosa que le sucede muy seguido en la vida real) y, en el mismo sueño, trataba de acordarse de la palabra para terminar la frase. Al final, igual que en la vida triste en el que transita, habló cualquier pachotada tratando de acordarse de la palabra. Lo siguiente fue una serie de sucesos que podrían estar en una de esas películas que pasan después de las 12 de la noche.
Pero antes de ayer fue peor. Ramón soñó que una canción dentro de su mismo sueño lo levantaba, cuando debe ser al revés: una canción fuera del sueño, en la vida real, debería levantarlo. Cuando se levantó aún la tonada de la canción parecía sonarle en los oídos.
Cosas de sueños.

domingo, 7 de junio de 2009

Otros colores roba tiempo en Amil

Lo curioso en Amil es que hay varias colores roba tiempo en la ciudad. No sólo están aquellos en los que uno puede embarcarse e ir al lugar donde desee, sino que hay algunos colores que permanecen en lo alto de las calles y son especialistas en robar tiempo.
Se algo extraño, pues estos colores se agrupan en tres, y estos tres colores (puestos en orden vertical, un color sobre otro) no funcionan al mismo tiempo, sino que cada uno tiene un momento determinado para mostrarse. Un color en particular es el que roba el tiempo, indiscriminadamente y con sorna, sacando la lengua o haciendo figuras prohibidas con las manos. Los colores roba tiempo predominan en Amil, por eso los humanos en esta ciudad robamos el tiempo con un poco de sangre en la cara.

sábado, 6 de junio de 2009

La lluvia de Amil

Hoy llovió como nunca en Amil. Me parece que ya hace más de un año que no caía tanta agua de ese cielo gris; desde aquella vez ya venía soñando nuevamente con la lluvia, pero nunca volvió. Ahora me siento agradecido y revitalizado: la lluvia me persiguió por todos lados, y no piensen que fue aquel símbolo terrible de la mala suerte; es una forma elegante de decir que llovió casi toda la mañana, en todo Amil.
Pero algo literalmente cierto hay en aquella frase. Llovió por todos lados, hasta en el carro; las lágrimas me caían aun estando bajo un techo de metal, de todas maneras mis lentes eran varias veces limpiados, mi chompa aguantaba aquellas gotitas temblequeantes y yo tratando de comprender cómo me llega aquella lluvia estando tan apretado al fondo del vehículo.
En fin, la ciudad roba tiempo me dio un respiro. Ahora sólo trato de imaginar cómo hacer para que no entre la lluvia en mi habitación.

jueves, 4 de junio de 2009

Amil, la ciudad que te roba el tiempo

Si queremos hablar de robar tiempo de manera más acorde a las necesidades de los pobres urbanos amileños son los colores roba tiempo. Esos que aparecen fugaces y que debemos abordarlos si es que no queremos llegar tarde a nuestro destino (llegar tarde, suena absurdo en esta ciudad donde de por sí siempre es tarde).
Lo curioso es que puedes escoger los colores roba tiempo que más te agraden. Eso sí, algunas veces la desesperación hace escoger colores por cada zona de nuestra querida Amil. En esos colores no hay casos que valgan.

miércoles, 3 de junio de 2009

Consideraciones y brevedades Nº4

Amor, conviértete en dialéctica, pero al revés: No me des la contra, únete a mí y dame algo de alegría en estos meses de otoño.

Dialéctica, envuelveme en tu complejidad, en tu danzar dicotómico y llévame a sus brazos, será que así me conviertes en sistema.

Dicotomía, hazme uno con ella, traela en mi regazo, que vuelva a sonreír para mí.