domingo, 30 de mayo de 2010

Ya no más.

El cielo aclara y se vuelve gris, aclara... no deja de aclarar, se queda intacto en el brillante espectáculo, en el sin sabor de la luz de neón y el cielo de un solo color, geométrico, sin arrugas, que se extiende hacia el horizonte. Ya no tengo ganas de escribir, será que he perdido toda posibilidad de encontrar un motor que me inmiscuya en las letras, en los laberintos, en los pesares puestos en papel.

Y ahora escribo pensando mucho, dejando fluir poco, sintiendo ganas de destruzar el mundo con una palabra, de solo teclear una letra que diga todo, que no me obligue a tirar horas y horas de hojas y hojas sin encontrarle el sentido a mi disertación.

Ya no más.

Adiós.

domingo, 16 de mayo de 2010

Abismos frente a mí

El camuflaje me sienta bien. Me entra preciso, cubriendo mis facciones y mis sentimientos encimados en la piel. Me cubre todo el cuerpo, dejándome los ojos para ver, la nariz para respirar y la boca poder suspirar. Con mi nuevo camuflaje no puedes verme; estás tan cerca pero mi presencia es nula, abstracta y fantasmal. Sonríes y te mueves al conducir del viento, me evades tanto como mi camuflaje puede absorberme en la lejanía de mi ausencia.

Corres y sombreas el aire parsimonioso con tu sonrisa, con tu mirada que arma con precisa delicadeza los contornos de la habitación. Sentado desde el sillón entumecido y adormilado, te veo comer el espacio al lado mío; un abismo que me separa de la realidad, pero que es tan profunda como tus intenciones conmigo. Estás nuevamente distraída en tantas cosas que mi existencia parece ser empeñada a la vieja usurera de la esquina. Por un instante, pequeño murmullo, tu mirada cae al sillón taciturno y cetrino. Esbozo una sonrisa cuando siento tus pupilas dilatadas en mi iris caleidoscópica... pero no la ves, vuelves tu danzar profano, a tu existencia sin pesadumbres.

Ahora, como siempre, estoy invisible para ti... pero ahora tengo una escusa: mi nuevo camuflaje contra ti.

sábado, 15 de mayo de 2010

Juego y más juegos

Tenemos juegos de seducción -la canción de Soda no puede estar ser más precisa. Me tentas, me miras con las lunas que tienes de ojos y me llama con la música densa que sale de tu boca. Es una resistencia más las que pongo en el tapete; me dejo ir hasta tus brazos para se esparcido en miles de cósmicos lunares, o romperme en silencio, en miles de vidrios que dicen tu nombre pegado al mío. Otra veces te desprendes, te vas, te alejas, no existo para ti, y mi corazón palpita pronunciando un adiós lejano y sin eco. Esos juegos son dolorosos; caen a cada milisegundo, incrustándose en lo más propuesto de mi cielo. Esa es tu jugada predilecta, el jaque mate ideal.

Tus juegos me duelen, son casi un castigo a mi impresión, un triste reaccionar a mi pesadumbre. Copio los colores que muestran mis cabello opacos y sus decenas de tonalidades y te las muestra con indescencia, con perversa sensualidad. Tú las botas con asco, con desesperación latente, pero te acercas sediente de aire venenoso, me respiras en la boca, puedo oler tus feromonas, los cabellos de punta, las canas vuelven al color habitual, mi sangre quiere salir de las venas, mi vientre se contrae...

y te vas... otro juego más.

jueves, 13 de mayo de 2010

Poemetría: En mirada ajena

Te veo en mirada ajena
y es tal cual un reflejo que no me pertenece
Te siento con los ojos de otro
y no es lo mismo que verte
con los mios

Eres un objeto lejano
y yo un sujeto extraño
Las leyes y normas no terminan
por convencerme
de que jamás llegaré
más allá
de mis deseos

Malestar edípico
mal construido
Sueños inconscientes
permanentes
como actora principal
de mis fantasías extrañas.

Aún sigues siendo
la secuela de mis intenciones
Continúas siendo los finales
inciertos
los eternos continuará
que me dejan en silencio.

Y sigues aún
siendo la extraña
que veo
desde los ojos de otro.

sábado, 8 de mayo de 2010

En una caja de cartón

Ramón sabe que la única forma de no dejarse ver es meterse en una caja de cartón. La hizo a sus anchas, para que contengan sus magnitudes y sus medidas extremas, un par de huecos al frente para ver, un par de huecos a los lados para oir, y cientos de huequitos en la parte de arriba para poder respirar. Le dibujó una sonrisa pequeña en la parte frontal para que no perdiera lo poco humana que le sobraba.

Anda por lo pasillos de la universidad entre tropiezos y faltas. Recibe gritos enérgicos y patadas odiosas. Camina con las piernas entrecortadas, tratando de pegar la caja lo más cercano al suelo, casi saltando, haciendo flexiones, se cansa a los pocos pasos. Es un martirio subir las escaleras, espera que pasen todxs o que algunx le ceda la vía.

En el aula todo se calma. Responde a cada saludo que escucha e inventa una nueva escusa a cada pregunta, a cada burla. Hasta que, siempre, en casi todos los días, la ve salir del aula del costado con el movimiento de sus cabellos y la mirada que penetra en la caja, cartón que protege, que la aleja de él. Voltea la mirada; la sonrisa mira hacia el frente, lado frontal de cuadrado de cartón, y camina, se va de largo. Ramón - caja piensa que se a librado de ella...., pero no.

viernes, 7 de mayo de 2010

La chica de la carpeta rosada

Caigo aún estando sentado en mi pequeña carpeta indeseable. Objeto bizarro que no me recibe en mis magnitudes, en mis tremendas ganas de ser. Caigo viéndote al lado, en tu carpeta rosada, donde te distingues del resto, sentanda perfecta, a veces quebradita como me enloqueces, ciertos días desparramada en tus silencios, otro con las piernas cruzadas que desbordan de sensualidad. Y casi nunca a los ojos, casi nunca te sientas y me ves, y yo intento buscarte la mirada y seguir cayendo sentado en mi carpeta. Dejándome llevar por la corriente.

Tu carpeta rosada no quiere alejarse de mí. Puedes sentarte 5 ó 6 filas más allá, 4 ó 3 carpetas más atrás, pero siempre tengo la mirada en tu carpeta, y en tu sentar incólume, en tus maneras sensatas y pacíficas. Volteo para verte y tu mirada choca con la mía y no me deja respirar. Me gustaría quedarme viéndote de largo, pero me dejas y sólo queda mirar la pizarra, mirar las cabezas, mirar los perfiles, y verte sentanda tan fresca como tu carpeta rosada permite tenerte.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Al ruedo.

Nuevamente me siento metido al ruedo. Estoy montado en esa mecedora cruel que es el designio de mis ganas por hablarte, verte reir, hacer más de lo que hace un simple receptor con un oído que te escucha a lo lejos, con dos ojos que te ven desde el rabillo, con una nariz que respira para no morir antes de que tú me mates y de una boca que solo se queda silenciosa, que permanece cosida con alambres de neón que brillan pronunciando tu nombre.

Estoy de nuevo en el ruedo de sentimientos que chocan en mi pecho, que lo destrozan por momentos, que debo volver a reconstruir para que no salga tu voz gritando a la infinita realidad que eres lo que necesito, que te has convertido en ese juego que me gusta perder, en el que soy el perdedor impulsivo y desesperado. Juego yo solo a veces, intentando buscar tu mirada, esperar que te acerques para que me saludes porque yo nunca lo hago, sentir que avanzas o que conversas con todos... menos conmigo.

Esta mañana gris siento, más que nunca, que he vuelto al ruedo. A mi eterna contradicción de querer tenerte a mi lado.

sábado, 1 de mayo de 2010

De vuelta al vacío

De vuelta caigo en el vacío de tus ojeras que se extienden a lo largo de mi pesar. No dejas de tomarme de la mano para caer contigo, para llevarte a tu olvido, par convertirme en recuerdo; mientras que tu sonrisa sigue presta al designio de todxs. Yo vuelvo a caer, de rodillas, ante tu mirada y tus movimientos sistemáticos. De tu hablar de aquí a allá, y nunca más.

Vuelvo a escribir en papeles en blanco palabras vacías, vuelvo a dibujar con el cigarro imágenes humarescas, siento regresar viejos estigmas y dolorosas llagas, antiguos secretos y olvidados designios. Vuelvo a dejarme llevar por el viento y perderme de tu campo de acción; de mi monótona inacción, de juegos pueriles, de parvularias sentencias y escusas.

De vuelta vuelo a caer en tus manos y no soy más que la resaca de tu decisión. La secuela de tu olvido.