jueves, 30 de septiembre de 2010

29 de se(p)tiembre

Hoy alimenté a varios teléfonos públicos. Al menos me queda la satisfacción de haberles quitado gran parte de la soledad que los caracteriza.

martes, 28 de septiembre de 2010

28 de se(p)tiembre (7:39 pm.)

Volví a ver a Elisa. Tan flaca que no encaja en mis recuerdos. Sentí una extraña añoranza; no por los viejos tiempos, más bien por el recuerdo que me hizo rememorar su nombre, el sentimiento que nació en mi cabeza y cayó en mi pecho. Apareció de improvisto, fue algo extraño, como hoy, viéndola caminar por mi lado, percibiéndola a unos cuantos pasos. Ver su cabello algorítmico.

28 de se(p)tiembre

Cada vez más un surco oscuro invade el horizonte, lo tiñe todo de soledad, amenguando los momentos, simplificando los respiros. Todo lo invade con cierta sorna, ennegreciendo mis ojos hasta hacerlas pupilas perfectas, entibeciendo mis cabellos, acentuando el pesar que trasquila mi corazón. Desgracia.

Voy perdiendo la batalla, ya no quiero luchar más.

////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

¿Por qué el TE AMO se va convirtiendo en TEMO?

///////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

Corrigiendo un cuento para un concurso. Me voy dando cuenta que tengo facilidad escribir sobre personajes tristes, olvidables y desconcertados en el amor. Seres en los que el recuerdo es parte de su naturaleza, y la soledad no más que su existencia.

viernes, 24 de septiembre de 2010

24 de se(p)tiembre

A pesar de que la felicidad aparece como la búsqueda incansable del ser humano, ciertas "felicidades" están envueltas en un hálito de desgracia(s). Hay sacrificios, hay búsquedas que duran toda la vida (o gran parte de ella), que preceden a la consecución de la felicidad en cuestión. La imaginación humana sostiene que tras la desgracia la felicidad es plena; tras un gran dolor o pena viene el premio.

Sin embargo las desgracias son muchas veces parte de la felicidad. Se presenta en los grandes momentos en los cuales la felicidad ha desaparecido; muchas veces mientras somos felices, un hincón desgraciado nos hace saber que no somos completamente felices.

Y es que en realidad, somos muchos (sí, me atrevo a decir que son varios) los que no tenemos la prerrogativa de vivir la felicidad plena, esa que se encuentra exenta de desgracias. Como dice Lucy: "La ciencia todavía no ha puesto límite al tiempo que tiene uno tiene que esperar. Puede que esperemos para siempre". La felicidad cuesta. Hay que esperar.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

22 de se(p)tiembre

Intempestivamente, hoy soñé con Elisa. Su imagen apareció en plena noche ante la necesidad de alguna secuencia para soñar en mi cabeza vacía, oscura e indefinida. Ella, con su cabello geométrico, marcando el límite en su mentón. Cabello negro, negrísimo, azabache, brillante en donde se reflejaba mi gusto por ella. Su tamaño diminuto (recuerdo aquella única vez en los pasillos de una academia céntrica, apilándose para darme el único beso en la mejilla, de tenerla tan cerca con el lunar cerca al labio, de sus ojos remarcados con sombras que atenuaban sus ojos, de sus labios cristal carmesí).

Elisa me gustaba. Fue de esas situaciones extrañas en las que, por un azar cruel de la vida, el sujeto de gusto aparece en la escena sin saber cómo y por qué. La veía siempre entre las primeras carpetas, interponiéndose entre la pizarra, el profesor y mi visión. Yo estaba ahí en todo momento para verla; ella estaba en todo momento dispuesta a mis ojos. Volteba. Mis ojos, haciendo de perseguidor atontado, de un iluso enamorado.

Hasta que esa mañana se sentó en la misma carpeta que la mía, en el extremo opuesto, dejando un vacío que yo quería llenar a punta de puro pulso. Las sensaciones carcomían mis estómago; la espera que nunca espera, pero que igual la esperas. Los caminos de esta vida hicieron el resto: se fue acercando a la llegada de más alumnos, llegando hasta donde yo la veía a cada minuto que duraba la clase de Algebra. Chocando nuestros hombres, sintiéndo sus respiración.

Fue ahí que todo comenzó y terminó. Semanas con su presencia diminuta al lado; el cabello geométrico en mis hombros; las conversaciones tontas, y yo convencido de que podría hacerla mía con el tiempo. Grueso error: el enamorado que aparecía en escena (siempre estuvo ahí, sentado en las carpetas delanteras. Talvez no quise verlo; eso, no quise). Se alejó, y todo siguió con holas y chaus. La tuve que seguir viendo desde lejos. Volvió a la lejanía de la vanguardia, con el enamorado al lado.
/////////////////////////////////////////
Pero yo la seguí viendo espontáneamente (hasta hoy vale decir), cuando ingresó a la misma universidad que yo, cuando coincidíamos por los pasillos de la Villarreal, siempre con su cabello diagramado, un poco más flaca y embutida en un buzo de profesora de inicial, pero con el lunar, los labios y los ojos... y sus eternas disyuntivas de nunca decirme hola, de nunca más mirarme a los ojos.

Una mañana, mi cachimba presencia de cruzó con ella. No explotó mi corazón, pero me alegró verla nuevamente: estaba tal y como la recordaba. Elisa. Me quedo viéndola. Como presencia invisible ella pasa por mi lado sin mirarme, sin mover los labios cristal carmesí. Ahí terminó, la seguí viendo andar. Yo la recuerdo, la reconozco. No sé si ella lo hará.
/////////////////////////////////////////
Y no sé por qué hoy soñé con Elisa. Me gusta ese nombre.

martes, 21 de septiembre de 2010

21 de setiembre (0:22 pm.)

Siento más que nunca la necesidad de estudiar francés. Ante la necesidad competitiva del inglés aparece la necesidad espiritual, poética y literaria del francés.

Je veux écrire en français, Je tiens à murmurer des vers en français, Je veux que vous en français.

Y tenerte de las miles de formas que quiero tenerte. Como escribir. Hay necesidades básicas para escribir. Para algunos es el cigarrillo, tenerlo encendido equivale a una producción sin pausas. Otros con una música de Wagner o Bach. Lo mío es tenerte en la cabeza (o al menos los sentimientos que de pecho saltan a la cabeza). Siempre será así... hay eternas musas. C. fue una.

lunes, 20 de septiembre de 2010

20 de setiembre

- La felicidad es contraria a la razón. Un momento de éxtasis, un estado orgiástico, la epítome de la existencia humana. Nos dejamos llevar por el placer que nos produce la felicidad, encandilándonos, enajenándonos por completo, transfiriéndonos a otro cuerpo, a otro objeto.

- Irremediablemente volvemos a la consecución de nuestra lógica. El ser pensante y racional invade nuestra cuerpo y nuestra alma (la parte reflexiva). La coinciencia nos pone en manifiesto que hemos "carecido de ella", por consiguiente que hemos sido felices.

- ¿He sido feliz?

- La respuesta es sencilla. Tan sólo con confesar que soy un inconscient lo habré dicho todo.

(Gracias Julio Ramón).

domingo, 19 de septiembre de 2010

19 de setiembre

Resaca incansable. Lo que tengo como bohemia en la cabeza no se compara con nada a lo vivido hoy en la madrugada. Compañerxs, baile, amigxs, fotos, cerveza, cigarrillos. A contraparte: música suave, bocanadas que no se desparramen tan rápido al girar de los cuerpos, que más bien ronde por la habitación en perfecta combinación con la reflexión y el intercambio, siempre feliz, de conocimiento.

Distinciones: Jolgorio que anima, que complace/ Bohemia irremediable, que debo desmerecer o merecer.

sábado, 18 de septiembre de 2010

18 de setiembre

¿Qué tanto podemos inmiscuirnos en los designios de la vida, de sus eternas posibilidades? ¿Existe el destino? ¿O nosotros, con nuestros actos, podemos maquinarlo a nuestro antojo?

He descubierto que la vida nos juega a las mil caras. Cada día una cara nueva, cuando menos lo esperamos, la cara más cruel que la vida nos pinta sin remedio, esperando a que salgamos de esta, entre pesares y sonrisas fingidas.
/////////////////////////////////////////////////////

Días de sol, inicio de primavera. Ayer, sol que quemaba hasta doler, cielo sin nubes, azul como quiere ser. Hoy, cielo casi en parsimonia con las nubes, un sol cósmico, de brisa agradable, reconfortante para este mal momento.

17 de setiembre

¿Qué es el amor? Muchas veces lo escuchamos, muchas veces lo decimos, y no estamos seguros de cuándo realmente lo hemos sentido y qué. Si me lo hubieran preguntando hoy en la mañana, amor sería esa inefable sensación que nos invade cuando una persona transita por nuestra vida, expropiándola, compartiéndola, intercambiándola, haciéndola suya y para mí. Debo decir que soy de opiniones cortas, pero siempre defendiendo lo que construire ma raison. La excepción a la regla se la debo, nuevamente a Julio R. y su incansable forma de amar a C.

Amar es la forma más sublime en que la vida juega con las posibilidades, de las miles que tiene, para ponernos en el camino, en el espacio y tiempo menos pensado, a esa persona que nos cautivó, cautiva y cautivará por siempre. Es el amor quien hace que el contexto nos haga recordar las eternas vivencias juntos; es el amor quien mueve las piezas para que nos encontremos del modo menos ortodoxo, jamás imaginado; es el amor quien nos pondrá la semilla para seguir insistiendo en la búsqueda, en el eterno morir de un solo cuerpo (o como dice Janis Joplin: I wanna talk about love and trying to hold somebody).

Concluyendo: El amor no es simplemente el sentimiento que nace de un sujeto a otro en constante con-vivir, es también la confabulación que la vida, en sus variaciones de tiempo y espacio, para consentir una probabilidad -muchas veces pequeñisima, infinitesimal- en el cual ambos sujetos sigan amándose a pesar de los avatares que la propia vida -como un juego atroz- nos confiere.

//////////////////////////////////////////////////////
¿Julio Ramón estaría conforme con este escrito?
¿Te gustará?

jueves, 16 de septiembre de 2010

16 de noviembre (11:34 pm.)

Muchas veces los avatares del destino conspiran para hacer una enmienda más factible, menos riesgosa ni complicada. Sólo basta callar, silenciar momentos, despogar de algarabía las aulas, de negrura las miradas, de recuerdos los pasillos. Este décimo ciclo universitario nos deja la pena de alejar cada vez más, de acostumbrarnos a nuestra separatidad, a olvidarnos de nuestros nombres, de no reconocer las risas. Menos cursos, menos horas, más tiempo en las bancas que no alimentan la reflexión, pero sí el ocio. El aburrimiento de no hacer nada, de irnos cada vez más temprano de la universidad para quedar nuevamente perdidos en nuestra congoja de partir pronto.

Y los días corren con esa normalidad, con la nefasta sensación de perderlo todo a cada hora. De irnos y querer quedarnos. De no perder más tiempo, de ver carpetas llenas y menos vacías. De aplicar la vagancia con aulas rebosantes de alumnos dispuestos a aprender.
//////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

Ribeyro, comienzo a entender tu necesidad de C., contraria a su lejanía, a su dispuesta pérdida, a su constante lanzarse al paso del olvido, su necesidad de convertirse en más recuerdos menos recordable y evocables por nuestra memoria. Sin embargo, tus noches estaban dibujadas con el profundo amor. Un amor no compuesto por pedazos de ella, sino por sensaciones de ella hacia ti. Amor de contraste hermoso, amor de complementariedad graciosa, de sonrisas amables, de dulces gestos, de continuas risas. Amor de dos.
//////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

Posibilidad de viaje.

16 de setiembre

Algunas frases de interés para el diario:

"Con buenos sentimientos se hace mala literatura" André Gide
"...donde el amor no sea motivo sino ornamento" (sobre la lírica en la poesía) Julio Ramón Ribeyro
"Deja que el porvenir venga, que nosotros nos vamos" Idem.
"Y hacemos danzar a los osos cuando lo que queremos es enternecer a las estrellas" (sobre palabras trilladas) Flaubert
"Podría arrepentirme, pero según Paco el arrepentimiento es inútil y nocivo" (grande Paco) Julio Ramón Ribeyro.
"Un camino equivocado es también un camino" Alberto Escobar.



* Y finalmente, una frase que merece ser tomada en cuenta por muchxs de nosotrxs:


"El hombre necesita de la conciencia para darse cuenta de que ha carecido de ella, vale decir para comprender que ha sido feliz" J.R.R.

15 de setiembre

Giro obligado que toma el diario. Diferencias estrictas de un diario íntimo y un diario virtual, leíble, visitable y comentable. Riesgos de visitas continuas y percepciones fallidas. Aclarando: las percepciones externas están fuera de este ámbito; al ser un diario personal cualquier indicio de analizar mis pensamientos son nulos. Así que definiciones y/o categorías que se atribuyan hacia personas que se crean inmiscuidas en este diario son auto-intencionadas.
--------------------------------------
Dejando la nota de precaución, hoy he descubierto que tengo una relación íntima con el diario íntimo del J.J.R. Lo significativo es que no es la vida versátil del cuentista peruano, ni sus reflexiones acertadas, ni mucho menos su puntos claros acerca de la composición literaria, la construcción de un cuento (lo que debería interesarme). Es que Julito es un reflejo de lo que sentimentalmente soy. Somos un espejo de emociones.

Me conmueve pensar que por tantos años siga teniendo en mente a C., de "buscarla entre líneas, entre hojas perdidas" (frase mía), siempre apareciendo en sus recuerdos, en sus ganas de sentir, en sus necesidades de amar. Se cuestiona su alejamiento, le molesta su indiferencia, planea tormentosamente eliminarla de su vida, para luego confesarse pecador por intentar, en fallidas ocasiones, aquella decisión cruel. En resumen: la ama. La necesita, confiere sus momentos a vivirlos e imaginarlos junto a ella, y sabe, muy bien, que ella cabe perfectamente en ese contexto, en esa parte del cuadro, la parte del rompecabezas que falta.

Julio y C. Un claro ejemplo dispuesto en el espejo, en el cual me reflejo.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Mejor me voy

Blah, blah, blah. Me cansé que me anden meciendo, de obtener afecto con pinzas, de recoger conchitos, de formar un cerrito de sentimientos que vuelan en el aire como desconcierto. De estar esperando una demostración que en su mayoría son "favores" para romper una estabilidad que me entierra en una patética miseria. ¿Eso es lo que quieres para mí? Pensé que te importaba más... o te importan más los encuentros. Soy simplemente el medio para que adquieres el fin. Me cansé. Hoy cogeré las maletas con recuerdos e iré hasta el barranco más alto, buscaré lanzarlos con la mayor fuerza posible, que se hundan en el fondo del mar (lo hará, mis sentimientos y mis recuerdos son demasiado... nunca lo supiste, nunca) Se hundirán por su propio peso en segundos, en instantes todo quedará olvidado.

Claro, pero no te veré aparecer para que me detengas, para que me digas que no lo haga. No aparecerás tras el horizonte gritando un alto... Es más tal vez aparezcas, pero para eliminar cada vestigio que pueda ponerte en falta... ¿No quieres también que me lance con la maleta? Tal vez esa sea la solución. Te quedarás intentando algo que nunca quise ver, que me mantuvo ciego. Que seas feliz. Yo lo soy... paf!

martes, 14 de septiembre de 2010

14 de setiembre

Crisis. Sin ganas de escribir, de pensar, de recordar, de planificar. De reflexionar tal vez; seguramente será la única forma de comprender por qué me pasan estas cosas, por qué estoy dispuesto a soportar tanto.

Y salió una frase sin quererlo, para quererla mucho: "Es hasta injusto pensar demasiado en ti"

Lo de ayer

Es ilógico pensar que un diario esté dispuesto a describir vivencias y exposiciones de días anteriores. Por eso el nomnre "diario", que trae como presupuesto: 1. escribirlo todos los días (o al menos la mayoría), 2. Escribir lo del día, por eso diario, lo de ahora, lo que ha sucedido. En este de diario virtual, de potencial ejercicio para mis artes, mis letras y demás exigencias, trato de cumplir el primero; pero en este momento transgrediré el segundo.

Y es que ayer sucedieron tantas cosas que debían ser contadas pero que no se prestaron para ser discretamente materializadas por lo tormentoso del día. Reflexiones, intentos, búsquedas, miradas, llamadas, cabellos, envueltos en una inconstante perseverancia por saber qué es lo mejor, qué es lo correcto y qué es lo malo. Días tratando de olvidar un sentimientos, días buscando encontrar un sustento, días que leo para convencerme a mí mismo que voy por buen camino, días donde tengo fe de que leerán algo de mí por mis propios medios.

Pegué el cuento en un salón de la Villa. ¿Lo leerán? ¿les gustará? Hoy por lo mismo pero en mi aula. (sin quererlo cumplí el segundo punto del diarista)

domingo, 12 de septiembre de 2010

Domingo abrumador. G me llama y parece cambiar un poco; en realidad cambia bastante: toda la tarde y tarde-noche fue de ella. De su voz congestionando mis tímpanos, de sus letras invadiendo mis ojos cada vez más gastados. De las miles de cosas que nos quedan por resolver, de los tantas verdades que debemos convencernos aunque no lo queramos, de las intenciones que nos alejan más, que nos unen menos.

Por lo demás el domingo es abrumador. He escrito una hoja con la máquina. Un cuento de un tipo que le cambia algo en el rostro, que solo él sabe (se ve constantemente al espejo). Creo que ni yo sé en realidad que tiene ese tipo en la cara; sólo conozco que no le extraña, pero le da asco, como si lo hubiera esperado, pero esa misma espera, larga y difícil, lo llevó a acostumbrase a su rostro antiguo. Redondearé el cuento. Quiero explotar algo de la psicología humana. Algo relacionado con la "libertad", la "comodidad", el "porvenir"... Todo entre comillas, en su carácter netamente filosófico.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Poemetría: Geografía de tu cuello

Gracias a G. y a su llamada puede imaginar esta poemetría. Son sus llamadas inesperadas las que devuelven brillo a mis letras y da cuerda a la caja loca de mi corazón.

Completo / cada parte de tu / cuello / con mis / instintos. / Con los deseos / de morderlos / y dividirlos por / zonas / que te hagan gemir / de distinta / forma / de acústicas / variaciones. / Tu cuello cercana / a tu orejas / Tu cuello terminando / tu nuca / Tu cuello / por debajo / de tus cachetes / Tu cuello / finiquitando en tu / barbilla / Tu cuello separando / tus hombros / pequeños / Tu cuello / completando tus / senos / Tu cuello que / da inicio a tu espalda / Tu cuello / que es mío / el que complementa / mis deseos / el que da inicio / a tus pasiones.


Diario y diariamente

Tres cosas para tomar de cuenta el día de hoy. 1) La mentira, el acto de hacerlo, nos atrapa a todxs. Aparece tras la esquina guiñándonos el ojo, llamándonos suavemente a realizarlo, a ponerlo en práctica. Lo jodido es saber que te han mentido; que tras una serie de suposiciones que asimilas con presteza, la realidad aparece tras tus ojos como una llamarada de cruel decepción. Adiós a la llamada de hoy. 2) Uno no puede controlarse a los gustos profundos. Lo descubrí ayer por la noche, cuando las miles de oportunidades que buscaba encontrar se simplificó en una iniciativa torpe, vergonzosa, y no sé hasta que punto viable para poder concretar un amor que nace de pequeños puchos, de conchitos abreviados. A seguir.

3) El diario personal parece una buena herramienta para un joven escritor que deserta a cualquier intento que se le presenta por los ojos. Escribir, no dejar de escribir, estar obligado a escribir, son algunas sentencias que el diario pone ante nuestras palabras materializadas en papel, en red. Pero como el propio Julio Ramón señala, es también la perdición de encontrarse con el perfecto fracaso que nuestra cotidianidad nos presenta. Es así que la primera tentativa de un diario siempre será un reflejo de nuestras primeras frustraciones, de nuestros constantes lamentos... ergo, de nuestros intentos por mandar todo al tacho.

Creo fielmente que el diario es una necesidad extrema para mí. Sistemáticamente se irá convirtiendo en un pequeño conglomerado de mis pensamientos; de una sazonada cotidianidad que pretendo compartir (a diferencia de los diaristas de antaño que lo hacían silenciosos, entre ellos y el papel) pues la virtualidad obliga a compartirlo día a día, esperando un comentario falaz o una amical ayuda. Acaso al comenzar este diario, escribir diariamente, o continuamente, no me lleve por los caminos que mi gran auto proclamado mentor transitó, ni me ayude a tener su fortuna literaria, ni sus viajes llenos de infortunio y amores foráneos... Al menos su energía, su fracaso dichoso pueda iluminar mis letras y esa motor de mis propias desdichas.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Ramón y sus inconstantes tropiezos.

Andando por las calles o(b)scuras de Amil, Ramón se pregunta cuántas veces puede tropezarse uno con esta realidad que se nos presenta sin remedos. Es real, piensa, la piedra en el zapato, la caja en la acera, la gente yendo de un lado a otro. Cada uno con características tropezables, inquietantes y desaforadas. Entre inmersos objetos para el choque, ¿acaso su corazón no tropieza a cada segundo con nuevas tentativas?

Tentativas. Intentos. Razones. ¿Cómo sus ganas pueden pasar de un vuelco en el corazón a una molestia indescriptible y nuevamente al vuelco que lo hace temblar? Hay baches por todos lados. Ramón no se percata que su corazón salta a cada bache con solemnidad, sin preguntarse el por que, sin preguntarse hasta cuándo, sin quitarse la pesadez. Sabe que de un momento a otro sus sentimientos explotarán para alguno de los polos... transitando entre ellos.

Caminando por la calles de imsonio de Amil, Ramón sabe que debe concretar esa voluble sensación. Acaso está en un laberinto donde la salida no depende de que él la encuentre, sino que le dispongan una salida.

Achiquelopeado

Me brunto en tu cornisade los estaclariformos de tus ovillos encendidos en estrema inquietud que nacesin eso es lo quenadin que necesito pores con tigodela mañana was was was dentro de frigato de la chumpa eso damelas que te adornas con tremulas encendidas que dadiforman tu culturosa figurita de comic platoniana ascetiycomestible que puedormir grudando en mis bolcas adorniladas por el suporidopolo de mis antillenas.

Cajame, eso, cajame hasta mi más senfluresomas que carquicomentan mis inteplionescas ganas de triamazones. Oye, oie, hey, tú, ejem, ploteando complajinando quesiando tus jodiformes formas que joden mis formajidados en mi jadia belesa. Eso, belesa la que comgatiza, en lo más alto de mi vahaje. Eres un ghento fuera de mi sadila.

(Cortazar, vienes a mi cabeza adornada con alcohol).

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Y así es.

Sí, así es, que cuando no decimos adiós nos alejamos cada vez más, doblegándonos, distanciándonos. Donde la distancia ahora parece ser la mierda que pisamos, que no olvida, que nos pierde. Cuando no nos decimos adiós parece que el tiempo nos sepulta, nos lleva como manecillas del reloj a seguir andando, hasta que sólo estemos conscientes de que cumplimos una tarea, la de vivir como lo siempre lo hicimos.

Y es que es tan fácil no poder decir adiós de la forma en la que se debe. ¿Cuántas veces nos hemos dicho adiós y no lo hemos cumplido? Ahora me doy cuenta que el camino era el otro. ¿Cuántas veces no nos dijimos adiós y nos fuimos, y desaparecimos?

Tan fácil... todo tan fácil.

martes, 7 de septiembre de 2010

7

Para quien lo reciba este día 7, el capítulo 7 de Rayuela, por Julio Cortázar.

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabiera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentra y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando con sus recientos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencios. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pela mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorver simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo siento temblar contra mí como una luna en el agua.

lunes, 6 de septiembre de 2010

¿Déjame adivinar?

Colgé las medias en el tintero. Dejé mi nombre en el cajón de los calzoncillos sucios. Nuevamente mis sueños aparecieron en la teve, en ese programa de domingo por la tarde; en la hora donde todo se detiene, donde el tiempo no avanza y tu recuerdo se queda insomne entre mis entrañas. Apareces nuevamente en mi lóbulo izquierdo y me dices: "Que tanto más tengo que decirte para que sepas que pienso en ti a cada momento. Qué mierda más" Me duelen tus palabras... pero es verdad, ¿qué tanto más? Acaso lo he escuchado todo y no me entra nada. O es tu voz, son tus letras, son tus manos las que no me son suficientes para creerte. ¿Qué tanto más? No lo sé, te juro que contigo, nada es suficiente.

Y la tarde es más angosta y las horas tan fláccidas. Mi amor es tan etéreo y mis manos tan vacías. Nunca han estado tan vacías, tan solas, pero con tantas ganas de agarrar, con tanta actividad que realizar. Nuevamente exploto sin remedio, entre almohadas, guitarras y lentes de sol que tapan mis ojos, que se guardan solo para ti. Y aún las palabras no son suficientes. Son suficientes tus besos, tus palabras pero en mis oídos, tus movimientos pélvicos, tu cabello cayéndome en el rostro, tu mirada entre lago en el cielo y tus pies jugando con los mios... Carajo ¿no tengo de qué más hablar? Mis recuerdos no son suficientes tampoco... se van gastando ya.

Y entre todo... déjame adivinar. Quieres irte, pero no. Quiero irme, pero no. Quiero más recuerdos, pero no. Quiero más experiencias, pero no. Más risas, más pleitos, más encuentros, más adioses.

Pero no... ¿Déjame adivinar? ¿Me dejas adivinar? ¿A que te revuelvo las entrañas y las pasiones?
Yo tampoco quiero que se pierda la tembladera. Todo es tan mágico. ¿Difícil comprenderlo? Pero contigo no soy yo. Es magia.

sábado, 4 de septiembre de 2010

La ciencia del recuerdo.

Inconscientemente dejó una tira de sentimientos guardados en el cajón. La inconsciente trabaja muchas veces en nuestra contra, pero nos dice que nunca hay que mentirnos, que lo que realmente queremos debemos mantenerlo, aunque mal haya pagado, aunque malos barullos hayan pasado. La tira estaba escondida en algún lugar. Todas las tentativas de eliminar los recuerdos que con tanta soberbia escribió en cuentos, relatos y poemas no valieron nada. Estuvieron guardadas en algún lugar. Un amor así sería difícil de olvidar.

Y es que en realidad no se olvida, sino que se tratan de colocar nuevas vivencias encima de las que existen para que tengan la prioridad al momento de ser evocadas. Los viejos recuerdos son almacenados en viejos cajones, les echamos harta naftalina para que se mantengan (otra excusa para que no se pierdan) y les ponermos un separador de libros para que encontrarlos sean más fáciles. Y ahí ves: salen disparados con una canción, sueltan aullidos con una foto, temblamos con el sonido de nuestra voz. Nunca en realidad quisimos que se pierdan.

Ahora los recuerdos ya no revolotean. Han sido sustituidos por nuevos recuerdos de nosotros que están ahí para ser evocados con prioridad. Son nuestro nuevos recuerdos que, inconscientemente, están encadenados a los demás, a los más antiguos, haciendo que recordarnos sea una aventura en la cual queremos seguir avanzando. El recuerdo del temblor en nuestros cuerpo alejados, el recuerdo de tus ojos viéndome con parsimonia mientras nos poníamos al día de nuestra vida, el recuerdo de tus labios, el recuerdo del PH de tu saliva, el recuerdo de tus cuerpo, el recuerdo de tus lágrimas, el recuerdo de tu amor. El recuerdo de un te amo que no se pierde en el silencio ni en tus risas. Que te aguarda.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Poemetría: Eres cada vez...

Eres cada vez
más recuerdos
que verdad
Tu rostro va perdiendo
su encanto
entre las carnosidades
de mi cabeza

Eres cada vez
más ayer que hoy
más pronto
que ahora
Cuento los segundos
desde la última vez
que te vi
en vez de contar
los segundos
hasta volver
a verte.

Eres cada vez
la tentativa
de mis manos
que se escurren
en el tiempo
que es más arena
y va cada vez
más despacio.

Eres cada vez
nada
y todo
en un sin fin
que me completa.