miércoles, 24 de agosto de 2011

Poemetría: Decidirte

Hay días que
no me decido

No sé si
te extraño
o quiero que desaparezcas
de un brinco

No estoy seguro
si quiero verte
o seguir viviendo
de recuerdos
perdidos

No me convenzo
de quererte
porque a veces
quiero odiarte
despreciarte

No comprendo
lo que siento
cuando respiras
a mi lado
No me decido
entre besarte
y desgarrarte
entre tocarte
y violentarte.

Hay días donde
pensarte
en una decisión constante
lo único fijo es tu imagen
la indescrifrable
la que mantiene indeciso
sobre tenerte o dejarte.


lunes, 22 de agosto de 2011

Lunes 22: Awake

Abrió los ojos y profirió algunas palabras cadenciosas, una suerte de oración, un pedido que se le notaba en todo rostro agrietado por la preocupación. Sus ojos se posaron en sus propias manos. Movía los dedos como si fuera extraño verlos por la mañana, con la luz que entraba insidiosa por la ventana. Hoy no había amanecido como una cucharacha.

Gregorio Samsa, eres lo máximo, un día más sin sentir las matas crujiente destruyendo el colchón -dijo volviendo a cerrar los ojos, queriendo volver a introducirse en la onírica experiencia de la la tranquilidad, la ausencia de la angustia.

Sin embargo volvió a abrir los ojos con miedo en sus pupilas, temblando los párpados. ¿Y si volvía a dormir y volvía a despertar como cucaracha? Se vió las manos nuevamente, muy belludas, un poco gruesas. Debe ser el efecto de convertirse en cucaracha la mayor parte de los días -dijo con un poco de preocupación. Salió de la cama y un pequeño mareo lo absorbió por un momento. Sentía que su percepción sobre las cosas había cambiado, o simplemente era que si vista le mostraba los contornos distorsionados.

Se vió la panza. ¿Tenía la barriga tan grande?, ¿tanto había tomado ayer en el Treff? Tan amena no estuvo|la conversación con Rex, no hablaron más que política, no estuve sentado con él más de dos horas. Unas chelas no pudieron darle esa panza en menos de 8 horas durmiendo. Caminaba aún somnoliento, rasgándose los ojos, tocándose el rostro (no tenía tanta barba, ¿había papada?) y mientras más se acercaba al baño más ajeno se sentía a todo; con más distancia parecía empoderarse del espacio y con mayor dificultad aceptaba esa realidad como suya.

Cuando por fin terminó de tocarse todo el rostro y percatarse que no era él, el espejo le confirmo lo que sospechaba.

Gregorio Samsa esa mañana no amaneció como una cucaracha; es más, ni siquiera amaneció como Gregorio Samsa. Era alguien que aberraba más que ser un insecto rastrero. Había perdido su identidad como humano, y eso le jodía más que ser un insecto que nadie tomaría en cuenta.

lunes 22 de agosto

Vuelvo a las páginas del diario porque el ocio es el mejor compañero del escritor -o como siempre me llamo: aspirante a escritor-. Sé que no escribo ni un carajo, pero encuentro en las letras aquella psicoanalista de faldita corta, alta, con lentes de montura gruesa que vemos en series o novelas, y que el maldito protagonista acaba por follársela con mucho ánimo. Bueno. Siempre vuelvo a las letras cuando el tiempo ya parece demasiado para películas extrañas o música pesada, para pesares de amor o búsquedas banales, para momentos perdidos en mi vieja cama o en estrechas calles grises.

Este diario personal y compartido siempre incentivó alguna idea interesante pero contradictoria. Por un lado esperaba que al ser compartida pudiera prestarse como un medio 'patético' de debate sobre cosas insignificates y cotidianas de alguien que cuenta su vida por el único hecho de adiestrar la mano (en sentido literario, claro está). Sin embargo las contradicciones aparecen cuando mis experiencias llegan a ser tan personales que terminan por no interesarle a nadie, por no generar debate, y perderse en los estantes virtuales de mi blog.

Espero que esta vez sea diferente. He dejado los cuentos, estoy aprendiendo de la poesía (cosa que nunca logré con el primero), manejo bien el diario personal (gracias a Ribeyro, que incentivó mis ganas por el diario personal y literario), aquel documento que muestra una gran parte de la vida de alguien, que se supone será leído por varios y que podemos sazonar con ciertos elementos literarios que se nos presenten al momento.

Es pues el reinicio de mi diario personal.

lunes, 8 de agosto de 2011

Poemetría: Quedan

Qué me queda

me queda
un viejo cajón
lleno de palabras cursis

Quedan
poemas sin escribir
envueltos en suspiros
pero muchos otros
compuestos
de ...

me quedan
manos sueltas
pies descalzos
labios agrietados

Quedan
resortes sin sonidos
los ojos
al vacío
las voces en grave
las palabras sin fondo
los sentimientos sin forma

me quedan plumones sin usar
pulmones para matar
versos sin ritmo
poemas en desgarro

Quedan aún muchas cosas
por contar
que no harán más
que sumergir los papeles en tinta
oscura

me quedan
pues
las cosas
que no se pudieron contar
que se precipitan
al aire.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Poemetría: Decirle

Si puediera decirle
le diría

que busco atento
el mapa de su cuerpo

que intento doblegar
al silencio
que pretendo sumergirlo
en el viento

que no puedo
dejar sin pronunciar
su nombre
letra por letra
desde la grafía
al fonema

que no pasa un día
sin que sueñe
con sus ojos
o es que mis ojos
son lo que sueñan
con su dia

que la mañana es verde
por usted
que la noche no es noche
sin tu presencia

que los versos son infinitos
y los momentos tenebrosos

que los movimientos aparecen
de improvisto
temerosos

que su presencia es grata
y sus pasos
incansables

que mis metas imposibles
y su futuro yéndose
por un camino bloqueado

Si pudiera decirle
le diria

que no hay más que usted
y ahí se acaba el paisaje