miércoles, 8 de mayo de 2013

Carne Fresca (1)

Dédalo y yo llevábamos varios minutos viéndolas. Eran 2, una más alta que la otra, ambas tenían unas piernas perfectas detrás de esos minúsculos shorts, rasgados, viejos, vejados por ellas mismas, vejados pronto por nuestras manos..., al menos eso creíamos. Yo miraba a Dédalo y, sin palabras, hacíamos juegos silenciosos donde escogíamos a nuestra preferida; ay, quién decidiera escoger a la misma que el compañero. Sucumbíamos a largas competiciones mentales que tenían como victoria escoger primero a nuestra presa. Mientras tanto, las piernas tiernas y duras parecían mirarnos a lo lejos; volteaban a veces para mostrarnos sus nalgas perfectamente formadas por los shorts pegados con algún tipo de menjunje ancestral. Ellas seguían ahí, esperando.

Dédalo gana. Maldito hijo de puta, ya van dos veces seguidas, pienso. La ira no me dura mucho; es mi amigo y muchas veces me ha salvado ofreciéndome un profiláctico cuando mi memoria no cambiaba al chip de la mdurez y se mantenía impávido en el pensamiento infantil y colegial. Dédalo me mira burlón y cómplice a la vez: ¡Chicho, hoy cachamos! Esa frase que aparece cada vez que gana, cambia mi mal humor... ¡Y lo sabes!

Cruzamos la pista. Ellas aún se encuentran distraídas; no como su piernas, que se comunican telepáticamente con nuestras pingas bien paradas que ya no quieren dormir hasta que encuentren un buen lugar para divertirse. Chibolos pajeros, nos gritan. Fuera mierda, yo voy a cachar. Las chicas voltean por el cruce de palabras; la más alta, la que me toca a mí, tiene unas tetas tremendas... ¡La putamadre! Vi a Dédalo cagarse de envidia. Apenas ayer descubrimos lo que significaba "una rusa", mientras lanzábamos terriblemente con Conejo. Conejo nos había mostrado un libro viejo donde un tipo tenía su miembro incrustado entre dos tetas. Conejo de mierda, consígueme una revista pe. Cabro... y nosotros le dábamos yerba gratis. Conejo...

Dédalo se dejó llevar por el culo y por la estatura de la flaca de pelo corto. No es que fuera chatón, pero nunca le gustaron más altas que él. Me dejó la alta, me dejó las tetas, me dejó mi primera "rusa".

- Hola -dijo, tenía esa sonrisa que mira siempre más allá, nunca a los ojos, para no parecer tan desesperados-, ¿van a la tocada del Perro?
- Este... sí, esperamos a unas amigas.

Bien carajo, amigas... No quería aparecer en mi jato sin cache y con un labio partido.

- Nosotros también esperamos a unos causas, ¿nos acompañan a esperarlos y nosotros les acompañamos a esperarlas? -y así tan fácil como el trabalenguas que dije, saqué la botella de ron y la pipa.

Las caras complicidad aparecieron... eran nuestras...

martes, 18 de diciembre de 2012

Poemetría: Lectura

Leerte de pies a cabeza
como un rezo
una novela extensa 
o un cuento precioso. 

Leerte de inicio a fin
de fin a inicio

Rozar tu piel con la vista
escrutando en silencio 
ese pergamino 
que se prolonga 
en todo tu cuerpo. 

Y que el fin sea el beso
el suspiro tuyo.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Perro

Un poco loco para dejarse llevar por el pescuezo, ¿no?, y luego de algunos minutos mover la cola desesperadamente a la misma persona, ahora acariciándote el lomo, aguantándote las ganas para no ladrarle, morderle las pantorrillas hasta que llore de dolor. Un poco loco no cogerle la pierna y lograr una pequeña hemorragia. No, tan demente no es. Naturaleza le llaman. Otros, instinto.

Si es la naturaleza o el instinto, éste no deja de mover mi cola y yo de sacar la lengua mientras el tipo parado frente a mi deja de sonreírme, sentado en su largo y delicioso sofá, que me ha prohibido disfrutar tantas veces con golpes de sus zapatos o nuevamente cogiendo mi pescuezo y lanzándome al vacío de la habitación. Es él, quien mira lento con su pestañeo ese cuadrado lleno de colores y sonidos; quien dice cuidarme, alimentarme, amarme. Es él quien todos mis hermanos y congéneres me alientan a proteger hasta la muerte, en esa tentativa llamada fidelidad, mentira abyecta que busca condenarme a látigos constantes, a burlas generalizadas, a sentimientos de fácil olvido por el trabajo, eso llamado amor, o cualquier otro somero e insignificante motivo necesario para cogerme de la cola y hacerme llorar.

Así es pues, he decidido yo cogerle del pescuezo. No es suficiente de la pantorrilla, de la mano tirana que envuelve en dolor en vez de cariño o alimento. Ahora seré yo quien se acerqué con la lengua afuera, con ladridos fuerte pero reconfortantes, con la cola moviéndose de un lado para otro.

La cola ya no se mueve independientemente, es ahora controlada. Ven, amo, ven. Sigue creyendo que estoy feliz.

Juguemos.


martes, 30 de octubre de 2012

Poemetría: Untitled

Tengo mariposas en los bolsillos
esperando escapar
darle colores al cielo gris
parloteo confundido con aletazos
de sus frágiles telas tornasoladas
pegadas a su cuerpo pequeño
de metal

Escaparse lejos
donde no existan las palabras
demora, aurora, promesa
no volar sobre flores
sino sobre cabezas desordenadas
posarse eterno en tu nariz
y presenciar el film que se proyectan
desde tus ojos

Y verlas diluirse en el espacio
una, dos, eternas
sin perder una de vista
desde la más pequeña
hasta la inmortal
como el fiel reflejo de este sentimiento

En danzar onírico
en vuelco intermitente
Así siento.