martes, 27 de diciembre de 2011

Poemetría: Lunares.

Regálame de tu tiempo
para contar tus lunares
contarlos en silencio
primero verlos
contemplar el horizonte de tu piel
hacer un cálculo mental
y luego comenzar
con aquellos que me inquietan más

Contarlos con besos
los que aparecen en tu rostro
que cada uno roce mis labios
uno
      dos
los puntos bellos que aparecen
por tu boca
en tu cuello
sentirte crujir
mientras cuento los que se muestran
en tu pecho

Desciendo
y la estrategia para no perderlos
cambia
desde tu abdomen hasta tu pubis
quiero contarlos con los dedos
pasando la yema de ellos
sobre el juego de puntos negros
explorar tus piernas
buscando alguno que deserta

No me importa llevar la cuenta
un ábaco no me interesa
solo deseo contar tus lunares
si pierdo la cuenta
volver a contar
perderme entre tus lunares
perderme en tu piel
pegarme a ella
y volver a calcular.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Poemetría: Contar


Puedo contarte de dos formas
contarte como un cuento
sin dar respiro
sin guardar las palabras edulcoradas
o la tibia fiebre que desborda en mi pecho.

Te cuento como anécdota
como silencio agrietado
en historia hermosa
o en relato absurdo
donde me cuelgo de los dedos de alguien
esperando la sin razón para cogerte del rostro
y mentirte con la mirada que no te deseo
que no te pienso
y que no te sueño.

Te cuento también en regresivo y progresivo
te cuento con los dedos
con símbolos escritos desde pequeño
en números que salen de la línea
mal calibrados
expuestos a una mal suma.

Te cuento como problema algebraico
en geometría imposible
en ecuación insensata.

Cuento hasta diez
cuando debería hacerlo hasta 1000
cada número que lleva un recuerdo
una parte de ti.

Y contarte es también regresar
verte disminuída a un cero en conteo regresivo
solo para activar al bomba
o en todo caso
volver a comenzar y contarte.

Contarte
letra
número
te cuento.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Poemetría: Areligioso

Quiero dejar de creer en dios
y comenzar a creer en tu sonrisa
la única luz que me enseña el paso
el bello recuerdo de cada día
más que alguna canción soprana
u oración proclive al arrepentimiento.

Que Jesús comience a perder la fe en mí
voy perdiendo el camino
voy siguiendo el tuyo
con tropiezos y tus ojos
la fe es solo una pequeña parte
de felicidad
de felina alegría
de eterno festival

La religión pierde su encanto
sobre salvación
y perdición
mientras tus manos se entrelazan
con las mias
el cielo es un pedazo de tierra
mientras tus piernas se envuelven
con las mias
el infierno me inflama
me sorprende

No quiero dioses
santos
rezos
pecados
y misericordia
hoy me basta una mirada
un tono
un grito
tú.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Poemetría: Lejana

Verte a lo lejos tiene sus beneficios
verte completa en tu composición
sin recortes
sin simplificaciones
verte de pies a cabeza
en una sola pieza
sin perderme un solo detalle

La nebulosa cabellera
caer en tu rostro geométrico
los ojos delineados en colores
la nariz que no es nada sin los ojos
que no sirve sin tus labios

El cuello sensible a mi insensatez
adherido a tu hombros diminutos
precisos
esculpidos casi para venerarlos
tu abdómen
las piernas que te alejan o te acercan
tus pies que son desconocidos aún
para mí

Conjunto que se privilegia desde lejos
haciendo un gran sacrificio
ese gran sacrificio
que es verte de lejos
alejarte de mis brazos
que se desesperan por tenerte
de los labios que gritan tu nombre

Aún te veo de lejos
completando tu composición
haciendo mi mayor esfuerzo
para no acercarme
para no romper el encanto.


domingo, 6 de noviembre de 2011

Despegarse no es algo sencillo.

Despegarse. Suena fácil. Despegar las manos en un aplauso continuo, despegar los párpados cuando te levantas de un sueño placentero, en un parpadeo mecánico; despegar el cuerpo de la cama, el trasero del asiento del autobús, despegarse de ese sueño que nunca se pudo cumplir para satisfacer necesidades impuestas por una sociedad que nos parametra más. Despegarse de ese estilo tan nuestro, el cabello largo que se esfuma en un peluquería unisex, en una entrevista de trabajo que, contrariamente al tópico, te pega una camisa blanca con corbata rosada y unos pantalones que parecen volver de la época del colegio. Despegarse de las utopías que no nos sirven en un mundo lleno de nuevos anhelos, de ilusiones que queremos vivir en un futuro no tan lejano y más cercano.

Despegarse, suena fácil.

Yo no pude despegarme. Pude despegar manos, párpados, cuerpo de la cama, trasero del autobús, sueños de ser escritor por una oficina o piernas en montañas serranas, utopías justas por realidades leoninas.

No pude despegar mis labios de los de ella.

Prometía ser tan fácil. Mirarla a los ojos, quedarme delineando su rostro buscando intensamente uno error, un accidente que empuje en el vacío de la indiferencia. Convertirla en una silueta más que transcurre por pasillos, calles, rumbos, silencios. Tenía que ser fácil acercarme, verla alejar el rostro solo centímetros, con mucho más ganas de acercarse que de irse; sentir el CO2 caliente escabullirse por sus fosas nasales con tanta fuerza que podía escuchar el resonar del aire friccionando dentro de su nariz aguileña. Fácil sería besarla para romper el hielo, el silencio incómodo, su mirada al suelo, su pie moviéndose nerviosamente cada infinito segundo, sus brazos entrecruzados en su pecho perfecto que moldeo ahora que la beso, en pensamientos.

Me acerqué, la besé, mi pie derecho sigue moviéndose nervioso, los brazos cruzados siguen pegados en su pecho. Su cuello doblado dándome el rostro que no se separa.

Despegarse, ja, nada fácil. Nuestros labios parecían dispuestos a pegarse con UHU para siempre. Y Theodoro ya estaba contemplando la escena, convencido de que no teníamos intención de cambiarle el panorama.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Poemetría: Voz

Tu voz ya no baila en mi tímpano
se incrusta a lo lejos
en un tatuaje calculado
en canas orgullosas

Se complementa con el viento
que juega a llevarme sin poderme
a flotarme sin dolerme
a tenerte sin verte.

Y es que la tenga impresa
desde el tono cálido
con el que intentas pomerne al día
entre los espacios de tus palabras
queriendo inmiscuirse mi nombre
pegarse a tus labios
esconderse en tus dientes
jueguetear con tu lengua.

Quiero descifrar sus códigos
entender sus decibeles
perderme en el tono
que sale extraña de tu diafragma
y se deposita en el fondo de mi alma

Tu voz ya no se pierde en mi tímpano
ahora juega a flotarme sin perderme
a dolerme sin quejarme
a escucharte.

viernes, 21 de octubre de 2011

Poemetría: Ambos.

Fuiste situación extraña
encuentro incalculado
unos pasos a la derecha
siguiendo la flecha que tus ojos
en la foto
me señalaban sin motivo preciso
el camino que me llevaría a tus brazos
a tus labios.

Eres sendero oscuro
compendio de misticismo
que esclareces con una mirada
con un apretado suspiro
las manos que no me sueltan
que permanecen en mi mentón
rondando las facciones
que te rendían plegarias
en noctámbulas horas.

Somos articulaciones crujientes
silencios precipitados
cálido temblor
proveniente de extremidades nerviosas
de labios canibales
buscándose estrepitosamente
para deleitarse
en el festín carnoso.

Y las calles parecen desaparecer
pero somos nosotros quienes
desaparecemos
y las manos se complacen por tenernos tan juntos
tú, yo, el mundo.





lunes, 17 de octubre de 2011

El peligro de contemplar.

Fue extraño. Theodoro estaba en medio de ambos, como si fuera parte de una competencia deportiva, arbitrando una partido decisivo. Miraba cada lado del campo, examinando a los contendientes, esperando, sabiendo que en cualquier momento uno de nosotros daría el primer paso. Por algo yo no era signo fuego y ella signo aire. Moldeaba sus bigotes a cada pestañeo mío, lanzaba una tremenda bocanada de humo a percibir la mirada de Luciana escabullirse de la arena.

Yo seguía pensando que era muy extraño. La tenía frente a mí, y si bien al presentarnos también la pude contemplar desde la misma posición, estar sentado y dispuestos sobre la mesa, verla más serena y menos indispuesta con mi presencia me hacía apreciarla mejor.

Y la aprecié, no sé cuánto, pero creo que el tiempo se apoderó de mí implantándole una dimensión estacionaria, un momento donde pronunciar congelado no llena completamente la definición que me mantuvo viéndola por un segundo infinitesimal que me hizo conocerla desde toda la vida. Pude delinear la facciones de su rostro, completarla con suspiros silenciososo, que no permitieran ser detectados por su oído elaborado de almohadones nimios, escondidos entre sus garabatos que caín sin que ella los moviese. Sus ojos se escapaban, huían de mi mirada que los escrutaba hasta la saciedad; era como un profundo pozo donde reposaba agua de marmoleo color. Los labios se movían para pronunciar algo, imaginé al tiempo volviendo a correr, quebrantarse el aura que había formado con tan solo sentarse y comportarse como Luciana sabe hacerlo, pero fue un intento, el tiempo siguió sin hacer nada, sin mover las manitas de los segunderos, sin darle más trabajo al mundo que quería dar vueltas como su naturaleza así le confiere. Solo era ella con su rostros en V, metido en los cachetes, mentón puntiguado pero sensible.

 - Señores, me olvidé de algo que seguro les interesará -dijo estentoreamente Theodoro W. Adorno. Su voz parecía de otra dimensión al quebrantar el momento que había construído con tan solo verla y pensarla entre trazos y tonalidades-.Regreso en un momento, espero que cuando regrese hayan dicho al menos 'me voy'.

Sus patas sonaron fuertes al contacto con el piso. Cuando su cola terminó de desaparecer tras la puerta, yo ya me había parado y colocado a su lado. Su rostro lo dijo todo: quería escupirme de alguna forma, patearme, jalarme, golpearme, intentar alejarme con un mueca simple.

No se lo permití.

Ahí estabamos los dos, besándonos. Como si solo supieramos hacer eso.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Poemetría: Pídeme

No me pidas
que me quede solo con tu recuerdo
Pideme que quede
junto a ti
haciendote sombra
cuando el sol esté bien alto.

No me pidas
que te piense un momento
Pideme que
vea de largo
hasta comerme tu imagen
o que se quede pegada
en centro de mi óptica.

No me pidas
que calle
Pideme que
susurre tu nombre al oído
que te cuente de mis sueños
de mis maniobras
por hacerte mía cada día.

No me pidas
que no quiera
porque yo quiero
colocar mis manos en tu cuello
jugar a asesinarte
y no hacer más que amarte

No me pidas algo que no quiera
Pideme algo más sencillo
Pídeme que te quiera.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Poemetría: In(suficiencia)

No hacen falta exigencias
para satisfacerme en tu presencia
lo bueno, nena
es que no tienes que hacer nada
para complacerme

Basta un roce intencional
una casualidad que yo busco
con intensidad
un movimiento que 
realizas sin pensar

Me es suficiente una mirada
perdida entre tantas otras
si es que miras
mis cejas 
mi nariz
yo busco penetrar
en tus pupilas
incorporarme en tu alma

No necesito tenerte cerca
unida a mí
con pegamento industrial
me basta saber que tu presencia ronda
mi espacio
que ausente y presente
que volteo y te veo
que observo y te siento.

Me siento satisfecho
al sentir esa avalancha sonora
proveniente de tu boca
no necesariamente para mis oídos
pero que se entromenten
queriendo cada vez más
reconocer tu timbre de voz.

Me son suficiente nimiedades
para quererte
como te quiero
una vez verte
me es suficiente
para seguir viendote
por siempre.

martes, 20 de septiembre de 2011

Luciana, la de los cabellos garabateados.

Luciana era su nombre. Pequeña, flaquita, cabellos como garabatos, ojos grandes bien delineados, de perfil aguileño, labios moldeados con delicadeza terminando en finamente en al consecución de una sonrisa a medio dar, mal hecha, casí por obligación.

Me gustó, no lo voy a negar a estas alturas. Pero en ese momento su sonrisa mal fingida y su falta de interés me obligaban a pensar, idea que acerté, que traída con engaños a esta reunión. Theodoro miraba atentamente la escena: yo la miraba atentamente con mi sonrisa de bienvenida, esa que pego con esfuerzo en mi cara cualquiera que sea la situación. Me quedé pegado a su rostro, a su cabello indefinible a sus ojos que me esforzaba para mantener los míos pegados a los de ella. Ella miraba todo menos a mí, lo que fortaleció la idea de sus forzosa presencia en esa reunión; no sabía que hacer con las manos y bajaba la mirada cada tantos segundos para mirar al gato feo, esperando que diga algo, que le dé instrucciones sobre qué hacer o cuáles eran los objetivos de aquel encuentro.

Fui yo quien habló.

- Mi nombre es Ramón, tengo 24 años, soy sagitario...

- Mi nombre es Luciana -me cortó como si voz fuera una navaja-. No sé qué hago acá -su falta de tino destruyó mi sonrisa pegada con delicadeza-, el señor Adorno creo que tiene algún plan para nosotros-. Y lo volvió a mirar.

Me reí, con entusiamo, por la situación, por las malas ganas de Luciana, por haber escuchado 'Sr. Adorno', por los aires refinados que había adquirido el gato feo.

- Señor Adorno -contenía la risa- dígame de una vez qué hacemos acá.

- Muy fácil señor Sach. La señorita Valencia es elemento aire.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Poemetría: Escape

Mientras - exista - el escape - puedo -conjugar espacios - reelaborar estrategias - escribir palabras - que carezcan de sentido - 

Mientras
             tu
                 escapas
                             por la 
                                      escalera
                                                  de emergencia...


con tus ojos
reencontrarme
y
en tu pecho
perderme
tus muslos
de tus rodillas
cogiéndome
por el ascensor
subir
quiero
yo


                                                                                     encontrarte
                                                                                                      en la azota
                                                                                                                      sabotear
                                                                                                                                   tu orgullo
                                                                                                                                                  y hacerte
                                                                                                                                                             mía

Mientras - exista - el escape - debo - preparar - la manera perfecta - de sabotear - tu huida - con un verso.


domingo, 18 de septiembre de 2011

Intentos, creación, regresos y elemento aire.

Tenía la hoja en blanco frente a mí, pura, sacrosanta, dispuesta a ser ultrajada, violada, cercenada y desgarrada por tanta palabra mal dicha, tan mal utilizada. Estaban mis dedos moviéndose con inquietud, deseando poder soltar las frases que se inmortalizarán en el espacio, en el vacío cálido e indescifrable de la nada. Estaba mi alma presta a desnudarse y dejar en claro que mis sentimientos serán procesados en grafías, decodificadas y puestas a la venta. Mi mente se encontraba con la puerta abierta para dejar a los demonios a su libre albedrío y comenzar a forjar las ficciones que se prestan solo para novelas o cautivar mujeres en la oscuridad y el alcohol.

Sin embargo, como una pesada piedra que se ha colocado con la peor de las intenciones, una fuerza sobrenatural que trata de impedir el proceso creativo, esa última aseveración del gato bloquea cualquier intento por generar una idea. Aún recuerdo su ojos remarcados por la luz tenue de mi habitación, sus bigotes cayendo al compas de su mandíbula que pronuncia una simple frase que destruyen mis nervios, que no dejan de dar vuelta el circuito de mi imaginación:

¿Quién te ha mandado?

Chico, para saber eso tienes que hacer muchos méritos.

Intuí algo desde que lo vi, ese gato sabe algo, sabe más de lo que pregona. Tal vez esa inconciente intuición fue la que me obligó a hacerle ese pregunta, muy elaborada, pero que en su momento no tenía ninguna intención. ¿Quién te ha mandado?, ¿quién podría mandarme a un gato parlante a joderme la vida? Comenzaba a proponerme situaciones y posibilidades alrededor de ese gato. Mientras que él aún no aparecía, no se dejaba ver al lado de la ventana, con su cigarro mentolado (para refrescar la garganta); había desaparecido.

El trajín de los días me obligó olvidarme del gato feo. Ni siquiera recordaba su nombre, que lo había dicho un sola vez, dejándolo al margen terrible del olvido. Lo olvidé.

Pues el destino juega siempre al margen de nuestra memoria. Una característica especial de las situaciones y momentos que, una vez olvidados, vuelven siempre a la línea de tiempo por el cual rondamos. Pues el gato feo llamado Theodoro W. Adorno (volvió con la misma presentación de la primera vez que lo vi), apareció en mi ventana con una noticia impregnada en incertidumbre y envuelta con una pizca de curiosidad:

 - Señor Ramón Sach. En mi ausencia le he preparado una cita con una joven que será de su agrado. No tiene nada de que preocuparse; ella es del elemento aire.

Y yo no tuve que decir más.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Poemetría: Existes.

Existes
como pieza incompleta
como paradigma incogruente
como intención de ver un mundo
que no concuerda con los números.

Existes
como la sola palabra da un augurio
un acercamiento
una intención del subconciente
una codificación de pasiones y temores

Existes
en el paso que sigue
en la sombra que eriges
en el suspiro que imprimes.

Existes
vertical
desde la punta de tus dedos
hasta el ápice de tu aura.

Existes como primavera
en el lejano eco
que se entromete en papeles
en noches en vela
en viejos boleros

Existes
sólo como sabes hacerlo
para enloquecerme.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Poemetría: Servirte

No me sirven más
las palabras escondidas
las letras pequeñas
las intenciones disueltas
en un simple receptor

No me sirven más
tu pensar desde lejos
tu alma entre dunas
en colores desconocidos
tu mirada para el paisaje
alejado de mis ojos

No me sirve saber
que piensas en mí
aunque en realidad pienses
en la vida que sigue
después de haber dado el paso anterior

Me sirves envuelta en mis brazos
calculados con precisión
para no ahogarte demasiado

Me sirves a la medianoche
donde las únicas voces que suenan
son la tuya muy cerca a mi corazon
y la mía
intimidante
en tu oido

Mis sirven tus manos
no tan pequeñas como piensas
haciendo de medida extraña
con las mías

Me sirven tus ojos mirandome
excrutándome aún con extrañeza
la córnea, la iris
el párpado que se cierra temeroso
ante el poder de tu mirada

Me sirve el mundo ahora
cuando tu lo completas
como figura holograma
la última para completar
el album.

No me sirves como estás ahora.
Me sirves justo a mi lado
sin hacer nada
solo colocando tu presencia
muy cerca a mí.

Para lo que sirvo yo
viene después de esa simple condición.
Yo solo sirvo ante tu cercanía.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Poemetría: Conocer y saber.

De qué me sirve
saber que 2 + 2
es 5
o que el cuadrado
tiene 90 grados
en todos sus ángulos.


De qué me sirve saber
que giramos alrededor del sol
y que la luna gira
a nuestro alrededor.


De que sirve escribir
conocer 24 grafías
y muchos más fonemas.


De que sirve tener el tacto
intacto
para diferenciar
entro lo suave y lo áspero.


Lo único que me sirve 
conocer es:


Que 11 + 10
me da tu edad
que los resortes
no tienen ángulos
sino intenciones.


Que yo giro alrededor tuyo
y tu giras alrededor
de mi pasiones
extraños cálculos
mórbidas manifestaciones.


Que no necesito escribir
si puedo decirte estos versos
al oído
escribir en tu piel
hasta recogerla toda.


Que suave es ahora
todo lo que toco
áspera mi piel
al sentirte cerca.


Es que conocer
perdió su significado
al conocerte
al suplir todas la verdades necesarias para vivir
solo saber de ti
me completa.

La suerte del gato y chau.

Escuchaba Sonic Youth cuando el gato feo se fue. No fue el mejor recibimiento ni la mejor forma de despedirlo, pero su alegato contra la literatura base y su constancia para lograr la innovación me llenó de aburrimiento. Habló sin parar, no respiraba, no se permitía una pausa, sólo tocaba con sus patas los bigotes que interferían con su parloteo insaciable. Por momentos daba un suspiro, se peinaba con su lengua áspera, momentos en los que lo miraba detenidamente... ¿realmente estaba ahí para ayudarme? Lo único que hacía era exasperarme con su voz sabihonda y sus aires de orgulloso personaje de novela.

- Tienes suerte de toparte con un gato que habla. Estoy seguro que si apareciera un gato negro le echarías la culpa de tu fracaso novelesco. El destino ha querido que tu ventana sea la más idónea para echarme una siesta; ya depende de ti que me alimentes adecuadamente, me brindes un ambiente cálido de convivencia y tengas temas interesantes de conversación para mantenerme aquí, apoyándote en lo que seguramente será un gran producto. Claro, no todos los escritores tienen a la mano un gato que habla... ¿o sí?

Tenía suerte el gato de que yo no me encontrara de mal humor. Ya sonaba en el parlante Medium de Cerati y no tenía más que la introducción en de la novela que me prometí escribir. Dejando mi mutismo hermético me aventuré a preguntarle algo.

- Theodoro... ¿Quién te ha mandado?

El gato sonrió. Nunca había pensado encontrar un gato que tuviera tantas características humanas, sentía que había sido forjado con una esencia distinta a lo de los demás gatos. Esa sonrisa, esa mirada, su forma de hablar, ese gato estaba perdido, era uno más de nosotros.

- Chico, para saber eso tendrás que hacer muchos méritos.

Desde ese día y por pura curiosidad, el gato feo y hablador se quedo en casa. Pero en ese momento, repentinamente, se fue.

jueves, 8 de septiembre de 2011

El inicio con la voz rasposa del gato llamado Theodoro.

El gato era feo. Todas las novelas parecen estar condenadas a tener en su argumento un gato que es del agrado del personaje principal; o del agrado del escritor, quien siempre menciona las cualidades perfectas del gato que entra a escena y que no necesariamente es del agrado del personaje principal.

En este caso el gato que se acercó a mi ventana era feo.

Era una gato rechoncho, de pelos esparcidos casi a propósito por él mismo. Emulaba a una bola de nieve, aunque su pelaje era de un color plomizo con entonaciones negras. Por un momento me vi al espejo al ver al gato feo. La única diferencia sustancial eran los ojos: sus ojos cetrinos eran gigantes; mis marronescos ojos, pequeños.

Y bueno, él era un gato y yo un ser grande de lentes sentado bajo la luz tenua de la luna, intentando escribir una novela.

Me pareció un buen augurio para darle inicio a mi proyecto. Un gato feo, lejos de la estética gatunezca de escritores conmovidos por el género felino me ofrecía una luz de innovación frente a obras similares. Todo iba en un transitar feliz hasta que el gato me habló.

- ¿Ya sabes de lo que vas a escribir?

Una voz rasposa, como su lengua, tal vez producida por la maraña de pelos que se aloja en su garganta; tal vez las noches de insomnio y pestilente lucha por sobrevivir. Esa voz que nunca había imaginado en la realidad, solo reproducida en series de bajo presupuesto, en películas fantásticas y novelas impresas en grandes editoras estaba ahí, proveniente desde mi ventana mal cuadrada. El gato me hablaba y pensé, carajo, un cliché más que debo de evitar.

- Aún no lo sé -le dije sin mirarlo, con desdeño. Esperé a que se vaya ante mi indiferencia.

- Mi nombre es Theodoro W. Adorno. Quizás pueda ayudarte a escribir esta novela. Es por ese motivo que aparecí en esta ventana, esta noche, en este frío.

No tenía pinta de llamarse Theodoro W. Adorno, ni Jorge Luis Borges ni Levi Strauss ni Keith Roger Barret... Tenía toda la cara de llamarse Ramón.

- La única forma en la puedes ayudarme en mi novela es dejando de hablar...

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Mi nombre es Ramón Sach. Tengo 24 años con 10 meses y dos días. Nací un viernes a las 8:42 pm. y culpo a esa arbitrariedad mi obsesión por la noche. Mido 1,78 cm. y peso 1 000 kg. (no pregunten pero sí, soy grande), aunque ese lejanos viernes del 5 de diciembre del 86 apenas pesaba 7. Tengo el cabello negro, no tanto como quisiera; algunas veces brilla y otras se opaca tanto o más que mi estado de ánimo. Mi cabello no tiene forma, algunos días es lacio, la mayoría intento que sea enrulado y las veces que no quiero, que son varias, son trinchudos.

Tengo lentes y soy sagitario. El signo de sagitario pertenece al elemento fuego y es compatible con los del elemento aire...

Demasiada información que intenta llenar la hoja en blanco. Mi nombre es Ramón Sach y solo quiero escribir una novela.

Hoy comienza la ardua tarea de escribir una novela que tenga final y comienzo, una historia que se rebele en cada capítulo, partes innecesarias para completar la trama, únicas en su singularidad, que forman en su totalidad la historia de alguien que tiene demasiado egocentrismo para escribir de sí mismo, o necesita de esta terapia personal para creerse egocéntrico. Una historia que muestra que mi vida no es tan fascinante como la vivo, sino tan increíble como la veo. Un relato que muestre lo que mis ojos quieren ver, necesitan, o ven en muchos momentos.

La novela tratará de conejos de ojos rojos que se dejan vender en las calles limeñas, de colores roba tiempo que dan bocinazos de bienvenida en la oreja, de mujeres y hombres retorciéndose de pasión en alguna esquina que los complete, de los ojos que nos miran de forma ecléctica, de nuestros ojos mirando de manera holística. Es la historia de todas la mujeres que nunca tuve y la única que quiero ahora. De los fracasos que tuve y las esperanzas que fabrico. Es el cuento de los poemas y versos, de los días grises y noches que no duermo. Una historia que se completará con la secuencia del día siguiente, o el fracaso del día anterior.

Hoy comienzo a escribir esta novela... y así conocí al gato.



sábado, 3 de septiembre de 2011

Poemetría: Desde hoy.

Ya no sucumbiré a risas preocupadas
que revuelvan mis pensamientos
a temblores mal infundidos
en miradas lejanas y saludos informales.

Ya no me dejaré llevar por la inconciencia
un camino de fantasía que completan la mente
de cuentos de hadas
de poemas de amor

Ya no permitiré que mis noches
suenen a vacío
a madera vieja
con adioses perdidos
en el camino largo hasta tus oídos

Ya no imaginaré tus manos pegados a los míos
tus labios delineados con brillos
tus ojos cercanos hasta borrarse
el cabello que se entromete en mis narices

Desde hoy
ya no soñaré contigo en la otra orilla
en sillas perdidas.

Ya no sueño...

miércoles, 24 de agosto de 2011

Poemetría: Decidirte

Hay días que
no me decido

No sé si
te extraño
o quiero que desaparezcas
de un brinco

No estoy seguro
si quiero verte
o seguir viviendo
de recuerdos
perdidos

No me convenzo
de quererte
porque a veces
quiero odiarte
despreciarte

No comprendo
lo que siento
cuando respiras
a mi lado
No me decido
entre besarte
y desgarrarte
entre tocarte
y violentarte.

Hay días donde
pensarte
en una decisión constante
lo único fijo es tu imagen
la indescrifrable
la que mantiene indeciso
sobre tenerte o dejarte.


lunes, 22 de agosto de 2011

Lunes 22: Awake

Abrió los ojos y profirió algunas palabras cadenciosas, una suerte de oración, un pedido que se le notaba en todo rostro agrietado por la preocupación. Sus ojos se posaron en sus propias manos. Movía los dedos como si fuera extraño verlos por la mañana, con la luz que entraba insidiosa por la ventana. Hoy no había amanecido como una cucharacha.

Gregorio Samsa, eres lo máximo, un día más sin sentir las matas crujiente destruyendo el colchón -dijo volviendo a cerrar los ojos, queriendo volver a introducirse en la onírica experiencia de la la tranquilidad, la ausencia de la angustia.

Sin embargo volvió a abrir los ojos con miedo en sus pupilas, temblando los párpados. ¿Y si volvía a dormir y volvía a despertar como cucaracha? Se vió las manos nuevamente, muy belludas, un poco gruesas. Debe ser el efecto de convertirse en cucaracha la mayor parte de los días -dijo con un poco de preocupación. Salió de la cama y un pequeño mareo lo absorbió por un momento. Sentía que su percepción sobre las cosas había cambiado, o simplemente era que si vista le mostraba los contornos distorsionados.

Se vió la panza. ¿Tenía la barriga tan grande?, ¿tanto había tomado ayer en el Treff? Tan amena no estuvo|la conversación con Rex, no hablaron más que política, no estuve sentado con él más de dos horas. Unas chelas no pudieron darle esa panza en menos de 8 horas durmiendo. Caminaba aún somnoliento, rasgándose los ojos, tocándose el rostro (no tenía tanta barba, ¿había papada?) y mientras más se acercaba al baño más ajeno se sentía a todo; con más distancia parecía empoderarse del espacio y con mayor dificultad aceptaba esa realidad como suya.

Cuando por fin terminó de tocarse todo el rostro y percatarse que no era él, el espejo le confirmo lo que sospechaba.

Gregorio Samsa esa mañana no amaneció como una cucaracha; es más, ni siquiera amaneció como Gregorio Samsa. Era alguien que aberraba más que ser un insecto rastrero. Había perdido su identidad como humano, y eso le jodía más que ser un insecto que nadie tomaría en cuenta.

lunes 22 de agosto

Vuelvo a las páginas del diario porque el ocio es el mejor compañero del escritor -o como siempre me llamo: aspirante a escritor-. Sé que no escribo ni un carajo, pero encuentro en las letras aquella psicoanalista de faldita corta, alta, con lentes de montura gruesa que vemos en series o novelas, y que el maldito protagonista acaba por follársela con mucho ánimo. Bueno. Siempre vuelvo a las letras cuando el tiempo ya parece demasiado para películas extrañas o música pesada, para pesares de amor o búsquedas banales, para momentos perdidos en mi vieja cama o en estrechas calles grises.

Este diario personal y compartido siempre incentivó alguna idea interesante pero contradictoria. Por un lado esperaba que al ser compartida pudiera prestarse como un medio 'patético' de debate sobre cosas insignificates y cotidianas de alguien que cuenta su vida por el único hecho de adiestrar la mano (en sentido literario, claro está). Sin embargo las contradicciones aparecen cuando mis experiencias llegan a ser tan personales que terminan por no interesarle a nadie, por no generar debate, y perderse en los estantes virtuales de mi blog.

Espero que esta vez sea diferente. He dejado los cuentos, estoy aprendiendo de la poesía (cosa que nunca logré con el primero), manejo bien el diario personal (gracias a Ribeyro, que incentivó mis ganas por el diario personal y literario), aquel documento que muestra una gran parte de la vida de alguien, que se supone será leído por varios y que podemos sazonar con ciertos elementos literarios que se nos presenten al momento.

Es pues el reinicio de mi diario personal.

lunes, 8 de agosto de 2011

Poemetría: Quedan

Qué me queda

me queda
un viejo cajón
lleno de palabras cursis

Quedan
poemas sin escribir
envueltos en suspiros
pero muchos otros
compuestos
de ...

me quedan
manos sueltas
pies descalzos
labios agrietados

Quedan
resortes sin sonidos
los ojos
al vacío
las voces en grave
las palabras sin fondo
los sentimientos sin forma

me quedan plumones sin usar
pulmones para matar
versos sin ritmo
poemas en desgarro

Quedan aún muchas cosas
por contar
que no harán más
que sumergir los papeles en tinta
oscura

me quedan
pues
las cosas
que no se pudieron contar
que se precipitan
al aire.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Poemetría: Decirle

Si puediera decirle
le diría

que busco atento
el mapa de su cuerpo

que intento doblegar
al silencio
que pretendo sumergirlo
en el viento

que no puedo
dejar sin pronunciar
su nombre
letra por letra
desde la grafía
al fonema

que no pasa un día
sin que sueñe
con sus ojos
o es que mis ojos
son lo que sueñan
con su dia

que la mañana es verde
por usted
que la noche no es noche
sin tu presencia

que los versos son infinitos
y los momentos tenebrosos

que los movimientos aparecen
de improvisto
temerosos

que su presencia es grata
y sus pasos
incansables

que mis metas imposibles
y su futuro yéndose
por un camino bloqueado

Si pudiera decirle
le diria

que no hay más que usted
y ahí se acaba el paisaje

sábado, 30 de julio de 2011

Poemetría: Pedidos

No puedo pedirte
una calle soleada 
pero puedes darme 
un rincón cómodo 


No quiero pedirte 
un bello sueño 
basta con darme 
una noche sórdida


No quiero soñar 
con un prado de flores
me contento con tus dedos 
rozándome las pupilas


No puedo contar
con tu voz en las noches
o tu piel en mi almohada
pero puedo pedirte
que susurres un motivo
saltes al vacío


No puedo pedirte
que digas mi nombre
Puedo rogar
que me mires de frente
sin el parpadear automático


No puedo pedirte todo
puedes darme
una mañana tenue
donde este tu imagen
imborrable

miércoles, 27 de julio de 2011

27/07/2011 - 12:30 am.

Somos sensibles a lo que nos acontece. Sea un pequeño suceso, un detalle mal visto o una astucia olvidada, estamos predispuestos a aceptarlos como importantes, parte de una maquinaria que nos hace seguir andando. Los asimilamos como formulas necesarias para forjar el destino, obtener una respuesta a los acertijos y darle luz a los caminos más oscuros. Les damos las formas y significados que mejor nos convengan, escribir la esperanza que estamos tan necesitados desde siempre.

Tres frases pueden ser el inicio de un camino majestuoso. Tres números la fatalidad innecesaria. Solo debemos estar dispuestos a aceptar lo que el destino nos disponga en las trivialidades cotidianas.

lunes, 18 de julio de 2011

Trazos

Era lo que necesitaba, comenzar a ver lo que viene de otra forma...
pero tuve que caer como dentro de un ascensor

domingo, 17 de julio de 2011

Poemetría: Espero

Espero que con el tiempo
no tenga más que contar los días
No quiera apresurar el tiempo
buscando un acelerador invisible

Espero que las próximas mañanas
pueda amanecer a tu lado
no importa si en una borrachera nefasta
o en una cama dulce

Espero que las noches mantengan el sabor amargo
de tu voz
el calor furiosos de tus ojos
la sensible inspiración
de tu indiferencia

Espero
poder hablarte al oído
entrelezar nuestras manos
oler tu enmarañada
tocarte la cintura
en acción constante

Espero
pacientemente
de que llegues a mí
Sabes que yo
estaré con los abrazos abiertos.

miércoles, 13 de julio de 2011

Poemetría: No hay más

¿Qué pasa si te digo que te extraño?
Acaso cambiarán las palabras
o las miradas que no se pueden cruzar

O es que los silencios se volverán más extensos
la distancia más cruel y difícil

¿Qué pasa si te digo que extraño
la sensación de emoción por el encuentro?
Desaparecerán acaso las calles por donde caminamos
las cuadras que andabamos
en onírica experiencia
un sueño que no volverá

Ahora

¿Qué pasa si te digo que me olvido de tu voz,
de tu rostro
de la cadencia de nuestra historia
de los suspiros alejados?
Acaso tendré que olvidarme de los pasos ahogados
de tus ojos sumergidos en olvidos
las palabras fuertes
o los besos incompletos

¿Qué pasa si te digo que tu imagen se borra
y los recuerdos ahora son mejores que tus imágenes?
¿Acaso ya no hay más....?

miércoles, 6 de julio de 2011

Poemetría: No estás

No estás
Y las noches aparecen como
El auxilio necesario
Un SOS desesperado
En el cual tus letras
Y palabras
Tienen tanto de tus besos
De tu cuerpo
Y de tu sexo

No estás
Y quiero trazar líneas
Desdibujar los contornos
Colorear el vacío
De no tener tus pies
Y tus manos
En mi bolsillo

No estás
Y las frases de amor
Desesperadas frases
Quieren romper la coraza de la distancia
Del desconocimiento

No estás y esas frases
Quieren ser imprudentes
Salvajes
Pero también dulces
Ácidas en tu alma
Explosivas en tu boca
Relajantes en tu vientre

No estás
Y el frío es único amante
Que me permito
Me envuelve en tus recuerdos
Sobrevivo en tus ansias
Por permanecer oculta
En el firmamento cruel
En el desconocimiento agradable

Y no estás
Material como quisiera
Sumergida en sábanas y pijamas
Sin embargo
Estás presente en versos
En sensaciones
Que no se van
En recuerdos que mantengo a pulso
De quererte.

martes, 28 de junio de 2011

Poemetría: Puede

Puede que las noches aún mantengan el silencio agrietado
las tonalidades festivas
el cantar hiriente.

Puede que las tardes se queden con su mutismo cercenado
con un tufillo punzante.

Puede que mi voz se mantenga clausurada
mis intenciones enjauladas
mis pasos demarcados
en plantillas prefabricadas
en un desvio cuadriculado

Puede que el ocaso
se convierta en acoso
que intente despegar el sol con un anaranjado
grotesco
inflingiendo a la lluvia un hedor patético

Puede que los días carezcan de sentido
las palabras se oxigenen
aburridas
que los versos se queden 
sumerguidos

Puede que este sintiendo lo que no he sentido
los 24 de cada mes
los martes de cada semana
las 6 de cada tarde
los ojos de cada instante

Puede que este acabando
los destalles
puede que los significados
se queden sin significante

Puede que todo se quede en oscuro extraño
en vacio hermético

Puede que me este quedando sin ti
y no me voy dando cuenta
que se desmorona el castillo
y que me lleva consigo