sábado, 27 de diciembre de 2008

Un torrente de mí mismo

No sé qué hacer para impedir que los suspiros se vayan con el viento, recoger de la acera, guardarlos de a pocos en mi bolsillo, apretujarlos para que entren todos, para sentirme igual mañana, o no tan lejos, en la noche.

Los descubro y los coloco dentro de una caja, capaces de escaparse y decirme que la vida, mi vida, está llena se suspiros, de lágrimas, de corazones rotos, de cara deforme por la tristeza, de almohadas mojadas, de gritos sin sonidos, de adióses sin holas.

Los recojo nuevamente, la caja parece llena, pero cada día un suspiro me abandona, y se recuesta en lo más profundo de mi corazón.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Muy mala religión

La peregrinación duró medio mes. Ya me habían dicho de este Gran Dios Profesor, toda una eminencia en el curso. ¡Alabémoslo!, decían unos. ¡Rogémosle!, decían otros. El Gran Dios Profesor, maestro y ejemplo de la ciencia e investigación, descanzaba en lo más alto de atril, esperando los aplausos, los signos de admiración, los gritos desesperados de los jóvenes que le lamían los pies maltratados. Él sólo asentía con la cabeza, miraba altaneramente y daba una señal, un leve movimiento de cabeza que significaba que eras uno de los elegidos.
Ciertamente, era que habían un grupo que no creíamos en el poder espectral de tal Dios, no nos dejábamos sorprender por su pose de todopoderoso, de sus manos balanceándose como ondas marinas, de su aliento fétido, de sus palabras sapientes. Decidimos dejar de peregrinar y nos dedicamos a realizar otras actividades que llenaran mejor nuestro espíritu aventurero y anarquista.
Lo peor vendría al final. Los seguidores acérrimos, aquellos que le lavaron los pies con sus cabellos, aquellos que le lavaron la ropa, que lo peinaron, que entregaron a sus mejores vírgenes, ellos que los siguieron como excremento saliendo de sus espaldas finales, se ganaron el cielo. Sendas cifras aparecían en los alto de su frente.
Mientras tanto, los herejes, aquellos que se negaron a la verdad absoluta. Recibieron grandes números rojos en la frente, con la consigna de volver cuando el sol aparezca en el horizonte dormido. El Gran Dios Profesor reía, sus súbditos reían. Los herejes seguían contentos, pues no tenían que lamerle el culo a ese estafador.

sábado, 20 de diciembre de 2008

20 de diciembre (5:43 pm.)

Ay, Leticia, y la tarde, la noche, y la tardanza, el desespero y la perdida. Un rincón sin sentido entra por entre mis oídos. Ay, Leticia, ¿permaneceremos siempre así, viendo el ocaso desaparecer entre los edificios mórbidos? Aprieto los dientes y trato de colocarme bien la sonrisa en dirección contraria a tus ojos. Ahora no puedo verlos, ahora no.
Y cojo la caja y la vuelvo a tomar, y la volteo y la suelto, mientras la sonrisa de escucha a lo lejos, la burla, ese lenguaje desencajado y famélico. Leticia, ahora no, y ella que inicia esa risa que contagia y muta el ánimo más inquebrantable. Cariño, digo, cariño, y que me apretuja contra su pecho.
Ya es tarde y el recuerdo parece desaparecer como el ocaso, dejo la banca, dejo la caja, dejo el parque, dejo la molestia, dejo a Leticia, dejo al ocaso, dejo al recuerdo que se instale en lo más profundo de mi cabezota. Ya vuelvo, que tengo que recoger un chancho...

jueves, 18 de diciembre de 2008

18 de noviembre (6:11 pm.)

Jenny, sonrisa en toda la cara, me explica que las clases ya acaban y que están dando exámenes los que salieron desaprobados en el final. Eso demuestra por qué estoy tan calmado en el balcón, afuera de mi salón de clases, hablando tan alegremente con Jenny.
Ya comienza el verano, por no decir que ya comenzó, y me siento demasiado etéreo, alejado de este lugar llamado universidad, de este sentimiento llamado incomodidad y de esta conversación llamada amistad. Jenny me dice que el próximo año estaremos en la noche y esbozo una sonrisa algo divertida. A lo menos estaré alejado del sol, le respondí entre sueños, esperando que me dijera que todo estaría bien en próximo año.
- ¿Y qué vas a hacer en verano, Ramón?
Luego de mucho tiempo escucho ese nombre, mi nombre. Aquél que quise evitar desde que comencé con este penoso diario, y que poco a poco he dejado de alimentarlo con tristes historias, reflexiones del vida y alegorías al amor. Escuché ese nombre lejano y me gustó. Me gustó llamarme, como siempre Ramón.
Le agradecí a Jenny por hacerme recordar mi nombre. Se quedó algo desconcertada. A lo lejos, yo ya me iba, me decía que había leído algunos de mis relatos. Escuché esto último con gran alegría mientras repetía: Ramón, Ramón, me gusta Ramón!
Y así Jenny quedará en ese lugar de mi cabeza, donde los recuerdos revolotean cada cierto tiempo, siempre agradeciéndole por ponerme un nombre, y por leer los cuentos que nadie, nadie, lee.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Un encuentro más que extraño

Últimamente estoy saliendo de la universidad más temprano de lo normal, consecuencia de la culminación del año universitario. La tarde se muestra más soleada de lo habitual, lo que me mantiene en un posición expectante y pasiva de lo que pasa a mi alrededor. Un movimiento brusco podría traer serias consecuencias en mi estado de ánimo en lo que quede del día.

Leyendo a Onetti (que esperaba, hasta el cuento que estoy leyendo, más de él), observo que sube una pareja. Reconozco a la joven: una chica muy simpática que nos gusta a todos en mis salón. Ante la no presencia física de Leticia, me pongo a observar a esta chica, que para no ser hipócrita y poco objetivo, es muy hermosa físicamente. La observaba fijamente a los ojos, rostro de extrema hermosura, acción que tuve que cortar ante la presencia de su enamorado. Soy muy respetuoso cuando una joven se encuentra con su pareja.

Sigo leyendo, no habrán pasado ni diez minutos en el bus cuando siento que alguien se acomodó al lado, sin querer observo al sujeto: Era la joven que hace unos minutos había subido con su enamorado y ahora estaba a mi lado, mirándome amigablemente, casi como si me conociera.

-Mi enamorado se pasa -me dijo indignada, muy amigable y gentil, como si me conociera- quiere que lo espere en su trabajo como dos horas. ¿Qué voy a hacer dos horas en una oficina inmunda?

- Bueno, hay muchas cosas que hacer -respondí de la misma manera, como si fuéramos patas de años, sin la típica vergüenza por conversar con alguien nuevo, lo que me causó mucha confusión-. Puedes ordenar sus papeles, jugar en la computadora, leer un libro, escribir.

- Qué divertido. Preferí irme de frente a mi casa, y te hablé para no estar aburrida viendo el paisaje por ese vidrio tan cochino. Además me he dado cuenta de que me miras mucho, ¿será que te gusto?

Me puse nervioso por primera vez. Este tipo de situaciones me disgustan de sobremanera. Traté de evadir la conversación.

- ¿Y cómo va todo en la universidad?

- Pésimo, sólo sé que este año termino todo lo que debo en cursos...

Se levantó, ni siquiera se despidió y salió disparada del asiento hasta la puerta delantera del microbús y con un pequeño saltito cayó en la acera. Desde dentro del bus, miré a la joven. Sabía que si me cruzara con ella alguna vez por la universidad, no me reconocería, ni mucho menos me recordaría.

Seguí leyendo ese cuento aburrido preguntándome cuál sería el nombre de aquella joven.

07 de diciembre (10:10 pm.)

Parece que la vida suele irse por varios días por el escusado, y siempre el protagonista principal de esta vida suele preguntarse mientras su vida se va escurriendo por el water: "¿La corriente se irá por la derecha o por la izquierda? Me parece que eso depende del hemisferio donde me encuentre."
Y simplemente es sólo mi caso, que mientras la vida y mi trajín me va consumiendo con letras, escritos, libros que dejo de leer, tareas que dejo de no hacer, música nueva que siempre llega a mis oídos, canciones que siempre van a sonar mal en mi guitarra, la vida va cayendo por el escusado y yo sigo mirando, cae va rodando y rodando.
Y los días siguen pasando y yo como si nada ocurriera. Un año y medio de relación, 22 años recién cumplido, cursos aprobados en la universidad y siento que esta vida todavía no está completa que me falta algo. Todas las inmundicias de mi cuarto se reúnen todas la noches a conversar en un rincón y nunca estoy invitado. ¿Será que mi vida ya es demasiada compleja?
Me relajo y me doy cuenta que casi medio mes que no escribo. Cuando esto es lo que amo. ¿Qué hago revolcándome bajo los libros? Escribiendo números, sumas y restas. Bueno, ahora, más tranquilo, puedo escribir una líneas y escuchar algo de The Beatles sin llegar a la molestia.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

26 de noviembre (4:57 pm.)

Ayer me encontraba con por el jirón Quilca, lugar donde se reúnen varios placeres; pero en sus primeras cuadras, aquellas que se acercan prematuramente a la avenida Alfonso Ugarte, se había armado un caos tremendo. Un grupo de jóvenes, llenos de vitalidad, lentes, frases grotescas, respiraciones rápidas, miradas fariseas y movimientos inquietantes, habían hecho un plantón en medio de la calle.
Entre los muchachos vi un cartel de la universidad Federico Villarreal. ¡Mi universidad! ¿Qué clase de protesta realizan los chicos de la UNFV, mi casa de estudios, en esta avenida conocida por ser una empresa de sexo y placer? ¿Y a esas horas de la noche que era demasiado extraño?
Ya era demasiado extraño verme pasar por ahí a esas horas (qué ni se enteré Leticia), cuando, cruzando la avenida, me topo con un compañero de aula, Alejandro, que sostenía una banderola en representación de la base 2006 de sociología. "Estamos protestando por nuestros derechos, estás chicas ya están abusando de nosotros y eso no está establecido en el convenio realizado por la universidad".
¿Sus derechos? ¿Abuso? ¿Convenio con la UNFV? ¿Qué clase de manifestación era ésta? Seguí caminando y más adelante me encontré con un grupo de docentes de la universidad. No pude dejar de notar el labio inferior sobresalido a más no poder y los lentes resbalándose por el conducto nasal, era el profesor Ramos. Me saludo y me contó su vida en la universidad, las marchas que había realizado de joven y sus encuentros amorosos con varias chicas traviesas de estos lares. Una vez más tuve que pararlo y preguntarle el verdadero motivo de esta trifulca.
- La universidad Villarreal tiene un convenio con la hetairas de jirón Quilca. Los jóvenes estudiantes y los docentes tiene el derecho de tener un 15% de descuento con cualquier chica de esta avenida con sólo presentar su carné universitario o su carné de docente -me decía todo muy serio y apenado-. En los últimos días, las señoritas prostitutas han estado obviando este convenio, lo que profesores y alumnos nos hemos sentido mortificados. Y aquí estamos.
No sabía si reírme o irme de ahí corriendo. Lo único que pude hacer fue levantar mi bandera de la UNFV y protestar por el bienestar de mis compañeros y profesores.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Tráfico

El estúpido taxi se para frente a la estación. El aliento sube a ella, llévame al corazón. El chofer se da cuenta que no es un aliento, es un suspiro; esos que nacen de una supuesta ilusión, de una falso nuevop amor. Pisa el acelerador y a toda carrera se mete a ese túnel llamado Boca.
En el túnel la Boca no se puede ir a más de 90 km. por hora. La altura máxima es de 35 centimetros. El taxi va rápido y el aliento-suspiro se inpacienta. Llegan a una trifurcación; toman la ruta del medio. Siguen de frente mientras el taxista coloca una pequeña melodía.
De la nada se detiene. Señor, no se puede avanzar. Dicen que hay algo, una construcción por un cumbre internacional. El corazón está fuera de servicio ahora. Cómo es posible, reclama el aliento-suspiro.
Sale desesperado del coche, gritando, suspirando. Viene un policía. Lo siento, se está construyendo una gran ceremonia, no puede ingresar. El aliento-suspiro se impaciente más. Lo siento, se está contruyendo un sentimiento en el corazón. Cuando un sentimiento se construye o parace en el corazón, no hay nada que hacer.
El aliento se conviertio en un activista en contra de tal cumbre, pero sólo pudo conseguir al taxista, que lo seguía queriendo que le pague la carrera.

21 de noviembre (8:34 pm.)

Uno se choca se cae, parece que se levanta pero se vuelve a caer. Tropieza, se quiebra (ilustrado dee esta manera: cara al borde de la inundación, arrugada, patética, divertida o en algunos casos conmoverdora), quiere no hacerlo, pero lamentablemente hace caso omiso a su fuerza de voluntad y se lanza a la aventura del ríos. Pequeñas y molestas criaturas transparentes.

La palabras de aliento parecen ser un nuevo comienzo; pero te meten y te meten más y más en la pena pena. Te hacen apretujar más la cara, necesitar de alguien. Luego, como si nada pasara, respirar un poco y todo a la mierda. Una huella en el olvido.

Pero también hay los de las pataletas, mentadas de madre, auxilios y socorros, rezos a la virgen del milagro o colapsos nerviosos con espuma incluida. Grandes actores.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

19 de noviembre (7:16 pm.)

Un tipo vino y me dijo:

- Sé que estás metidos en varios grupos subversivos, desde los pinta paredes, pasando por los toca timbre, hasta lo llora niños y defende viejos. Sabes que estás en un lío terrible ¿no?

- Señor, pretendo regenerarme, quisiera colaborar con la-suciadanía-de-nuestro-país. ¿Qué debo hacer?

- Primero alejarse de esos grupos que no hacen más que generar desorden en la ciudad. Mmm. Usted puede comenzar con la brigada anti llovizna, para luego ser parte de comando pro miseria-en-nuestro-país. Usted sabe, toda esa burocracia que hará que el engranaje de nuestro querido país vaya más despacio de lo habitual.

- Entendido mayor. ¿Cuándo comienza el servicio?

-¿Para mañana está bien? Gente como usted tiene que servir a nuestro país lo más rápido posible.

-Cuando quiera.

Y se fue muy contento, casi desfilando

No sé dónde tenía que ir, así que a los dos días seguía haciendo fechorías.

sábado, 15 de noviembre de 2008

15 de noviembre (4:46 pm.)

Ahora sí concuerdo con un nuevo escritor español de renombre, al escuchar decirle alguna vez: La escritura nace de gente ocioso como nosotros, que no tienen nada que hacer; que no trabajan, que no estudian, no hacen nada.

Y tiene razón. Estoy ahora, sentado desde hace 10 minutos, mirando la computadora sin nada mejor que hacer. Pensando en algunas personas, deseando hacer algunas cosas, otras no. Imaginándome en lo que debe estar haciendo Leticia. Esperando que alguna vez en el día me recuerde, me extrañe. Y sin pensarlo terminé escribiendo esto. De la ociosidad al arte hacia un sólo paso... Ni un paso, un respiro.

Lo triste es que ya me aburrí de estar sentando acá. A penas termine de escribir me levantaré, seguro que me iré a echarme en la cama, prenderé la televisión, dormitaré unos segundos, moveré la cabeza tratando de no dormirme profundamente, proferiré algunas alabanzas hacia la trsiteza de estar solo, y luego de varios subiré de nuevo, a sentarme en la misma silla, tratando de crear otra historia.

Aunque pensándolo bien, me echaré y ya no volveré... Hasta la noche.

jueves, 13 de noviembre de 2008

13 de noviembre (5:31 pm.)

Una lágrima nació de mi ojo derecho, se deslizó por mi mejilla y, cuando estaba a punto de caer, se agarró fuerte de mi mejilla, se acomodó presta, y me dijo:

-¿Cómo así me concebiste?
- Mmm, tal vez un golpe en el corazón, un tropiezo de mi alma o alguna travesura de mis recuerdos.
- ¿Pero por qué solo yo? Yo nazco con la idea de que como yo, saldrán miles de lágrimas y caeremos en el vacío y terminará tu sufrimiento.
- No tengo la respuesta para esa pregunta, lo único que te puedo decir es que tal vez seas tú una lágrima del final, esa donde todo el dolor se va por fin, para que no regrese.
- ¿Una lágrima del final?
- Todo mi dolor y sufrimiento está en ti. Después de ti ya no sufriré más.

Y parece que lo comprendió todo, y se lanzó al vacío.

martes, 11 de noviembre de 2008

Como aquellos tiempos

Ayer volví a usar la manos y sentí que todo volvía a la normalidad, como aquellos tiempos cuando cortaba con la tijera figuras en la revistas o coloreaba con crayolas mi cuarto, cosas que mi mamá nunca me reprochaba y que me sentía orgulloso de hacerlo.
Pero lo que más me impresionó fue que ahora mis manos tienen más facultades: tocan con las precisión las cosas, disfruta de las formas de ciertos objetos. Me lanzó a decir que ya no toca, manosea sin ningún tipo de pudor. Sólo que después recibe cierto tipo de reproche por parte de quien está siendo manoseado.
También peñizca, abofetea, puñetea, ahorca. Todo esto a partir de que volví a tener control sobre mis manos. ¿Qué será si tengo una botella rota, un cuchillo o una 9 mm.?
Sólo sé que me siento bien con mis manos de vuelta y mis nuevas habilidades. Dibujando en la pared también me trae recuerdos.

11 de noviembre (4:51 pm.)

Así transcurre mi vida en estas últimas semanas: entre cánticos de soledad, entre alegorías al silencio y metáforas a la desvirtud de mi ociosidad, aquella que me permitía al menos escribir algunas lineas en mi diario perdido para mí y para todos.


Y es que en los estos últimos días el peso que trae consigo vivir en este mundo esta haciendo mellas en mi lastimero cuerpo, apenas teniendo fortalezas para respirar en las noches y ver los amaneceres en las mañanas. Verdad absoluta de este tremenda vida: el tiempo sigue siendo cruel y nuestro pasar en este camino de sentimientos y realidades a medias sigue siendo tan corto. Lejano es todavía pensar en caminar sin sentir que te lanzan alguna roca en medio de la cara, o te ponen una cruz en la espalda para que sepas que vivir es igual que morir por todos lo pecados.


Un pequeño tiempo para reflexionar, para descargar toda la mierda que lleva uno adentro, creada de tensiones sin fundamento, de temores sin luz, de amores inciertos. Ahora a volver a mi vida cotidiana. A vomitar en el inmenso balde debajo de tu cama.

sábado, 1 de noviembre de 2008

Protesta

Un gato en el sitio del presidente del congreso no es una burla abierta a tanto parlamentario inútil que tenemos. Es un muestra fidedigna de como un pequeño e indefenso ser pretende hacer valer sus derechos ante un tribunal que en su mayoría duerme, conversar, pelea (se jalan los pelos), duermen, ¿dije duermen?, trabajan ¿dije trabajan?.
El gato se siente, se lame un poco, abre los ojazos. Dice su punto de vista. Viable, aceptable. La derecha lo avala. En tanto la derecha lo avala la izquierda no lo hace (en primera instancia pretendía ayudarlo, pero ante el apoyo de la derecha fue una gran oportunidad para comenzar los disturbios en el hemiciclo).
Los líos no se hicieron esperar. El presidente, sentado al lado del gato que había ocupado su lugar, prefirió unas palabra: A votación! Se abrió la votación con una amplia victoria de los derechistas (eran mayoría); lo que no fue problema para los izquierdistas (que tomaron esta derrota electoral como un nuevo motivo de protestas y luchas).
Al final la noción fue aprobada: Ningún perro saldrá de casa sin la presencia de algún bozal, cadena y su dueño. El gato se fue más que satisfecho, el había pedido que hagan un parque exclusivo para gatos.

01 de noviembre (11:51 am.)

La conducta humana es impredecible. Nunca he visto, hasta ayer, la magnitud de la violencia interna, esa lucha abstracta, pasional, indiscriminada y sobre todo cruel que pueden tener cierto individuos dentro de sus mentes, corazones, almas y todo aquello inmaterial que sobrecoja sentimientos.

Ayer, pasaba por el distrito que me cobijó por años mientras estuve en la escuela, el distrito donde pasé mis primeras vivencias, mis primeros amores, mis primeras travesuras. Un lugar que le había tomado cariño y que ahora desprecio con toda el alma. Ayer, pasaba con el carro por Barranco. Tuve que levantarme, tuve que voltear el rostro a la mano izquierda, tuve que posar mis ojos en la calle que pasaba de largo a través del cristal. Tuve que ver ese afiche pegado en esa pared carcomida por el tiempo.

Un dibujo de una combi. No me apareció extraño, en Barranco sobran las expresiones artísticas de lo urbano. Esta vez mi deducción fue incorrecta: al lado de la imagen de la combi se observada una frase, de los más terrible que he leído en estos cortos 21 años y que dolieron peor que cualquier insulto, cualquier golpe...

Vayan a manejar su combi, CHOLOS DE MIERDA. Si no hay discriminación no estamos en el Perú.

Me quedé en shock, había otro pancarta con la imágen de dos bebés de distinta tonalidad racial, con otra frase alusiva a la discriminación, que no tuve tiempo de leer, ante el estado en el que me encontraba. No pude proferir otro sentimiento en toda la noche, no pude pensar qué mierda es lo que tiene la gente de Barranco para que cada mañana, tarde o noche pase por esta calle y vea este maldito afiche sin decir algo, sin hacer algún tipo de reclamo, un queja.

Estamos en el Perú y si no hay discriminación no estamos en él, cita el afiche. Ahora yo digo: Si no hay monstruos y mierdas caminando por la calle, no estamos en el Perú.

PS: Si quieren ver los afiches, están en la av. San Martín, no recuerdo la cuadra, pero están cercanos a una tienda que se llama La Canastería, en la puerta de la tienda a la derecha justo en una esquina. Pronto colocaré las fotos de esta basura.

miércoles, 29 de octubre de 2008

29 de octubre (6:09 pm.)

Desorden, absurdo. Por qué el mundo no puede librarse de estas palabras? ¿Por qué la vida es un continuo ordenar y estructurar? Un gato maullando en medio del parlamento; estructurado: se escapó un gato y se metió al congreso o simplemente es la metáfora de un mal congresista. Por qué nos complican más las cosas. El gato quiere poner orden en la sala, quiere nombrar a sus gatas como sus nuevas parlamentarias, quiere hacer una ley a favor de que los perros no salgan a la calle sin sus dueños. Humanos, siempre idealizando.
Ahora la idea de orden parece sacado de las viejas novelas caballeresca. La vida es como salir de mi desconocida ciudad, andar con mi fiel escudero y encontrar a mi bella princesa. Inicio, nudo y desenlace. La vida parece tan sencilla. Ese sistema ya caducó, corregir así las narraciones es peor que seguir utilizando la palabra enantes. Entonces, ¿cómo quedamos?.
Conclusiones: Desorden y absurdo. Dos cuestiones que nos tirarán de los cabellos y nos dirán muerte al cementerio (Cortázar dixit).

martes, 28 de octubre de 2008

28 de octubre (7:05 pm.)

Hace unos días escuché algo que me pareció muy importante: Si tienes algo en mente, déjalo salir. Significa que has encontrado tu camino, tu voz.

Ahora estoy en un proyecto muy particular y personal, al que le estoy dedicando todo el tiempo y todo mis fuerzas.

viernes, 24 de octubre de 2008

24 de octubre (9:05 pm.)

... y la vida aparece y desaparece como el parpadeo de un niño, nos priva de la libertad de sentirnos algo, de pretender ordenar nuestro cuarto, nuestros cajones con recuerdos, unos de rojo, otros de azul, de celeste, no, no, azul, bueno, algo que fue azul. Y recordamos, o intentamos recordar, ¿qué es lo que la vida nos da y nos quita? El tiempo parece darnos ambas respuestas, en una carrera hacia el olvido donde sólo una tarjeta de 128 MB de ram, parece hacernos lentos, lentísimos.
Pues la ganas de escribir parece también ensombrecerse ante este acontecimiento. Miento. Hay miles de cosas que contar, miles de cosas de que cuestionarse. Metafísica Olivieriana Horaciesca, prentender entender las cosas de la incertidumbre, del snobismo, del "mi mundo es una retazo lleno de fragmentos análogos, eso que llaman recuerdos". Patético Horacio, me has hecho entender que la vida no solo está compuesta de rencores académicos o petulancias literarias. Pretender ser como Morelli es mucho; pretender entender es patético.
Y este ir y venir en estos días sin escribir me enseñaron que sólo de vivencias vive la literatura, de otra literatura y de la literatura que no quieres hacer. De recuerdos pesado, de días de insomnio, de teoría literaria mal contada, de anarquismo sutil, de pendantería emotiva, de discursos perfectos, de anatemas sin resolver pero con la respuesta frente a tus ojos...

jueves, 16 de octubre de 2008

15 de octubre (7:02 pm.)

Hay momentos que te alegran la vida. La llamada de alguien a quien estimas mucho, saludo, un beso. Los rayos del sol en plena mañana, la garúa eterna de nuestra ciudad. Un viento gélido y escalofriante o el calor que entra hasta los huesos. Una sonrisa, gesto o tal vez un simple recuerdo o un pensamiento. En mi caso no fue ninguno de estos.

Caminar y buscar, desilusionarte, volver a caminar, tentar en lo más secreto de tu discernimiento. Seguir buscando y encontrar algo que jamás imaginaste encontrar. Esta tarde vine por un libro, en la mente tenía escrito El libro de los amores ridículos de Milan Kundera. Ya tenía pensado esta compra desde que el título se quedara grabado en la frente. Chinín me acompañó en la compra y fue en el stand de mi casero donde lo encontramos más barato. 25 soles.

Con tal compre me sentí sin recursos. ¿Por qué es tan caro invertir en libros en el Perú? El Chino me miraba aburrido. No sé, me dijo, sólo págame el sol que te preste porque ya me voy. Como siempre Chino aburriéndose tan rápido de las cosas tan cotidianas de la vida. Nos despedimos sin solemnidades; además, mi búsqueda aún no había finiquitado.

Salí del boulevard de la cultura. Demasiado caro. Seguí caminando por Quilca, pasando por el Averno y algunos puestos de libros exiliados del boulevard. Decidí entrar a uno donde en la primera parte primaban los libros bambas de auto ayuda; en la parte más lejana, los libros originales de segunda mano.

Y lo vi. Estaba forrando en un vinifán grueso que lo cuidaba de ese polvo maldito que pretendía envejecerlo. Color negro, letras blancas; en medio un pequeño dibujo de un caballero sin igual, desalineado, cubierto en una armadura trajinada por las constantes batallas junto a su fiel escudero. Editorial Cátedra, con introducciones y estudios, con imágenes... Estaba a segunda mano, pero esta mano no perdería la oportunidad de tenerlo en mis manos.

-Señorita, ¿cuánto está este libro?
Le enseño la portada, rogando por dentro que sea de esas que no saben qué es una edición Cátedra de El quijote de la mancha tomo 1.
-Ese está 15 soles.
-¿Lo puedo abrir?
-Claro joven.

Estaba nervioso. Me tardaba demasiado en quitarle vinifán tan pegado, tan impasible.
-Arránquelo joven -me dijo la señorita al ver el terrible espectáculo, o tal vez exasperada de mi actuación-, yo le pongo otro acá.
-No se preocupe, mientras no sea mío no puedo tratarlo como se me da la gana.

Por fin lo desnudé. Lo observé detenidamente y ya el resto es historia. Me enamoré del ese libro. Le di el dinero y me fui directo a mi casa, no sin antes llamar a Leticia a contarle el feliz acontecimiento.

miércoles, 15 de octubre de 2008

14 de octubre (9:26 pm.)

Lo que primó hoy fue un encuentro de los que tienen lugar en la universidad, cuando me quedo hasta las 3pm. leyendo o simplemente viendo lo que pasa a mi lado. Simplemente esperando que llegue alguien, me toque el silencio que tengo al lado, y me bese.

En eso se resume mi día.

13 de octubre (8:05 pm.)

Este fin de semana fue de locos. Y es que, nuevamente, lo que escribí ayer, y anteayer, lo escribí hoy.
Y es que desde esa mañan del sábado en que salí de casa, no sabía, ni siquiera me lo esparaba, terminaría bajñandome de un autobús, con Robertinho, esperando que se me vayan las ganas de vomitar. Y es que no tomé tanto, que tomé menos que otros días que la gente abundaba y la chela enflaquecía en nuestras manos. Y es que bailé como nunca, los ritmos más sensuales, y los más prohibidos y lo que antes eran réprobos, terminaron siendo deleite. Y es que dormí poco, como siempre cuando voy a tomar en lugares lejanos de mi casa, pero amigables.
Narrar los hechos que ocurrieron en aquella reunión sería caer en el sensacionalismo. Se bailó, se tomó, se conversó, se lloró, se abrazó, se besó, se ganó, se comió, de todo. Al final, en un colchón empolvado dormí un par de horas, esperando presenciar la luz para poder levantarme y regresar el camino a casa.
Ya levantados estaban Robertinho, Freddy y Sandro, que paraban de tomarnos fotos a Chino, a Jhonny y a mí, dormidos en lo más profundo del cuarto. Me levanté con sus risas. Apenás me puse de pie tomé mis cosas, me lavé y salí en busca de algún carro que me llevara hacia Chorrillos; estaba cerca a la casa de Leticia (con la que había pasado todo el día sábado) y de sólo pensar en todo el camino que me esperaba a casa me cansé. Me siguieron Robertinho y Freddy.
En el paradero, entre incoherencias y chistes de mal gusto, dejamos a Freddy esperando su carro. Robertinho se subió conmigo al leal microbús. Iba repleto y apenas nos pudimos acomodar al fondo del vehículo esperando un asiento desocupado en ese mar de parroquianos. A los minutos, entre recuerdos felices y divertidos sentí dolores estomacales, luego una sensación de incomodidad y entre las palabras incoherentes de Robetinho, las ganas de mandar todo a la mierda: quería vomitar... Le dije a Robertinho para bajarnos rápidamente del carro. Estábamos en la avenida Alfonso Ugarte.
Apenas pise tierra, como si fuera una maldición, se me pasaron mis malestares. Estaba nuevamente en pie. Robertinho se burlaba de mí mientras caminábamos lentamente hacia la avenida Wilson. Comimos algo y cada uno a su carro, nuevamente a casa.
Al llegar, no sentí ganas de dormir. Preparé el desayuno, me tendí en la cama y, como si la maldición cosa que viene y va, un dolor de cabeza, tremendo, agudo, me llegó como castigo de dioses... Ya no pude ni sostener un poco de aire en mis manos, permanecí impasible por todo el día.
Y hoy, luego de clases, recién puedo escribirles algo de lo mucho que me pasó esos días terribles. Lo extraño que la vuelta a la cotidianidad siempre es más jodido que una simple resaca.

12 de octubre (?:035 am./pm.)

Resaca...

12 de octubre (?)

Tomando...

sábado, 11 de octubre de 2008

11 de octubre (8:35 am.)

Escribiré en un rincón, y delinearé las formas con crayones, para no perder mi camino pueril. Me distraeré leyendo estupideces para lograr que la realidad se convierta en un total absurdo. La música que suena entra por mis oídos y se deposita en mi corazón; luego, como por cosas de la gravedad o simplemente de la tristeza, correrán por mis venas, subirán, desde mi pecho, por el cuello, mi rostro, hasta mis ojos. Saldrán convertidas en lágrimas, y el gran espacio vacío a mi alrededor me dará la razón.
Comeré para saciar el vacío de mi estómago. No puedo permitir tanta melancolía. Veré televisión para saber si tanta trivialidad me hace sentir acompañado, igual a los demás. Jugaré con el silencio, esperando que de diga algo, un susurro y convertirme realmente en su amigo. Me esconderé en el baño, y me mojaré la cara llena de pelusas y manchas rojas.
Me asomaré por la ventana y aullaré con los demás perros, para que sepan que tienen un compañero más, un solitario innato. Me protegeré debajo de mis frazadas, acurrucado en mis almohadas al menor ruido fantasmal y extraño. Me soñaré en un gran campo, y en el cielo sólo podré ver tus ojos y por un momento sabré que el sueño fue bueno.

viernes, 10 de octubre de 2008

10 de octubre (6:08 pm.)

Hoy escribiré por dos o tres días en los cuales el consumo de tiempo y la pérdida de sentido han primado en estos días.
Pues de hedonista no tengo nada (apenas un par de placeres que no cabe mencionar para no generar ideas perturbadoras de mis lectores), pues el sufrimiento es la piedra angular de mi alejamiento a los escritos en este diario apócrifo. Una semana terrible, lleno de deberes y tareas que uno debe presentar para sentirse superior y ya creerse profesional. Hoja tras hoja, lectura tras lectura, tecleada más tecleada, mi vida esta semana ha estado ligado a Teoría Sociológica, política fiscales, planificación operativa, formulación de proyectos, gestión empresarial, investigación cualitativa. Significancias y valoraciones estructurados en un syllabus de universidad nacional...
Pero para continuar con temas mejores. Concluí satisfactoriamente con Historia universal de la infamia del gran Borges. Conclusiones: Buenas historias, como siempre J.L. utilizando narraciones que existen en diversos países, sólo dándoles una forma más comestible y divertida, sin quitarle su sentido alegórico e histórico. Muy recomendable a los fanáticos de los archienemigos infames.
Luego comencé con un libro de cuentos de un escritor peruano, que de joven se adjudicó muchos premios. El libro se llama Osaím Baba. Cimarrón. De Cronwell Jara. A los días tuve que suspender su lectura, para evocarme en uno de mis paradigma: Cortázar y Rayuela. El libro anteriormente nombrado será relegado no sé por cuánto tiempo.

martes, 7 de octubre de 2008

07 de octumbre(8:38 pm.)

Aparato precioso. Teléfono. Una vez, una jovencita cachetona me dijo que a través del teléfono o del internet no se pueden transmitir sensaciones, expresiones. El teléfono es parecido o tan igual a cualquier expresión del rostro, con sólo un sonido, una voz, reconoces el rostro de las personas, su modo de pensar, sus reacciones, sus ganas de hablarte.
En la tarde reflexionaba sobre esto, pensaba si será verdad. Muchos me mostraron su negativa ante mis acusaciones. Es infame aceptar tal hipótesis, me dice la gran mayoría. Será que tengo un don especial: mirar los rostros a través del teléfono...

lunes, 6 de octubre de 2008

6 de octubre (8:28 pm.)

Llovió como pensé nunca volvería a llover este año. Nuestras respiraciones aparecían como una mancha blanca en el espacio, un humo especial formado por el calor y el frío. Las manos permanecían heladas, todavía. Los ojos querían cerrarse, acurrucarse en el tiempo. Congelarlo, como nuestro pies, esperar que dure para siempre.

Y no me importó todo lo demás. Sentir la garúa en mi rostro fue más que suficiente para no sentirme solo otra vez. Sentado en una banca de la universidad, soñé con estar ahí por siempre, conversando con la lluvia.
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Luego el temblor. ¿Significaré cambios climáticos? Espero que no.

domingo, 5 de octubre de 2008

05 de octubre (3:05 pm.)

En días como hoy comprendo cómo es que el tiempo se nos esfuma de las manos, se aleja sin decir adiós. Sólo faltan tres meses para que se acabe el año y parece que fue ayer cuando entré a la universidad por tercera vez, cuando me matriculé, cuando me enfadé, cuando lloré, cuando me entregué.

Haciendo esta tarea de mierda es como se nos escapa el tiempo, en un teclear al escribir...

sábado, 4 de octubre de 2008

4 de octubre (9:42 pm.)

Siempre por estas temporadas las calles se tiñen de morado. No de rojo, ni de gris, ni de amarillo; de morado, de púrpura. El olor que toma Lima es de incienso, de iglesia a punto de caerse. También de dulce, de salado, de ají, y de sudor, tanto sudor...
Por estas épocas sale una imagen que viene rodando en los corazones de los fieles, en la calles del centro, en el rabillo de la Villarreal. Salgo con Roberto y Freddy y sentimos la mezcolanza de sudor, color, ají, menta, semen. La procesión, dice Freddy con la cara somnolienta. La calle está cerrada y sigo un mierda entre dientes. Roberto, con su sentido del humor todavía muy pueril, comienza con sus comentarios desorbitantes pero divertidos. ¡Mi carro si va a pasar!, le respondo exasperado. Hoy decidí volver a escribir... Este es un suceso que merecía ser escrito, materializado.
Y es que ver este tipo de acontecimiento me llenan el espíritu: Ver las calles llenas de esta Lima patética, descolorida; pero esperanzadora y colmada de miles de sabores, y colores que pretenden aparecer en el horizonte. Me dice que existen los milagros.

04 de octubre (4:27 pm.)

Volví de soñar. Regresé de la desdicha de soñar despierto, de la obsesión de hablar dormido. De caminar sin sentido, de leer sin comprender, sin saber lo que es escribir. Regresé casi de la muerte, de pensar que el futuro es tan incierto y a la vez cercano, de presumir deberes y no exigir mis derechos, de caminar de un solo pie, de sentirme cada vez más solo, más alejado de todo.
Regresé de una depresión que no olvidaré jamás.

domingo, 28 de septiembre de 2008

27 de setiembre (00:24 am.)

Comenzó a llover. Parece que la noche seguirá así. No sé si es un broma de mal gusto o un signo de mala suerte, pero aquí está, la lluvia presentándose por última vez por estos cielos.

Tal vez sea una despedida sencilla, un comienzo inesperado a una nueva etapa.

viernes, 26 de septiembre de 2008

26 de setiembre (8:15 pm.)

Nuevamente Borges en mi vida. Historia universal de la infamia aparecerá entre mis manos por un pequeño, pero interesante periodo (el libro tiene nomas de 100 páginas, pequeño, letras grandes a espacio y medio).

Narra historias fascinantes de personajes que se atrevieron a desatar las peores fechorías y darle un poco de diversión a este mundo tan correcto. Personas que andaron libremente dejando sus cadenas de máquinas del sistema, para convertirse en libres espíritus, ángeles demoniacos. Al acabarlo les brindaré la reseña correspondiente.

26 de setiembre (3:56 pm.)

Morir es una de los proyectos más búscados, pero menos ejecutados. ¿Quién no ha pensado alguna vez en dejar su cuerpo inerte en algúna playa, colgado con alguna soga hecha de sábanas, destruido en alguna acera, incrustado en cierto automóvil de la vil ciudad?

Salió el sol demasiado temprano. Mis ganas de vivir apaciblemente terminaron demasiado temprano hoy. Esperé que sea un espejismo una mala broma, pero siguió hasta las 4, 5, 6 de la tarde.

Sólo quiero irme a dormir y que se acabe esto.

jueves, 25 de septiembre de 2008

25 de setiembre (4:34 pm.)

Hoy, luego de casi un mes de constantes viajes en microbús, sentado horas en bancas de parques, en las bancas de la universidad, luego de horas de clases desperdiciadas, terminé de leer Los detectives salvajes de Roberto Bolaño. Comenzaré dando mis apreciaciones sobre la obra.
En un primer momento, cuando compré la novela sin saber bien de sus críticas o comentarios, leí el argumento que siempre colocan en la parte trasera de las novelas aún desconocidas para enamorarme de la obra. Quisiera, antes que nada, dar un breve comentario por el argumento que pusieron los editores en la contratapa de la edición que compré.
En el argumento se aprecia que la historia trata de dos jóvenes que están en busca de su musa creadora, la fundadora del realvisceralismo: Cesaréa Tinajero. Debo recalcar que cuestiono esta sentencia. A mí parecer, la historia central de la novela trata acerca de la búsqueda y como ésta termina siendo la vida resumida de Arturo Belano y Ulises Lima, grandes seguidores de Tinajero y que pretenden continuar con la obra de su musa. Si bien es cierto en una parte de la historia se centran en la búsqueda de la poeta vanguardista, no es el hilo de toda la obra.
La estructura de la novela es la siguiente: Inicia con una introducción a los personajes desde la visión del joven poeta (por no decir fantasmal figura, pues no se sabe nada de él en los documentos de 1976 hasta 1996) Juan García Madero traducidos en la forma de un diario.La siguiente parte lo comprende un ciclo de 20 años, en los cuales se desentierran historia o vivencias de cada uno de los poetas real visceralistas y personajes relacionados a ellos. Como es razonable, la gran mayoría de estas narraciones (que están escritas muy bien, acierto del escritor chileno, de una forma periodística, como si fuera una entrevista íntima que convierte, al supuesto entrevistador y al lector, en figuras omnipresentes de las historias que se narran) se centran en los jóvenes poetas, protagonistas de esta gran novela. La última parte es la continuación de los primeros diarios de García Madero. Cabe resaltar que el salto de años, este confusión anacrónica, que se manifiesta en toda la lectura, le brinda un matiz especial y divertido, que continúa hasta la última página de la historia.
580 y tantas páginas hicieron que en un mes me convirtiera en un detective salvaje más y, además, en un seguidor del realvisceralismo. ¿Quieren ser uno de los nuestros? Lean la novela y únanse al grupo.

24 de setiembre (sin hora)

Lo de este día lo escribí hoy (25 de setiembre) y lo que escriba para el 25 lo escribiré hoy. Sin complicarle la cabeza a alguien, hoy escribiré 2 páginas de este diario hoy.
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No llores, te instalaré en tu vientre
contaré hasta tres
seguiré conteniendo mi rabia
pero no llores.

Mantendré a mis dioses bajo la almohada
ocultaré mi verdad entre mis cabellos
seré tu hombre perfecto
pero no llores.

Cuidaré de ti cuando seas anciana
veré a tus hijos
pagaré tus rentas
obecederé cual can despreciable
pero no llores.

Al final, cuando el sol aparezca
y mis latidos cesen de gritar tu nombre
me acurrucaré en tus hombros
pequeños hombros
y te susurraré
que no llores más.
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Hoy fue un día innenarrable.

23 de setiembre (6:00pm.)

Hoy me encontré con un Arquepito. Creo que será mejor que lo exponga en esta pequeña vitrina:





Tendencia impredecible.


Presencia pueril, cataclismo demagógico. Sueño con tus brazos y la fatalidad me abraza. Arquepito onírico, me innunda de sutileza y fantasía. Velocidad de huída, últimamente amenazadora, pretendo cazarte, exprimirte al extremo. Temo por mi vida, temo perderte. Candoroso invento, tendencia incrédula.
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Esto es un Arquepito. Instrucciones: Lee la descripción, observando la figura y escarbando en tu corazón.

lunes, 22 de septiembre de 2008

22 de setiembre (7: 40 pm.)

Registro mis vivencias temprano pues estuve haciendo unas tareas y aproveché el momento. Escuchando un híbrido de blues, jazz, rock; eso a que le llaman progresivo. Mientras trato de narrar lo poco que me pasó hoy.
Como planeé ayer, fui en busca en algunos libros que rellenaran mis biblioteca personal. Me parece absurdo en algún país los libros estén tan caros. Ya uno no puede disfrutar de un libro, de gran calidad y presentación sin tener más de 30 soles en el bolsillo. Hice todo lo que pude: Un viejo librillo de "supuestos" Cuentos completos de Alejo Carpentier. Más tarde un compañero me hablaría de un cuento de Alejo que no estaba en esta supuesta colección completa. Mediana decepción. Precio: 9 soles. Estado: viejo, hojas amarillas, pero en bueno, sin heridas. Edición: Popular, portada simple.
Luego la búsqueda del tesoro. Lo que lo que el coloquio llama suerte; en ciencia, probabilidad. Buscar al tal Kundera, espero no ensartarme como lo hice el año pasado comprándome esos peruanos que de escritores son buenos peruanos. Encontré versiones de altos precios (superaban los 27 soles y sólo me quedaba 21). Estuve a punto de rendirme, pero llegué al último puesto, el de mi casero.
-Buenas maestro -decía ya buscando otro libro-. Tendrá por si acaso La insoportable levedad de ser de Kundera.
-Sí lo tengo, espérame un rato.
-Pero, ¿cuánto está...
Y salió corriendo a mostrarme el libro. 18 soles, me dijo. Vi la edición, una de las mejores. Lo observé bien tratando de sacarle el truco a esta venta. En la parte de atrás mostraba una mancha, tal vez mojado con café, tenía las hojas y la portada de atrás arrugada, y algunas hojas de adentro pegadas levemente por el líquido. De ahí todo bien. Me lo llevo, dije sin chistar. La suerte me siguió desde que entra a Quilca. Precio: 18 soles. Estado: Manchado en algunas partes de la final del libro, contra portada un poco arrugada, por lo demás, OK. Edición: Perfecta, de esas que parecen un rompecabezas.
En resumen. Hay que buscar bien en Quilca, y si no tienes plata, ándate a la vuelta, en Jirón Camaná, siempre hay algo para el bolsillo.

domingo, 21 de septiembre de 2008

21 de setiembre (8:08 pm.)

He recibido un aguinaldo (por no decir otra cosa que denote miseria o necesidad de dinero) y lo invertiré (como siempre) en libros, una parte, y lo demás para salir con Leticia que hoy está enferma (tienes gripe, tos, le duele el cuerpo, la cabeza, tiene fiebre). La llamé en la tarde y hablamos un buen rato esperando que se recuperara pronto.
Luego comencé a pensar en los posibles libros que compraría. Estoy en un etapa en mi vida en donde los libros de mis grandes maestros están ya metidos en el estante de mi cuarto. Desde un buen tiempo compro libros de autores no que son conocidos, pero se mantenían alejados de mi campo visual o de mi conocimiento literato. Fue así que conocí a Roberto Bolaño (que fue un gran acierto), fue así como conocí a un tal Neyra Magnana (no sé si es así), un sociólogo peruano egresado de la Católica y a un viejo bigotón que reside en China y que escribió un libro: Blues de un gato viejo, también peruano... Ambos terriblemente malos. Sin mentir, llevé esos libros a la universidad y los vendí a los primeros incautos que se cruzaron. Con aquel dinero conocí otro libro de Sábato que no sea El túnel: Abbadón el exterminador. No lo he leído, pero el autor ya dice algo.
Y así es la vida de los pobres jóvenes que propugnan por algún día ser narradores. Sin algún mentor que les diga lee esto, lee aquello. Así nos desplazamos por el largo camino de la literatura, entre perdedores y geniales, conocidos y desconocidos. Así se encuentran los grande tesoros de la literatura. Mañana en Quilca, tal vez conozca a un tal Kundera.

sábado, 20 de septiembre de 2008

20 de setiembre (10:39 pm.)

Hoy recordé que esta semana ha sido muy productiva para mí. No lo digo por las sesiones maratónicas en la universidad o las tareas inacabables que me dejan en ella; sino que en esta última semana terminó esta temporada infértil, improductiva, infausta. Luego de casi meses de para pude escribir un cuento que llenara de expectativas mi cabeza desordenada. Uno apenas lo he comenzado a escribir y el otro sigue aquí (ahora me estoy golpeando la sien derecha con el dedo pulgar) en mi cabeza, esperando ser materializada.

Y se lo conté todo, o más bien le explicaba a Leticia lo que serían mis cuentos y el proyecto de un libro de cuentos que tengo. Si bien no tengo, todavía, la suficiente experiencia, calidad, en escribir narraciones, pienso yo que voy por buen camino; esperando por supuesto que este maldito diario me esté cultivando en el arte de escribir.

Y hoy mi vida se desarrollo así. Esperando, o tratando, de que la novela de 530 y tantas páginas de un chileno bien muerto, acabe de una vez.

viernes, 19 de septiembre de 2008

18 de setiembre (00.00 h)

Me detengo. Oigo tu voz, retrocedo, en aparente vigilia. Mis ojeras crecen, crean un agujero negro. Absorbe y absorbe, se lleva todo, mis hojas, mis escritos. Anacronismo, ácratas.

12:00 ó 00:00; o tal vez sólo un reloj desparramado en muerte. Soledad, ven llévame, lejos, donde sólo tu puedas ser mi compañía. Todo se lo lleva el agujero... es blanco... se ha llevado hasta el color.

Puedo sentir tu dolor. El tiempo se congela, me corta en pedacitos, suéltame, cógeme, muerde, excítame. Se encienden las luces. ¿Qué día es hoy?
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Uno donde las 2 es sólo dos días más después de un largo periodo de 30 ó 31, o en el mejor de los casos de 28 ó 29. Hipótesis demostrada, estoy en un sueño... esto no pasó ayer...

19 de setiembre (10:48 pm.)

Mi vida parece desmoronarse. Apenas y he logrado tener un respiro de mi maratónica vida llena de sonrisas, calor, amigos, sexo, cigarillos, Leticia, tareas, muertes (murió un gran amigo hace unos días), etcétera, y apenas he podido escribir hoy en este maldito diario que nadie se atreve a leer.

Parece que escriba o no el único gran lector soy yo.

Así que trataré por todos los medios escribir todos los días sólo por mí.
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PS: Hace días que me han salido unos ojos extraños en mi espalda. Hubiera preferido mil veces unas alas.

sábado, 13 de septiembre de 2008

13 de setiembre (5:45 pm.)

Hoy me encontré con Rotalio el Teis. Me saludó desde una nube muy gris, apunto de estallar en una garúa de aquellos tiempos en los que el invierno era respeto. Me preguntó por Leticia y hacíamos balances generales del 1 y 3 meses que tenemos juntos. Vas por buen camino, me dijo y al instante recordó nuevamente su historia de amor, la más grande historia de amor.
Le subí a su nube algunas provisiones para seguir su vieja al otro lado del mundo (el invierno es más fuerte por allá, así que necesita ir preparado). Nos despedimos afectuosamente, diciéndole antes que le mandara saludos a mi doble en la antípoda.
En lo que continuó de la tarde el frío primó en la soledad de este cruel sábado.

viernes, 12 de septiembre de 2008

12 de setiembre (10:34 pm.)

La clase estuvo buena hoy, será porque hablé como nunca he hablado en clase, y la gente como que se sorprendió un poco; creo que ni tanto (saben de mi capacidad). Me quedé con las ganas de terminar la separata de Nugent, la acabaré en cuanto pueda.

Por la tarde salió nuevamente el sol. Creo que el invierno dice nuevamente adiós, y parece que cada año el invierno va desapareciendo de a pocos. Habrá un momento en la historia en que hará sol todo el puto año. Será el día que me mate. Una vida sin La gris es como no existir, es como si yo ya no sonriera, ya no hablara ni caminara.

Unas horas después apareció Leticia por la universidad. La demasiada tarea que tenía la obligó a venir a mi casa, donde podía utilizar, sin ningún costo, mi computadora y mi cama. Sólo utilizó la computadora. Aún puedo sentir su aroma en el cuarto, sus pequeños dedos en mi teclado. Al dejarla en el paradero sentí una pequeña brisa otoñal y una garúa nimia que no llegaba a distorsionar mi visión, a empañar mis lentes. Grité adiós en un silencio que se hizo eterno. Adiós invierno cruel y traidor, bienvenido sol primaveral.

11 de setiembre (11:32 pm.)

Me entretuve leyendo a un sociólogo peruano: Nugent (no recuerdo el nombre), que habla acerca de la formación de una identidad, basada en la vida cotidiana, en los quehaceres de los actores sociales en el presente, sin fijarnos en el pasado o en la tradiciones; simplemente dejar estos aspectos a cuestiones estéticas o éticas, la llamada conciencia histórica. Lo más interesante es que toma como ejemplo a J.M. Arguedas con su El zorro de arriba y el zorro de abajo, y su sociedad "hirviente", la conjunción de actores con distinta nacionalidad o procedencia, costumbres, tradiciones, etcétera. Ahora bien, este proceso de creación de identidades se expresa en dos grandes conceptos...

¡Carajo! ¡Qué mierda pasa acá! De la nada apareció un tremendo sol que ha interrumpido mi soliloquio intelectual... ¿Y qué fue con el día de ayer? Pensaba que este invierno duraría unos meses más, pero ha salido este sol primaveral que amenaza con romper el equilibrio que había encontrado en estos meses grises. ¿Será el adiós?

10 de setiembre (9:34 pm.)

Hoy salí de casa un poco más animado. Había algo en el aire que me ponía completamente alerta, dinámico. Llegué a la universidad y las clases comenzaron. Unas horas después me daría cuenta de la causa de mi estado de ánimo, cosa extraña que no fue la visita de Leticia muy temprano en la universidad. Sino que fue algo tan cercano y alejado a mí. Estabamos haciendo un trabajo de la universidad, cuando de pronto las ráfagas de aire gélido danzaban alrededor de nuestros cuerpo. ¡El frío, el frío!

Fue el día más friolento de este invierno corto, demacrado y flácido. Eden se apretujaba en su asiento, ¡Qué frío, carajo!, decía con los dientes que le rechinaban, mientras me observaba incrédulo por la forma cómo sonreía por tal clima.

Al llegar a casa sólo rogé que este clima siga emocionando mis momentos...

jueves, 11 de septiembre de 2008

9 de setiembre (10:00 pm.)

Hoy fue otro día con mucho trajín y poco que contra. Lo que me parece lamentable. Leticia pasó nuevamente el día conmigo y llegué tarde a casa.

PS: Ya quiero acabar Los detectives salvajes, pero la cabeza está que me molesta al momento de leer y el sueño me vence más seguido...

8 de setiembre

Hoy se me ocurrió un Arquepito mientras andaba por la universidad. Muchos (o sólo uno) me pregunta qué carajo es un arquepito, a lo que yo respondo: es un simple objeto que se conceptualiza con valoraciones mías referente a ese objeto, en simple palabras, es la forma como yo veo aquel objeto, tratando obviamente de colocar mis virtudes literarias y una que otra construcción filosófica, existencialista y/o espiritual.

Pero hoy el arquepito no quiso salir, o bueno no quise ponerlo. Debo dejar las narraciones, cuentos u otros clasificables de este tipo para otro lugar que no sea el diario. Pretendo algún día colocar (en vez que una triste página de este diario solitario) un cuento que merezca ser leído (por quienes lo lleguen a leer).

Pensando así mejor pongo un chiste y creo que pasa desapercibido, como esta vida tan, por no decir aburrida, simple.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

7 de setiembre (11:00 pm.)

Ayer salí a comer con Leticia. Todo tranquilo. Luego fuímos a su casa a ver algunas películas, documentales sobre la religión, la creencia en Dios, argumentos que Leticia aceptaba cabálmente. Por mi parte me mantenía escéptico. Es verdad que la existencia de cualquier dios me mantiene en constante cuestionamiento, y que es creación del subconciente humano, de ese instinto de subordinación animal.

Lo dejamos ahí. Aquel documental (para mi pobre punto de vista de estudiante de sociología) no aceptaba aquel testimonio como una investigación científica seria (sin admitir que habían ciertas teorías o posturas interesantes), ante la sorprendida futura periodista cultural y científica, que veía aquella información como una posible crónica, noticia de primeras planas, o periodismo de investigación.

Algunos juegos y el día se acabó volando.
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Eso fue lo de ayer. Hoy es 7 de setiembre, y es el cumpleaños de Leticia. 2o años vividos y decenas por recorrer. Un anillo y par de aretes (de gato) fueron mis regalos. Sentí que les gustaron. En casa con sus padres, hermanos, amigos, uno que otro ex. A las 7:30 de la noche tuve que decirle adiós. Es lamentables tener deberes al día siguiente (su cumpleaños cayó domingo), y el lunes es siempre pesado.

Nos despedimos con esperanzas de nuevos encuentros...

sábado, 6 de septiembre de 2008

6 de setiembre (10:15 pm)

Continuaré con la narración del viaje a Coayllo, ante los hechos tan relajantes que ocurrieron hoy.

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Todos nos miramos las caras; luego, nuestras miradas se fueron tornando hirientes, despectivas, que se fueron posando en la cara del Chino, que miraba a los alrededores... ahora al recordar esa reacción de Chino las risas se me escapan de los poros. Luego de las improperios, insultos, burlas y futuros castigos, no nos quedo otra opción que caminar, caminar los que pudiéramos, hasta que encontráramos a alguien que nos llevase. Felizmente paso una combi, ruta Mala-playa Bujama. Subimos sin dudar. Hasta dónde nos lleva, maestro, dije un poco excitado por esta aventura. Sólo voy hasta Bujama, pero de ahí salen carros para Coayllo, me respondió el cobrador. Volvieron las risas y las burlas hacia Chino, que aceptaba de a pocos las burlas. Llegando a Bujama, las cosas volvieron a lo mismo... No pasaba ningún auto, bus, combi, ni triciclo para Coayllo. Así que estábamos en el kilómetro 90, caminando en medio de la nada.

Soy sincero para decir que me cuesta expresar lo mucho que caminamos, lo mucho que nos cansamos, lo mucho que levantamos el dedo, esperando que alguien nos llevara por autostop. Entre burlas hacia Chino, bromas, y demás situaciones, no aguantamos más y ya no esperamos la movilidad que nos llevara a Coayllo, sino hasta el lugar más cercano al poblado. Luego ya se nos ocurriría algo.

Esa combi fue nuestra salvación, y todo fue ocurriendo en cámara lenta: el cobrador no decía te dejamos en el puente, de ahí hay carros que se meten a Coayllo. Luego, nuevamente en la carretera, un taxi, 35 soles, ni cagando, otro taxi, 4 soles cada uno, ¡claro que le entramos! 20 minutos, Coayllo, almuerzo, encuestas, nísperos (se robaron como tres bolsas llenas), más entrevistas, fotos, alcalde (y su maldita corrupción), nuevamente de regreso a la carretera (esta vez 4 soles, pero en una combi), luego el Soyus hasta Lima, casa y cansancio total.
Conclusiones: Nunca más hacerle caso a Chino. La población de Coayllo debería saber más de los que hacen sus autoridades con el dinero que perciben. Si bien el distrito ya cuenta con luz e Internet, los campesinos son escépticos al desarrollo, siguen dependiendo completamente de la agricultura. Jhonny, Chino y Eden se ganaron con el níspero. Yo, nunca más con ellos hasta allá.

5 de setiembre (10:30 pm.)

Hoy el viento que recorría mi cuerpo tenía un sabor diferente, un peso distinto, entraba más rápido por mis orificios nasales y entraban en mis pulmones con frialdad. Prendí un cigarro y no eran ni las 9 de la mañana en la universidad. Mis compañeros no llegeban y yo sólo me dejaba mojar por la sobria garúa que se esparcía por Lima. La mochila habitual, un poco más de dinero en los bolsillos, unas cuantas providencias (algunos panes que calmen el hambre que profeticé) eran los elementos que me acompañarían en este viaje. Este día lo sentía amalgamarse en mi tiempo.
Con el fenecer de mi cigarrillo fueron apareciendo uno por uno mis compañeros de viaje, mis compañeros de clases en sociología. El motivo del viaje (más por trabajo quepor placer) ocasionaba que mis compañeros mostrar sus rostros más compungidos, agrios y amodorrados. Estando los cinco reunidos en la puerta de la universidad iniciamos el viaje entre espectativas y buenos augurios. Partimos hacia Montenegro.
La avenida (o calle..., creo que más parecía un jirón), se encontraba en la av. Abancay, una cuadra antes de llegar a la av. Grau. Buses a montón, sin contar decenas de vendedores ambulates, cientos de jaladores vocinglerantes y grandes cantidades de basura regadas por las veredas, lo que le daba el toque limeño que caracteriza a toda nuestra ciudad. Sin tratar de regatear subimos al bus más elegante, limpio y modernizado que encontramos. Fue el primer bus en salir, eran las 11 de la mañana.
Aquí acaba la introducción perfecta de cuento urbano, de narración optimista de estudiante universitario. Me senté al lado de la ventana y a mi lado el Chino, más atrás Jhonny con Eden a su lado, y sólo el pequeño Roberto (el más joven de los 5). Entre risas de jóvenes e inexpertos viajeros disfrutábamos de a pocos el paisaje, primero el conocido conglomerado de edificios, personas, hasta convertirse en anchas áreas de cultivo, playas inóspitas y solitarias. A medida que avanzabamos por los kilómetros de la Panamericana Sur, nuestros ánimos iban mermando: Eden dormía, Roberto leía, Chino estaba echado mirando una película (de esas mierdas que pasan en canal 5), y Jhonny y yo mirando el paisaje que se iba creando al avanzar del bus.
A los minutos Chino se levanta asustando a cada uno de nosotros.
-Ya llegamos.
-¿A dónde? -dije yo un poco desconcertado- Estamos recién en el kilómetro 85.
-Tenemos que bajar en Mala para llegar a Coayllo -respondió Chino con la seguridad que lo caracteriza-.
Jhonny se mostraba escéptico ante esta decisión, pero Chino nos había comentado de viajes que había realizado por esta zona, a Chilca para ser más específicos, y estábamos confiando en sus viajes. ¡Chilca! Y todos bajamos en fila india, esperando llegar a Coayllo de una vez y hacer nuestro trabajo. Al bajar el nos percatamos que nos encontrábamos en medio de la nada.

jueves, 4 de septiembre de 2008

4 de setiembre (10:00 pm.)

La vida es extremada preciosa, si tienes a alguien a tu lado, alguien que te dé una sonrisa sin que se la pidas, alguien con quien puedes decir cualquier pachotada y no esperar una mirada extraña a cambio. Cuando por cosas insustanciales se puede morir de risa, cuando cada mirada de vuelve un beso, cuando cada palabra se vuelva una lágrima.

Hoy disfruté de la presencia de Leticia, como siempre la disfruto, de una manera especial, más comprometidos, compenetrados. Hoy podría asegurar que firmé mi contrato de fidelidad eterna a su lado.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

3 de stiembre (10:25 pm.)

Por fin actualizo mi biblioteca personal: Herman Hesse y su Lobo estepario, y uno de mis ejemplos a seguir, Borges, con El informe de Brodie. Ya hace mucho que no compraba libros y me he alegrado en demasía llevarme estos dos ejemplares en la mochila, deseando que me llegue más dinero para obtener más y más ediciones.

Y es que aquí obtener libros es como sacarse un ojo de la cara (que metáfora tan vetusta), y con el fin de no comprar piratas (que abundan, pero mi biblioteca debe tener las mejores ediciones) debo recurrir a los originales, en el boulevard de la cultura Quilca, donde se encuentra de todo, con lo único malo que los precios son absurdos y que no se puede robar ningún ejemplar (los vendedores se protegen entre ellos creando una vigilancia masiva entre ellos).

Siempre he tratado de robar libros en Quilca, pero la posibilidad de atraparme y ganarme el reprobo de los vendedores como que me cohiben de realizar este acto lejano a lo correcto. Por ahora sólo me queda seguir comprando hasta que aprenda las mañas necesarias para salir ileso de estas ideas descabelladas.

martes, 2 de septiembre de 2008

2 de setiembre (9:04 pm.)

¿Por qué me afecta una simple llamada telefónica, un timbre de voz? ¿Un silencio casi perpetuo? ¿Un corazón inseguro, un alma solitaria?

Mi vida va y viene en un interminable sufrir y vivir, morir y alegrarme, parece (sin mentir) cuando jalas la palanca del escusado, retrete o, como decimos los peruanos, WATER; bien resaltado para demostrar que la literatura carece de patrones arquetípicos, siguiendo lineas del buen gusto, o guiarnos por una maldita cultura que no es nuestra. Yo hago mi maldita y nefasta literatura, sin querer llegar al barroco o al vanguardismo, o la mierda del realismo visceral. Quiero, necesito de mi propia manera de escribir...

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Todo las frustraciones del día parecen haber recaído en la primera parte de este diario. Comencé tratando de explicar lo que siento (o sentí en determinado momento), y terminé trasgrediendo sobre mis propios demonios (la poca calidad de mis escritos). Parece que hoy es mi día de decadencia (perdonen la cacofonía, pero no estoy con ganas de buscarle un sinónimo a decadencia) personal.

En universidad estuve de manera muy distinta a la que me siento ahora, casi elevado por un extraña alegría. Ahora, escribiendo estas líneas, sólo pienso en ponerme a dormir y no levantarme jamás.

1 de setiembre

Hoy tuve un día raro. Hoy congrueron miles de sentimientos terribles en un mismo lugar y situación. Pasé de un momento divertido, a estar molesto; de estar molesto a sentirme terriblemente despreciable; de éste a estar triste, solo; de esto a sentirme nuevamente feliz, agradecido; y por último a sentirme realmente extasiado, en el éxtasis de mi maldita existencia.

Luego mi día carecio de sentido...

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Hoy mi viejo se volvió a ir, a trabajar a los lejos, y, lamentablemente, esta casa sin él es más tranquila. Han cesado las balas por algunos meses...

domingo, 31 de agosto de 2008

31 de Agosto (8:36 pm.)

Me siento solo ahora la escribir esto. Suena el televisor, suenan los murmullos abajo; pero dentro de mí solamente suenan grillos, como esas noches tristes en las cuales te sientes uno con el paisaje. Ahora, me siento uno con mi soledad... Soy un melancólico sin discreción.

31 de Agosto (10:20 am.)

Hoy cumplo un año y tres meses con Leticia y siento que necesitamos mucho más tiempo para amarnos. La llamé a las 12:20 de la media noche y nos juramos amor eterno. Ahora en la mañana la quiero tener a mi lado... pero la vida está llena de deberes, y tengo demasiada labor.

Tarea de Políticas Económicas (un informe de investigación) tomará por completo mi día.

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Estar metido en casa es una mierda, lo único que se escucha son vilipendios que parecen para atravesarte el corazón...

sábado, 30 de agosto de 2008

30 de Agosto (11:31 pm.)

Hoy todo mi día le perteneció a Leticia. Hoy todos mis besos fueron rodeando sus labios, su lengua, su cuello y casi sus senos; pero la película estaba demasiado interesante como para perderme algún segundo. La amo (ya no me da vergüenza decir esto, más bien me siento orgulloso), y cuando me aleje de ella será como morir sin derramar sangre, sin funeral, sin ataúd. Pero ella me repitió en toda la tarde que también me amaba y de alguna u otra manera alargó el letargo que se formaba en mis pensamientos.
Una película de amor en su casa (la poesía es la forma de expresarse más perfecta, aprender a comunicarse con el alma), luego una pequeña salida un inmenso centro comercial... (me muerdo la lengua antes de meter teoría sociológica y explayarme) y besos, abrazos que primaron en el melancólico adiós...

29 de Agosto (11:43 pm.)

¿Qué hay que hacer para morir sin abrir los ojos?

¿Qué hay que hacer para tener su cuerpo en mis labios?

¿Qué pretendes hacer para excitarme?

¿Qué puedo hacer ante la ausencia de tus sentidos?

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Tomando un método infalible en los real visceralistas: Escribir cuando las facultades de uno no trabajen adecuadamente... Estoy cayéndome de sueño, y el adormecimiento poco a poco toma control de todo mi ser. Así nace este poema.

29 de Agosto (7:50 pm.)

Estoy en desacuerdo con García Madero (o con su triste vida). No logro comprender esa fascinación de los escritores, esa visión pueril de la vida, aquélla que aparece con las letras. Cualquier poesía o cuento parece traer consigo un sexo inundado y recalcitrante, un trago barato o un Merloc finísimo, o tal vez una noche llena de drogas (especialmente marihuana) que salen a borbotones de los bolsillos... Por favor, dejémonos de clichés: estoy seguro que la única aventura que han tenido es manosear a sus empleadas.

Me cuesta creer que la vida de los escritores jóvenes se desenvuelva de esta forma. Teniendo sexo todo el día, que un adolescente de 17 años le haga venir 15 veces a una joven de 26. Lo único que yo veo en los pasillos de la universidad son jóvenes estudiosos (algunos apenas con enamoradas y llegando simplemente al piquito) que buscan aprobar cursos, sacar su título y seguir escribiendo algo que gane un premio importante.Ya me gustaría hacer el amor todo el puto día. Ya me gustaría que mi vida tenga ese riesgo, aunque sea una pizca, que me haga sentir vivo. Pero aceptémoslo, esta vida tan lineal carece de emoción.

Y todas estas cuestiones pasaban por mi cabeza cuando Leticia me llevaba de la mano a la universidad. Había ido de rosado algodón de azúcar que me excitó al extremo. No me había dado cuenta que entrando a nuestra alma mater uno de los guardias había estado murmurando (o eso me pareció escuchar) algo sobre mí o de Leticia; no importaba, me quedé mirándolo como la muerte. No pensé en la arremetida del guardia que trató de enfrentarse conmigo. Comenzamos con los insultos y un poco más y nos agarrábamos a golpes, sino fuera por Leticia (estando de mi lado) y un segundo guardia separándome del malcriado. Al final no pasó a mayores, pero al salir por última vez de la universidad no dudé en darle una última mirada de odio al joven guardia que, más calmado, observaba el entrar y salir de los estudiantes.

Camino a casa comprendí que el carácter aventurero de los jóvenes escritores está presente , situaciones que alimentan nuestra creatividad, futuras narraciones o cuentos. No será un gran capítulo de novela, pero son aventuras en nuestro contexto y realidad... Aunque hubiera preferido mil veces tirar todo el día.

jueves, 28 de agosto de 2008

28 de Agosto ( 7:30 pm.)

¿Por qué mis zapatos aparecen siempre tan ajustados, como si alguien se los haya probado?

Tengo que alistarme para el cumpleaños de mi viejo y estos zapatos que se me escapan por debajo de la cama. Y con lo que me cuesta agacharme...

28 de Agosto

He comenzado a leer Los detectives salvajes de Bolaño, chileno, premio Rómulo Gallegos 1999, muerto. Dejé Corazón de E. de Amicis ante la, si se puede decir, decepción de las letras de aquellas épocas. Apenas y puedo leer narraciones del 50 para abajo sin dejar de mirar la ventana que me muestra relatos más interesantes. Me he dado cuenta que soy un hombre vanguardista, que no digiero los relatos en habla vetusta; apenas y leí a Valdelomar (que felizmente este hombre escribió con gran visión, para las futuras generaciones), así que mis grandes maestros no bajan de este año: Ribeyro, Borges y Cortázar, sin cerrar esta lista, pues me falta harto pan por rebanar.

Y hay algunos hijos de puta que ponen en este saco a Bolaño. ¿Cómo se les ocurre? Me leí hace algunos meses un libro de cuentos y el estómago casi se me abre. Compararlo con estos grandes del cuento... Así a quién no se le quitan las ganas de escribir. La novela está interesante y la comencé a leer llegando a la universidad.

Es un tremendo libro que hace más pesada la mochila. Pero las clases ya comienzan y descansará tranquilo. No hay novedad. Sigue lloviendo en Lima y espero que no se acabé como un buen sueño y nos dure por siempre. Para finalizar, hoy no vi a Leticia, tendré que incrustar mucho más la daga en el pecho, mientras el cumpleaños de mi padre, y un par de lecturas para la clase de Seminario me hacen olvidar...
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De regreso a casa... realvisceralismo y Shine On You Crazy Diamond completa la faena...

Desde Hoy

28 de Agosto 5:00 pm.

El camino de las letras converge en la dificultad. Para alguien que desea con todas sus fuerzas ser cuentista y que el contexto en el que se encuentra no le favorece en nada, es aún peor. Tratar de escribir una narración me parece tan lejano, y rememoro aquellas épocas cuando las ideas salían disparadas de mi cabeza, lamentándome de no haberlas cogido como mariposas en red.

Ahora escribir algo se convierte en un reto, actividad que me disgusta si no nace de una naturalidad que desaparece con cada día, con cada amanecer, lluvia, invento de la humanidad (malditos artefactos que alimentan mi ocio), un amor; las letras se alejan, las historias no aparecen y me refugio en los experimentos que en mi mente se presenta primero.

Ésta es una de ellas... Escribir un diario a modo de entrenamiento, entrenar la mente, la escritura. Desde hoy... el diario.

sábado, 16 de agosto de 2008

Caminemos

Deja al aire. Sígueme, sigue la línea, no te apartes de las sombras, despacio, no pasará nada...

Camina mierda, o te clavo ya sabes, avanza por la puta madre que te volverás consciencia si no lo haces...

Ahora dame, dámelo carajo... ¡Así que te resistes! Recibe por estúpida...

Mierda que me haces, déjame carajo, yo no hice nada, no quería golpearla... Deja el arma, ¿que deje el aire?

sábado, 9 de agosto de 2008

Mis dos formas de morir

En mi pueblo natal nace el relato de mis dos formas de morir. La primera pertenece a la innata capacidad de morir que tienen todas, absolutamente todas, las personas que hayan nacido en este pueblo pequeño de la capital. Hoy me acerqué a Doña Valia, que desgraciadamente sus 6 hijos perecerieron ante el maleficio. Me cuenta que la muerte proveniente del nacimiento en estos lugares es catastrófica: Primero sientes la pena de saber que no eres nada, que no has hecho nada, y que no haras nada; luego, ya en cama de tanto sufrimiento, comienzas a narrar, en estado de éxtasis, cada acto negativo que has realizado en tu vida. Cuando llegas al último suceso fatal, mueres, con un suspiro que hace temblar a cada integrantes de tu extensa familia.

Pero también está la otra forma de morir, esa que proviene, como me aseveró mi padre, del apellido, de la familia. Quise averiguar de qué forma se fenecía en esta maldición, pero las diferentes combinaciones de apellidos genera la incertidumbre. Lo único conocible es que mis hermanos moríran de la misma forma que yo, que los hermano de mi padre de la misma forma que él, que los hermano de mi madre de la...; claro está debido a los formación de apellidos parecidos.

Ahora la cuestión es cuál es la mejor forma de morir. Ya sé de una, sé que me va a pasar y estaré preparado para ello. Pero el segundo camino aún me es sellado por el destino... A menos que uno de mis hermanos muera... ¿Podría romper el maleficio si es que yo mato a mi hermano? Entonces ya no habría quién me mate, ya que los hermano mueren de la misma forma... ¿A que es una buena idea?

lunes, 4 de agosto de 2008

Arquepito Nº9: Encargo Urgente


Arquepito que revuelve mis neuronas. Aparato insipiente, pretendiente del ocio, caprazón de ópalo. Penetra en lo más interno de nuestros habitos futiles. Conocimiento artificial y conexión mágicas. Hablar ya no fue tan fácil. Experimento que mantiene en conflicto a los púbiles y púgiles en casa.

Encargo del Arquepitero mayor...

viernes, 1 de agosto de 2008

A veces es mejor no decir nada.

Desde hace cinco años vengo recorriendo esta calle sin éxito. De esquina a esquina, av. san rogelio, cuadra 6. A veces despacio, otras veces rápido, tratando de disimular. La gente ya se acostumbró a mí. La señora que vende revistas en un esquina, el tipo que lava los automóviles, sólo me sonríen cuando me ven pasar cada minuto.

A eso de las 6 de la tarde todo se calla, todos me miran: del edificio sale ella, con la sonrisa a flor de piel, con los cabellos que caen todavía en esos pequños hombros que algunas vez fueran míos. Sobrepasa el pequeño trecho desde la puerta hacia su automóvil. Todos me miran. Yo, escondido detrás de un árbol; mi cuerpo no se mueve, tiembla. Mis labios vibran, mis manos sudan, mis ojos lloran. La veo partir nuevamente a su hogar. Seguro con sus hijos, y su esposo.

Mientras tanto, renuevo el trayecto. Me despido de todos, que suspirarn, esperando que mi cobardía desaparezca para el día de mañana.

lunes, 28 de julio de 2008

Currículum Vitae.

Currículum Vitae.

Nombre: Samith Farach Vela.

Edad: 21 años.

Domicilio: Jr. Esperanza 666, Barrios Bajos.

Estudios: Cursando el 3cer año de la carrera de Sociología en la UNFV y el 21avo año de la carrera de Melancolía en la Universidad de la Vida.

Trabajos realizados:

- Presidente de la asociación de perdedores e ilusos.
- Escritor frustrado por casi 3 años.
- Recepcionista conpungido en la empresa TEPSA.
- Ayudante de Barman y acompañante de solitarios en el Treff Pub Aleman.

Características:

- Soy pro-pasivo, conmigo todos duermen o se entristecen.
- Soy altruista, dejo que todos pasen por mí para lograr lo que quieren.
- No soy dinámico, si me contratan, de preferencia en lugares cerrados.
- No tengo capacidad de palabra y mis ojos parecen caer de la vergüenza.

Aprendí a volar

Cuatro dedos de ángel.

Dos plumas de loro de jaula barata y capitalina.

Una sonrie hiriente.

Un sueño penetrante.

Tres cigarros, y por si acaso un anudado de...

Doce almohadas.

Tu corazón...

Déjense de hipocresías

Yo me soplaría la nariz con la bandera nacional, tal vez la utilice de trapo o me limpie ya saben qué... No se hagan problemas, primero respeten lo más inmediato: su país, su gente, su cultura. Mientras nosotros no nos respetemos no respetaremos nada. Así quieren que respeten nuestra bandera?
Señores, pensemos primero en lo que nos interesa, que es el bienestar de nuestra población, en la imagen que debemos dar al mundo, ahí recién nuestra bandera será respetada por nosotros mismo.

jueves, 24 de julio de 2008

Diálogo A

- Tengo una sorpresa.
- Depende de lo que sea, reaccionaré.
- ¿Sí? Haber, ¿qué te parece esto?
- Mierda, ¿qué es eso?
- ¿Te sorprendiste verdad?
- Pero ¿dime qué es?
- Ja, ja, ja. Ya no interesa, cumplí mi cometido.

domingo, 20 de julio de 2008

Mira, un cerdo en el cielo.


Hay un chancho en el cielo, es gigante y se deja llevar por el viento, de izquierda a derecha, sube y baja. Ayer vino desde el este y quise cogerlo antes de que llegue al mar, conversarle de la vida en esta gran ciudad, quería que me contara lo que hay más allá de los cerros, esos que están a lo lejos; pero me fue imposible alcanzarlo. Es tan gracioso, y lamento no poder tenerlo a mi lado. Hace unos minutos lo percaté mejor y está lleno de dibujos, desde las patas traseras hasta las orejas. Por ahí, cerca de su panza, leí “Kafka rules”. Ni idea de lo que significa.

Pero lo más gracioso es que tiene dientes. ¡Qué digo dientes, son colmillos!, y sobresalen de su boca inmensa. Sus ojos son tiernos y pequeños en comparación a las demás partes de su cuerpo maltratado, de seguro por el viaje. A pesar del tamaño de sus ojos parece que puede ver toda la ciudad con presteza, quietud e interés, como si la recorriera por primera vez. Está cercano a mi azotea y lo veo directo a los ojos. No sé a donde lo lleva el designo del viento o si es su propia voluntad quien lo dirige hacia allá, pero su gran nariz de cerdo me señala y llego a ver sus ojos tristes e incólumes, esbozo una sonrisa mientras él me muestra sus colmillos.

Mis hermanos se sorprenden aún más al verlo, y me preguntan cómo es que vuela. Les aclaró que no vuela, flota. “Si volara –infiero luego de horas de espectarlo-, iría a cualquier parte sin importarle nada, hasta seguro nos llevaría más allá de los cerros que están frente a nosotros”. Mis hermanos bailan de contentos, ya piensan en ir al campo, al mar. No sospechan que el destino del chancho está íntimamente ligado al danzar del viento que lo lleva de a pocos hacia el mar terriblemente azul. Yo les cuento que tal vez se está dejando guiar por un viento especial que lo llevará donde están los demás cerdos flotantes, con grandes colmillos y ojos minúsculos. Ellos se quedan quietos observándolo; él, sigue sin hacer ningún esfuerzo por detenerse.

***

Hoy está justo encima de mi azotea. Avanza mucho por las noches, pues ayer estuvo cerca. Hoy está demasiado cerca, ya casi a un paso del mar. Logro ver en su panza muchos más dibujos y frases: “Libre al fin” se lee con orgullo y dedicación.

Me acompañan mis hermanos, que últimamente se levantan más temprano de lo normal, y suben a la azotea para observar al cerdo flotante. Hoy lo ven tan cercano que se espantan ante su tamaño. Se aferran a mí como dos gotas temblequeantes, y no los recibo, más bien los voy soltando y me acerco a nuestro gran amigo, les señalo los ojos tiernos y amigables. El gran chancho nos sonríe, mientras notamos el dibujo de una serpiente que le sale de la boca. Mis hermanillos saltan de emoción y yo, conmovido, le doy vueltas a la idea de hacerlo quedar en casa.

En ese instante mis ideas van perdiendo hilaridad. Escucho un quejido en el aire comprimido por la terrorífica escena, de la nada observo miles de piedras que le caen al cerdo flotante. Corro para ver lo que sucede y el espectáculo es atroz: Todos los niños del barrio tratan de cazar a nuestro gran compañero, quieren derribarlo con piedras, palos; hasta han traído una gran red con la que piensan atraparlo. Mis hermanos rompen en llanto, mientras yo grito desesperadamente negativas ante tal acción. Trato de buscar una solución, y sólo se me ocurre una idea.

Les pido ayuda a mis hermanos, ¡se van a llevar al cerdo!, replico con todas mis fuerzas. Ellos parecen reaccionar y escuchan mi plan. Al momento bajamos a los pisos inferiores, mis hermanos buscan las herramientas necesarias, mientras yo, por ser el mayor, me encargaría de la defensa del puerco cetrino. Él, recibe la paliza con heroísmo, siendo su única defensa el viento que lo aleja mucho más, que lo acerca al inmenso bordado azul. Por fin llego al primer piso, armado con una pistola de agua que rocío sin perdición a los niños rebeldes de mi barrio, que perplejos huyen soltando las piedras. A los más recios les muestro mi escoba que emula una gran lanza y los asusto con la posibilidad de que salgan heridos o perforados, una batalla feroz comienza en el parque y el número enemigos es amplio.

Cuando la defensa parecía perdida, mis hermanos aparecen en lo alto de la azotea solitaria, mostrando el arma que acabará con este suplicio mefítico para nuestro compañero. Enchufan el ventilador y lo colocan en dirección a nuestro cerdo que poco a poco se acerca al mar. Se eleva mucho más, se ve tan majestuoso, avanza veloz. ¡Anda! ¡Libre al fin! Las cuerdas ya no lo tocan, las piedras ya no lo hieren. Subo torpemente hacia el techo y un abrazo emotivo se forma con el ocaso, con el cerdo salvado, incrustándose en el horizonte sin final.

Bajamos desesperados, el cerdo se aleja silencioso ante los abucheos de nuestros nóveles vecinos. Divisamos a lo lejos su silueta en ese océano crujiente. Justo antes de llegar a la orilla el chancho, magnífico amigo, voltea de forma brusca, agilidad no conocida hasta ese instante, y nos regala su rostro alegre lleno de guerras y abrazos, de caricias y de muerte. Nos despedimos, orgullos de haber salvado, melancólicos de verlo partir.

***


2 meses después, mi padre me enseña una noticia en el periódico dominical, y supe que un gran globo aerostático, en forma de cerdo, llegó a Australia. Estaba bien e igual de sonriente, como siempre.