viernes, 4 de enero de 2008

Una moneda

Sube y baja, sube y baja, sube y baja... Me quedo observando el silencioso viaje de las personas subiendo y bajando de los vehículos. ¿Hay tantos lugares a donde ir? Tomé una moneda y me hice partícipe de aquel subir y bajar con los que me había divertido por tantas horas. Y subí al micro.

Pero al instante quise bajar; el cobrador me dio una mirada agresiva: "Conque jugando ¿no?". Sólo quiero subir y bajar, respondí ofuscado. No me hizo bajar hasta muchas cuadras -pasando miles de distritos- más allá.

¿Cuánto tienes? me preguntó ya más calmado. Sólo esta moneda. Pues tu viaje acaba acá, ya puedes bajar.

Cuando descendí del micro no reconocí el lugar. Como no sabía qué hacer, me senté nuevamente a observar el subir y bajar, ocasionado por una moneda.

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