Mi pie derecho le dice a mi cabeza: ¿Cómo haces para no marearte?
Mi cabeza, por medio de mi boca, le responde: Ya estoy acostumbrado.
Se escucha una voz netre la conversación.
Es el pie izquierdo: Dile pues. El derecho tartamudea, la cabeza se desespera.
¿Podemos ir para allá?
A los minutos camino de cabeza.
1 comentario:
muy lindo texto, disfrutable!
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