domingo, 14 de febrero de 2010

Día del enamorado

Hoy me senté, solitario y sin ninguna complicación, en lo más alto de mi casa y recordé lo interesante que podía ser ver el horizonte alejarse, dando un adiós conmovedor y convertirse en una noche sin espamos, sin sobresaltos. Estoy enamorado, dije. ¿Acaso no puede ser mi día también? Estoy enamorado de esa brisa que me hace saber que puedo seguir riendo con un amor que tenga que acostumbrarse a mis chistes malos o a mis escritos cursis, a mis dibujos primariozos y a mis peinados ridículos. Me enamoré de ese calor que siento cuando hago el amor, cuando deseo ese cuerpo que está conmigo en la superficia acolchonada. Estoy enamorado de los noches donde puedo fabricar a mi amor perfecto; enamorado de los días donde puede aparecer la mujer perfecta y que nunca imaginé en las noches, como en el azar, hermosa casualidad me hará descubrir su camino, que se cruzará con el mío.

Estoy enamorado de alguien que aún no conozco... ¿y no puede ser mi día?

sábado, 13 de febrero de 2010

Tiempo Libre

El tiempo libre suena a tanto... Suena a que lo que hago y dejo de hacer, a lo que sueño y no puedo dejar de soñar, a lo suspiro y vuelvo a suspirar. Lo que me suena tiempo libre es que una puede hacer lo que le plazca, explayarse con el tiempo, sacarle el jugo, probar una y otra cosa, tirarse a la cama y contar los segundos sin que estos se pierdan como deshojando margaritas.

Pero mi tiempo libre es lo contrario... es aprisionado, en congestionado, comprimido, obligado, encadenado en deberes que yo mismo debo hacer cumplir. En el poco tiempo libre que tengo lo he condenado a escribir, materializar todo lo que no he podido en la semana, todas la ideas que han quedado en el bloc de notas o en ese rincón de la memoria que siempre es frágil.

Hoy tengo un pequeño tiempo libre... aunque ni tanto. Escribir lo vale, siempre lo vale.

viernes, 12 de febrero de 2010

Pregunta

¿Cómo será amar en cámara lenta?

... o nunca lo sentí, o ya me olvidé...

jueves, 11 de febrero de 2010

Cielos y estrellas.

Voy reconociendo que el cielo de VES es muy parecido a mi cielo: Una mancha oscura que se deja llevar hasta el horizonte, donde comienza un mar de estrellas pegadas a la tierra manchada de pecados y valiosas lecciones. Las estrellas no palpitan, pero se mantienen espectantes toda la noche. Su colo cetrino me hipnotiza, y su ordenada ubicación me hace pensar en cojuntos y diagramas.

Voy llegando a casa y Villa El Salvador terminá con luces de neón pegadas en las casas, un laberinto va siendo dejado atrás para entrar a Chorrillos, donde las estrellas están más cerca de mis ojos que de mi cielo. Se aproximan con delicadeza y me percato que son las mismas; que si bien es cierto que tiene la misma composición, estas estrellas permancen en mí, en mis sueños, en mis recuerdos.

VES y Chorrillos se dejan llevar por esas pequeñas e indescifrables luces, que me desembarazan de la realidad.