domingo, 14 de febrero de 2010

Día del enamorado

Hoy me senté, solitario y sin ninguna complicación, en lo más alto de mi casa y recordé lo interesante que podía ser ver el horizonte alejarse, dando un adiós conmovedor y convertirse en una noche sin espamos, sin sobresaltos. Estoy enamorado, dije. ¿Acaso no puede ser mi día también? Estoy enamorado de esa brisa que me hace saber que puedo seguir riendo con un amor que tenga que acostumbrarse a mis chistes malos o a mis escritos cursis, a mis dibujos primariozos y a mis peinados ridículos. Me enamoré de ese calor que siento cuando hago el amor, cuando deseo ese cuerpo que está conmigo en la superficia acolchonada. Estoy enamorado de los noches donde puedo fabricar a mi amor perfecto; enamorado de los días donde puede aparecer la mujer perfecta y que nunca imaginé en las noches, como en el azar, hermosa casualidad me hará descubrir su camino, que se cruzará con el mío.

Estoy enamorado de alguien que aún no conozco... ¿y no puede ser mi día?

No hay comentarios: