domingo, 5 de agosto de 2007

Oir lejos, muy lejos.

Puedo oir de muy lejos lo que sientes. Puedo oir muy lejos la desdicha que tine esta ciudad, con su cielo lóbrego y grisáceo que tanto me gusta. Muy lejos, cuando tomes el timón de tu auto, recordarás aquellas épocas gloriosas, y oire tu voz dentro de mi cabeza, riendo, llorando, temiendo. Abrirás la ventana y aire gélido entrará y pondrá tus vellos en punta, tu piel como de gallina y serás feliz. Mientras tanto yo no podré continuar y ni siquiera lo intentaré. El viento mueve tus cabellos y yo puedo oir como juguetean entre ellos. Mientras en camino es accidentado, tu hermoso cuerpo serpentea con cada movimiento. Tu sonrisa ha desaparecido, pero tu boca sigue siendo misma. No podré seguir, mientras escuche toda aquella alevosía que es tu soledad. Mientras tanto y no podré continuar y ni siquiera lo intentaré. Hasta que ya no pueda oir lejos, muy lejos.

2 comentarios:

Gonzalo Del Rosario dijo...

"Mientras tanto yo no podré continuar y ni siquiera lo intentaré"

Cargado de imágenes que te transportan a otro mundo adjetival.

Anónimo dijo...

"Puedo oir de muy lejos lo que sientes.", sí, puedo oirlo, y es que a veces cuando uno ama de verdad puede hasta oir un pájaro herido, puede sentir el frío más que otros (dímelo a mí). Mi corazón está amarado a cada una de tus pestañas y "mientras tanto yo no podré continuar y ni siquiera lo intentaré", pero cómo no intentar algo con alguien quien me enseño a sonreir, a mirar la vida más gris? con alguien que me enseñó a valor en alturas insuperables, por alguien que necesito a cada rato? ¿Cómo?