Hoy aprendí algo importante: Que de las grandes experiencias pasadas puede uno sacar buenas visiones de vida, y al final, o después, una gran historia. Yo, un joven de 20 años, no creo que pueda tener grandes experiencias; tuve y tengo una vida, que si bien es cierto no es llena de lujos, pero está llena de grandes apoyos, que son mis padres. Gracias a ellos puedo estar haciendo lo que deseo: estudiar y escribir. Fue de una charla con mi padre, que descubrí historias que no sólo son experiencias de la que uno puede ayudarse y ver la vida de otro modo; sino que además son perfectas situaciones que he leído mucho y de la cual mi padre y mi madre pasaron y vivieron. Ellos no desearían que nosotros, sus hijos, pasemos por ello; en realidad, a mí tampoco; pero gracias ellos sé de esas vivencias, que no sólo me pueden servir de una recuerdo vago del pasado de mis padres, sino también de geniales historias que me encantaría escribirlas y contarlas a todos. Los amo, mis queridos viejos...
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