sábado, 17 de noviembre de 2007

Reuniones matutinas

Relato que nació de aquellas personas
que, misteriosamente, se reunían en el lugar
mencionado en este cuento.

-Ya van a hacer las 8 y ni se presta a aparecer.
-Es extraño en Farach, siempre viene temprano porque vive cerca. ¿Qué le habrá sucedido?

La mañana recién empezaba; por aquel lugar se sentía una tierna y refrescante brisa típica de lugares cercanos al mar. El grupo yacía acodado en la baranda de siempre, sólo una parte de la inmensa que bordea a la vía expresa, éstos se encuentran frente al hotel Scorpio, al lado derecho del grupo se podía observar el comienzo de la gran vía, el distrito de Barranco, lugar donde pasaron gran parte de su niñez y adolescencia. Del lado izquierdo se divisaba la interminable vía expresa; detrás, otra masa interminable, el mar, acompañado por el circuito de playas e innumerables edificios eran las fronteras de esta caterva. El motivo por el cual se citaban todas las mañanas en ese lugar era un misterio, sólo se sabía que era conformado por 10 personas.

-Oye Pacheco, ¿Qué hora es?
-8:15
-Mie..... Ese payaso ya debería estar acá, esto nunca había sucedido en nuestra empresa. ¡NUNCA! ¡NOS MERECE UNA EXPLICACIÓN!
-Tranquilo Salcedo, te lo tomas muy en serio -acotó Donaire-. Tú sabes que ese pata no es falla, ya vendrá, si quieres lo llamó a su celular.
-Las reglas son claras -Tantaleán hablaba mientras se restriega los ojos-. No necesitamos llamarlo, él sabe que si no cumple las reglas no merece estar en el grupo.
-Ya pues Salcedo, comienza de una vez la reunión, creo que Farach ha claudicado -todos miraron a Ampuero con rostros pasmosos-.
-Ja, ja, ja. “Claudicado” -Vásquez no se podía contener-. Y tú desde cuándo con ese vocabulario ¿eh Nero? Parece que quieres tomar el puesto de Farach.
-Ya cállate Loco. Como dice el Nero, tenemos que comenzar esta reunión, esté Farach o no -mientras Salcedo hablaba se iba apoderando del centro del montón-. Bueno, bueno; el primer punto que tocaremos, será...

***

La alarma en mi cuarto hace un ruido increíblemente enérgico y molesto con el único fin de levantarme para la reunión de hoy; pero su cometido no se cumplió a cabalidad: yo ya estaba despierto. Justo en el instante que comenzó a sonar la alarma, pensé en lo inútil en que se había convertido esa advertencia; en los últimos 2 años, este sonido era siempre el inicio de un nuevo día, un día soso que era precedido por esta tertulia inútil en la que me había integrado como si sólo hubiera sido un triste y mordaz juego; pero, al lapso de pocos meses, se convirtió en algo parecido a una sesión religiosa, un rito fúnebre que ya nos tenía amarrados de por vida. Yo no quiero seguir así, no quiero estar perdiendo el tiempo en estupicedes, sintiéndome como un payaso, cuando ellos me hacían sentir como el intelectual del grupo. ¿Si este grupo no tiene ni una pizca de intelectualidad? Se pasan toda la maldita mañana discutiendo sobre temas banales, increíblemente inverosímiles, triviales, y que llegan hasta el límite del enloquecimiento. ¿Qué se han creído? Esta bien que hayamos tenido gratos momentos en el colegio y que seamos amigos de por vida; sin embargo, ¿Llevar con nosotros, como cadenas, este congreso por toda nuestra existencia? Esto tiene que acabar de una vez. Tengo derecho a liberarme y escribir mi vida como mejor me plazca. Son las 8:30 a.m., iré para ponerle fin a esta indeterminada causa.

***

-¿Cuál habrá sido la causa de la desertación de Farach? -Pacheco dirigía la mirada hacía el ancho mar-.
-Yo nunca lo vi completamente integrado al grupo -en el rostro de Segura se veía una expresión de molestia-, sólo aceptó por las súplicas incesantes de Salcedo.

Del Carpio interrumpía de forma agresiva: –No entiendo por qué quieren depender tanto de Farach, ni que fuera él quien haya propiciado esta agrupación-. Guiño, quien estaba a su lado, asentía con la cabeza de forma continua, con mucha seguridad; pero en sus expresiones faciales y en su mirada mostraban una gran preocupación.
-Desde que ingresó a la universidad a cambiado demasiado; yo hablaba mucho con él cuando todavía no lo había logrado y se mostraba muy decidido en que ese sería el camino que seguiría.
- ¡NO!, esa no es una excusa para faltar a la palabra del grupo -Salcedo ya no podía controlarse-, él se comprometió de palabra a estar con nosotros, fue una promesa que realizamos el último día de clases; que pase lo que pase estaríamos unidos.
-Parece que esto del grupo no era la mejor opción -mientras decía estas últimas palabras Donaire miraba de reojo a Salcedo y éste le lanzaba una mirada penetrante e hiriente-. Creo sinceramente que Farach se ha dado cuenta de esto.

Los ánimos en la comuna estaban muy exacerbados. La reunión se había detenido por algún tiempo y en lugar de revisar las tareas que quedaron pendientes, todo se centró al tema de la salida de Farach de la agrupación. En los 2 años que tenía ésta de formada no había sucedido tal interrupción de actividades. Todo giraba en torno a las diligencias: las normas, los fines, la misión y visión, hasta la misma existencia del sindicato. Un tropiezo en la verificación de las tareas de la compañía era un paso que no se podía restablecer de forma fácil.

***

Aun me parece inverosímil el haber aceptado estar en el grupo y más aun el haber soportado ese tiempo ahí, realizando esas tontas tareas que tenía el mal rótulo de “ayuda para mejorar el distrito”. Que necedad, que pérdida total del tiempo. Hasta ahora me pregunto cómo fue qué llegué a ingresar a la universidad si mi prioridad eran esas reuniones matutinas. Lo único que le agradezco al grupo fue, que el constante contacto con la sociedad, con su formación, sus necesidades fue lo que me decidió a escoger mi carrera. Es lo único por lo que le puedo dar crédito a esas organizadas chácharas, aunque este punto suene muy personalista o egocentrista, sinceramente es lo único bueno que ha hecho la empresa. Hoy definitivamente renunciaré al grupo, he estado callado por mucho tiempo, queriendo hacerles entender que esas actividades estaban equivocadas, que si verdaderamente queríamos apoyar a nuestra comunidad, deberíamos realizar otro tipo de intervención. No esas tonterías que planeaban Salcedo y los demás.


***

- No me vengas a hablar estupideces como siempre Donaire.-Salcedo tomó su mochila y buscaba algún objeto con desesperación -esto se acabó, llamaré a Farach y lo expulsaré del grupo.
- Pero no hay necesidad de eso. Con este acto Farach ha presentado su carta de renuncia de forma tácita. -Tantalean se mostraba sereno, era el más sereno del grupo.
- Yo hablaré con él –digo Pacheco- le diré que está fuera.
- Más bien vayamos buscándole un reemplazo, qué tal si llamamos a Rondinelli, él podría estar de acuerdo–. Ampuero buscaba entre sus bolsillos su celular.
- Oigan, oigan. Miren.

Todos voltearon. Desde el sur, desde Barranco, aparecía Farach con la mirada hacía el frente. Todos mirando hacía adelante, pero sintiendo lo que ocurría detrás de ellos: la ira de Salcedo.

***


- Hola a todos-. Farach se mostraba firme y estaba listo para el diálogo. Casi todos le devolvieron el saludo.
- ¿Tienes el descaro de venir? Como supondrás ya no eres parte de esta comitiva. Así que tus discursos están demás, ya puedes retirarte-. En aquella voz se sentía mucha ira.
- Oye Salcedo, creo que toda esta gente se merece una explicación, no soy de esas personas que renuncian y se acabó todo-. Farach le daba la espalda a Salcedo y tomaba la palabra frente al grupo.- Miren chicos, ustedes son mis “patas”, somos amigos desde hace 6 años, pasamos por muchas cosas, nuestras parrandas, nuestros agarres, las travesuras del colegio. ¿Ustedes creen que me voy a olvidar de todo eso de la nada?
- ¡¡¡No lo escuchen!!!- interrumpía Salcedo exacerbado y a punto de explotar- Los quiere manipular ¿no lo entienden?
- Lo que quiero que sepan es que no necesitamos reunirnos todos los días en este lugar para vernos. Como saben, acabo de ingresar a la universidad, eso me va a exigir más tiempo y dedicación, con lo que no podré seguir viniendo a las sesiones.

Todos asentían a lo que decía Farach, pero se sentían confusos, su consigna era seguir en el grupo.

-Eso era todo lo que tenía que decirles a ustedes.

Ahora su mirada estaba puesta en Salcedo que ya estaba preparado para escuchar las opiniones de Farach y estaba también dispuesto a contrarrestarlas.

***


Le dije todo lo que tenía que saber. Desde sus estúpidas reuniones, hasta las diligencias que realizaban en el distrito. Bueno, el solo motivo de reunirse y hablar acerca de temas relacionados con el bienestar de la localidad es una cuestión admirable. Pero todo cambia cuando los temas de discusión son tan tontos, una pérdida de tiempo. Creo que todos comprendieron eso, felizmente seguiré teniendo contactos con algunos de ellos. En lo que concierne a Salcedo, espero que tome conciencia y deje de realizar esas acciones tan inútiles e indiferentes hacía el distrito...

***

-Por fin se fue ese estúpido, hemos perdido ya muchas horas de trabajo, nuestros contratistas se enojarán si no encuentran sus pedidos a tiempo. Donaire ¿Cuáles son las tareas que hemos cumplido ayer?
-Bueno, ayer hemos terminado de contar todos los perros de las cuadras 15, 16 y 17 de la avenida Grau; además que verificamos las casas rojas de la avenida San Martín y coincide con nuestros cálculos: 45 casas rojas.
-Muy bien-, la cara de Salcedo aun mostraba molestia, pero en su voz se sentía un pequeño aire a satisfacción por las tareas cumplidas.-Pronto el distrito de Barranco será uno de los más importantes de Lima. Oye Del Carpio ¿Qué tareas tenemos para hoy?
-La más importante de hoy es contar cuantas personas tienen puestas zapatillas All Star Converse en las avenidas El Sol, Bolognesi y Pedro de Osma. Además debemos ver cuantos carteles hay pegados en las paredes de las casas de Barranco.
-OK. Ya escucharon, vamos trabajando, hoy tenemos un día arduo.

Cada uno de los integrantes del grupo tomaban sus cosas y cabizbajos, se dirigían a realizar sus labores correspondientes, pensado si es que por ahí, en aquellas calles llenas de recuerdos, esas calles de Barranco, podrían encontrar algún sentido a sus vidas. Y aparentemente, esperando la siguiente reunión matutina.

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