La realidad se parece a una de esas clásicas bolas de cristal para navidad. Simple en su quietud, al darle la vuelta y ver caer la 'nieve' todo se transforma; adquiere un matiz nostálgico y hermoso. En la realidad, nuestro día a día en movimiento pero en quietud por la cotidianidad de los sucesos, hay situaciones que transforman esa linealidad hacia caminos absurdos y tontos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario