jueves, 8 de octubre de 2009

Sin temas

¿Qué es escribir? ¿Contar una historia, narrar un suceso, una anécdota, una mentira con aires épicos? Hoy, esta semana, hace varias semanas que no tengo algo que contar. Sólo un simple trajín de levantarse temprano, coger el mismo microbús de siempre, entrar en la oficina, teclear algunas letras en la pantalla, largarme, comer, estudiar, vagar, dormir, entrar a clases, ver a los amigos, a los antiguos amores, a los desamores e ilusiones, tomar el mismo vehículo de regreso y dormir.

Una historia que se repite día a día y que no tiene forma de convertirse en materia literaria. Me pregunto: ¿Qué escribir, qué contar? Nunca me había sentido en un limbo tan terrible. Nunca me sentí tan apretado en un sistema, convertido tan perfectamente en una pieza de ese rompecabezas.

Las letras ahora salen sin alguna fondo interesante. La forma se acumula en vacíos en simples líneas en la pared que sólo dicen lo de siempre. Lo peor para un escritor no es aislarse del mundo... se convertirse en parte de él; en una pieza más, de esas invariables.

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