sábado, 30 de abril de 2011

CODA

Esta noche no queda más que un silencio solitario. Un intento por desentrañar desde lo más profundo un augurio, una promesa, un deseo. Lo de esta noche no tiene comparación con otras; simplemente extraño un par de palabras que juntas forman una frase, que me suponen un nombre, que me aproximan al vértigo, y se convierten en ti.

Porque cada noche había sido distinta, aunque el trajín haya sido el mismo. Tan habitual como especial, las palabras, la frase, el nombre, el vértigo, tú.

Y hoy la noche regresa para convertirse en justamente aquello que la compone: Un manantial oscuro, una manera abrasadora que consume sin esfuerzo. Vuelve a transformarse en eso que ya había perdido constitución para mí. Esta noche es la coda de todo el silencio complejo y estúpido que se fue asentando en envase llamado noche.

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