Esperé sólo 5 segundos, ¡Sólo 5 segundos antes de que salga de la habitación! No aguanté las ganas tremendas de estrellarla contra la pared, desnudarla, tirarla a la cama y hacerle el amor toda la maldita noche, y cuando amaneciera bañarnos despacio mientras el sol brotaba de espontáneo, tratando de esconderse de nuevo para que en la noche nuestros deseos nuevamente convergan en un sólo palpitar.
Esperé sólo 5 segundos, al sexto tuve que salir del lugar...
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