Escena que eriza los cabellos más ocultos. Arquepito de Arquepitos, muro sobre muro, lamento sobre lamento. Arrongancia al extremo y creatividad musical incandescente, materia prima de la teatralidad obscena y depremiente, demencia a raudales y baños a vapor. Que tiemble el fan de la vieja escuela ante materia progresivo de nueva generación.
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