domingo, 29 de junio de 2008

Prácticas Terribles

Caliento de a pocos el espíritu con un cigarrillo. Mis manos aún tiemblan por el frío terrible en la ciudad. Golpeo con fuerza, repetidamente, casi con furia, esperando que mi cuerpo se adecue a lo gélido del ambiente. Por fin logro mi cometido, ahora puedo hacerlo. Tomo el cuerpo que está a mi lado y lo abrazo con ternura, esperando que sienta un poco de mi amor. La suelto poco a poco, y de la cómoda extraigo el cuchillo que terminará con su vida. Veo nuevamente el cuerpo inerte y pienso en tenerlo más inerte aún. No me gusta mucho la sangre, así que dejo el cuchillo a un lado y junto mis manos alrededor de su cuello. Aprieto y aprieto, con ira, con deseo.

Al momento deja de respirar, y estoy más excitado que nunca.

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