domingo, 21 de marzo de 2010

Pequeña adorable

Caminar contigo por las calles lóbregas es casi un dulce que se come con delicadeza. Te veo andar con tu carita que quiere correr, con su jeta que cuelgas en un gesto de molestia, de mis pocas intenciones de meterme contigo, pequeña adorable. Ries, juegas conmigo, me jodes con manías de 15 años y yo solo te veo hacer cada movimiento con interés lejano, con ausencia agradable.

Y me doy cuenta que me miras con el rabillo del ojo, que buscas hablarme, juntarte de a pocos, tocar mis manos viejas y desgastadas. Y también me doy cuenta que me alejo, que no quiero darte más signos que vayan más allá de la amistad inocente y malhumorada.

Pequeña adorable, soy un tipo que no puede enseñarte más que lo doloroso que puede ser la vida. Sigue viviendo de tu juventud fantasiosa e increíble que pronto perderás.

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