Sin fin de extremos, voces del infierno, cielo podrido, apareces con miles de objetos, nombres, acciones, que mueven mi cabeza y me hacen sollozar, o en todo caso escribir en miles de hojas expuestas al desenfreno juvenil. Hermoso regalo, el más precioso regalo. No se permite dejar historia regada en el olvido o el ocio, peligro de balar o relinchar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario