sábado, 7 de noviembre de 2009

Cuando tenga 64

Llegaré a 64 años, y aún tendré tus ojos persiguiendo mi vejez. Los recuedos estarán inscritos en mis arrugas, en mi canas y en mi voz ronca, exigüa; se quebrará al pronunciar tu nombre.

Llegaré a viejo sentado en el sofá, también de viejo cuero, recortanto tu sonrisa de algún pasaje guardado en naftalina, esa sonrisa que me crispaba los dedos, mis jóvenes ilusiones. Tus cabellos que abrigavan mi soledad; tu indiferencia que me envejecio unos 20 años más.

Llegaré a viejo muriendo de amor por ti, recordándote, inventándote, redescubriendo momentos que jamás serán válidos y que ni lo fueron. Llegaré  aviejo esperando 64 años más para que no envejezca tu recuerdo.

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