viernes, 2 de abril de 2010

No puedo dejar del lado el inicio de este otoño que en vez de hojas crocantes que caen hay un sol que se aprieta en el cielo para no irse. Aún recuerdo ese inicio de primavera que apareció antes de tiempo y ¡maldición, por qué nunca puede pasar lo mismo con el otoño! No ve visto en el cielo un esbozo de neblina, una pizca de llovizna, un día sin el sol que deja de brillar, un viento que levante las más sórdidas ideas.

Aun sigo esperando ese día que el otoño tome por completo esta ciudad gris. Por el momento no dejo hinbernar.

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