lunes, 3 de enero de 2011

03 de enero del 2011

Hoy, como nunca o muchas veces como siempre, volví a soñar con ella. Seguía sentada a mi lado como esa mañana y sentía esa agradable sensación de no hablar, no pronunciar palabra alguna y dejarla hablar, hasta que el sol saliera en todo su esplendor, o que a ella se le acaben las palabras pero no el brillo en sus ojos o el sentido de sus cabellos.

No etiquetarla con alguna letra que denote su identidad la hace especial. No podría darle una letra porque no sería ella, y si le diera un nombre fingiría por todos con todos mis recursos que no es ella (la persona material) más bien un personaje de ficción creado para fortalecer este recuerdo. En todos los caso, 'ella' suena mejor, así como también da un sentido de mayor particularidad y exigencia: solo ella sabe que hablo de ella. Solo tú sabes que puedo hablar de ti.

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