martes, 11 de noviembre de 2008

11 de noviembre (4:51 pm.)

Así transcurre mi vida en estas últimas semanas: entre cánticos de soledad, entre alegorías al silencio y metáforas a la desvirtud de mi ociosidad, aquella que me permitía al menos escribir algunas lineas en mi diario perdido para mí y para todos.


Y es que en los estos últimos días el peso que trae consigo vivir en este mundo esta haciendo mellas en mi lastimero cuerpo, apenas teniendo fortalezas para respirar en las noches y ver los amaneceres en las mañanas. Verdad absoluta de este tremenda vida: el tiempo sigue siendo cruel y nuestro pasar en este camino de sentimientos y realidades a medias sigue siendo tan corto. Lejano es todavía pensar en caminar sin sentir que te lanzan alguna roca en medio de la cara, o te ponen una cruz en la espalda para que sepas que vivir es igual que morir por todos lo pecados.


Un pequeño tiempo para reflexionar, para descargar toda la mierda que lleva uno adentro, creada de tensiones sin fundamento, de temores sin luz, de amores inciertos. Ahora a volver a mi vida cotidiana. A vomitar en el inmenso balde debajo de tu cama.

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