jueves, 18 de junio de 2009

Dos ejemplos de Ramón complejo.

Ejemplo A:
Te veo. Prosigo, intento detenerme pero sigo, borrando las imágenes perennes e inquebrantables sin sabor ni dolor. Un recuerdo casi sangriento e indoloro se presenta frente a mí. Tarareo una canción, veo mis piernas moverse hacia adelante, ante el suspiro borroso que está delante. Doblo, unos pasos a la izquierda, me quedo mirando la nada. Obtengo un pequeño souvenir que contrae mis pulmones. Me vuelvo. Lo siniestro se fue, el recuerdo volvió al cajón enterrado bajo mil pesares.
Ejemplo B:
Te veo. Sigo viendo, sigo esperando que voltees y que nuestras miradas confluyan en algo místico e inefable. Una ilusión platónica y tormentosa que da nuevos bríos, nuevas sensaciones e inspiraciones. Me gusta verte e imaginarte siendo mía, me gusta que seas la nueva fuente de inspiración, sonrisa que me mira, mirada que me sonríe. No importa que tú y yo seamos parte completamente alejadas de esa extraña máquina que es el amor y el olvido. Mientras cada uno se encuentra de un extremo al otro siempre mantendré las esperanzas de que aquellos lentes me den un beso. Mientras tanto tu inspiración me ha dejado alegre.

No hay comentarios: