domingo, 12 de julio de 2009

Rechazo

Me botas de tu caliente espacio, me haces alejas, me quitas la cobija que trato de mantener entre mis garras. Me empujas con tus pequeños pies y caigo mientras maullo de piedad y no pareces escucharme. Caigo al filo de la cama y me quedo contemplando el cielo raso, ese borde de la cama mientras tus piecitos vuelven a insertarse en la cobija.
Sólo me queda volver a mi pequeña caja llena de algunos polos viejos y sucios, aquel espacio donde crecí, donde me acogiste, donde me acostumbré a tus caricias, a tus mimos, a tu cuerpo caliente que se apretujaba mientras aún maullaba de extrañar a mi . Ahora siento tus manos alejarse y mis ronroneos son más distantes, frotarme en tu cuerpo ya no será nunca más agradable para ti.
He crecido y tú te has dado cuenta. Ya no soy el pequeño minino que me adoptó. Miro la ventana, está semi-abierta. Ahora soy un gato techero que no tiene dueña.

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