domingo, 30 de mayo de 2010

Ya no más.

El cielo aclara y se vuelve gris, aclara... no deja de aclarar, se queda intacto en el brillante espectáculo, en el sin sabor de la luz de neón y el cielo de un solo color, geométrico, sin arrugas, que se extiende hacia el horizonte. Ya no tengo ganas de escribir, será que he perdido toda posibilidad de encontrar un motor que me inmiscuya en las letras, en los laberintos, en los pesares puestos en papel.

Y ahora escribo pensando mucho, dejando fluir poco, sintiendo ganas de destruzar el mundo con una palabra, de solo teclear una letra que diga todo, que no me obligue a tirar horas y horas de hojas y hojas sin encontrarle el sentido a mi disertación.

Ya no más.

Adiós.

No hay comentarios: