jueves, 24 de junio de 2010

Desarmado

Mi cuerpo está regado por toda la universidad. Uno de mis pedazos cayó cerca de tu carpeta. No sé si lo recogiste pero siento tu calor que se transmite por las demás partes, escondidas en la laberíntica y tediosa alma mater. No siento interés; es más, no siento que estés cerca. Así que lanzo nuevamente una parte mía, de las tantas que están dispersas, a tu lado. Mi extremidad cercenada se arrastra a lo largo del piso, va despacio por tus pequeñas piernas, chiquitas proporciones de tu perfección, y me alojo en tu cartera. Me voy contigo.

Y descubro lo interesante que es la vida contigo. Siento tu risa resplandecer por momentos, tu mirada buscando tus lentes metidos en la cartera, topa con mi parte cercenada durmiendo, esperando que me des la cara para verte los ojos pequeños y triste que se convierten en sonrisa cuando me ves y me dices hola.

Ahora lo difícil será buscar mi cabeza y lanzarla cerca de ti para decirte que me gustas.

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