jueves, 17 de junio de 2010

¿En qué me has convertido?

Te miro, fijamente, y me pregunto en qué me has convertido, cuando te das cuenta que te sigo viendo a pesar de que me saludaste días atrás. Me pregunto todavía más cuando sospecho que te ríes secretamente de mi estúpida cara, cuando volteas por el pasillo, donde mis ojos no llegan a ensortijarse de tanto ensortijamiento. Me cuestiono con seriedad cuando tus ojos se abren y los míos se achican, cuando intento arrodillarme y tú vuelas y flotas del piso mugroso de universidad atroz, cuando para que te acerques no se necesitan más de dos o tres pasos; mientras que yo necesito de dos a tres vidas nuevas, que me hagan menos tímido y más lanzado.

Es que me has convertido en un pedazo de papel, con un escrito de HOLA que es mi discurso diario para conocer tus gustos, tus sueños, tus pesadillas bajo la almohada, tus manías, tus juegos seductores, los lentes que no te pones, las veces que cuentas los autos rojos que pasan por la carretera, el chisme del momento con tus amigas, del tema de conversación en mis noches invadidas en alcohol, en mis inconciente deseo que despierta en nocturnas semblanzas...

Me has convertido en el tonto de las notas sin remitente implícito.

No hay comentarios: