miércoles, 7 de septiembre de 2011

Mi nombre es Ramón Sach. Tengo 24 años con 10 meses y dos días. Nací un viernes a las 8:42 pm. y culpo a esa arbitrariedad mi obsesión por la noche. Mido 1,78 cm. y peso 1 000 kg. (no pregunten pero sí, soy grande), aunque ese lejanos viernes del 5 de diciembre del 86 apenas pesaba 7. Tengo el cabello negro, no tanto como quisiera; algunas veces brilla y otras se opaca tanto o más que mi estado de ánimo. Mi cabello no tiene forma, algunos días es lacio, la mayoría intento que sea enrulado y las veces que no quiero, que son varias, son trinchudos.

Tengo lentes y soy sagitario. El signo de sagitario pertenece al elemento fuego y es compatible con los del elemento aire...

Demasiada información que intenta llenar la hoja en blanco. Mi nombre es Ramón Sach y solo quiero escribir una novela.

Hoy comienza la ardua tarea de escribir una novela que tenga final y comienzo, una historia que se rebele en cada capítulo, partes innecesarias para completar la trama, únicas en su singularidad, que forman en su totalidad la historia de alguien que tiene demasiado egocentrismo para escribir de sí mismo, o necesita de esta terapia personal para creerse egocéntrico. Una historia que muestra que mi vida no es tan fascinante como la vivo, sino tan increíble como la veo. Un relato que muestre lo que mis ojos quieren ver, necesitan, o ven en muchos momentos.

La novela tratará de conejos de ojos rojos que se dejan vender en las calles limeñas, de colores roba tiempo que dan bocinazos de bienvenida en la oreja, de mujeres y hombres retorciéndose de pasión en alguna esquina que los complete, de los ojos que nos miran de forma ecléctica, de nuestros ojos mirando de manera holística. Es la historia de todas la mujeres que nunca tuve y la única que quiero ahora. De los fracasos que tuve y las esperanzas que fabrico. Es el cuento de los poemas y versos, de los días grises y noches que no duermo. Una historia que se completará con la secuencia del día siguiente, o el fracaso del día anterior.

Hoy comienzo a escribir esta novela... y así conocí al gato.



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