sábado, 11 de octubre de 2008

11 de octubre (8:35 am.)

Escribiré en un rincón, y delinearé las formas con crayones, para no perder mi camino pueril. Me distraeré leyendo estupideces para lograr que la realidad se convierta en un total absurdo. La música que suena entra por mis oídos y se deposita en mi corazón; luego, como por cosas de la gravedad o simplemente de la tristeza, correrán por mis venas, subirán, desde mi pecho, por el cuello, mi rostro, hasta mis ojos. Saldrán convertidas en lágrimas, y el gran espacio vacío a mi alrededor me dará la razón.
Comeré para saciar el vacío de mi estómago. No puedo permitir tanta melancolía. Veré televisión para saber si tanta trivialidad me hace sentir acompañado, igual a los demás. Jugaré con el silencio, esperando que de diga algo, un susurro y convertirme realmente en su amigo. Me esconderé en el baño, y me mojaré la cara llena de pelusas y manchas rojas.
Me asomaré por la ventana y aullaré con los demás perros, para que sepan que tienen un compañero más, un solitario innato. Me protegeré debajo de mis frazadas, acurrucado en mis almohadas al menor ruido fantasmal y extraño. Me soñaré en un gran campo, y en el cielo sólo podré ver tus ojos y por un momento sabré que el sueño fue bueno.

No hay comentarios: