miércoles, 29 de octubre de 2008

29 de octubre (6:09 pm.)

Desorden, absurdo. Por qué el mundo no puede librarse de estas palabras? ¿Por qué la vida es un continuo ordenar y estructurar? Un gato maullando en medio del parlamento; estructurado: se escapó un gato y se metió al congreso o simplemente es la metáfora de un mal congresista. Por qué nos complican más las cosas. El gato quiere poner orden en la sala, quiere nombrar a sus gatas como sus nuevas parlamentarias, quiere hacer una ley a favor de que los perros no salgan a la calle sin sus dueños. Humanos, siempre idealizando.
Ahora la idea de orden parece sacado de las viejas novelas caballeresca. La vida es como salir de mi desconocida ciudad, andar con mi fiel escudero y encontrar a mi bella princesa. Inicio, nudo y desenlace. La vida parece tan sencilla. Ese sistema ya caducó, corregir así las narraciones es peor que seguir utilizando la palabra enantes. Entonces, ¿cómo quedamos?.
Conclusiones: Desorden y absurdo. Dos cuestiones que nos tirarán de los cabellos y nos dirán muerte al cementerio (Cortázar dixit).

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