jueves, 16 de octubre de 2008

15 de octubre (7:02 pm.)

Hay momentos que te alegran la vida. La llamada de alguien a quien estimas mucho, saludo, un beso. Los rayos del sol en plena mañana, la garúa eterna de nuestra ciudad. Un viento gélido y escalofriante o el calor que entra hasta los huesos. Una sonrisa, gesto o tal vez un simple recuerdo o un pensamiento. En mi caso no fue ninguno de estos.

Caminar y buscar, desilusionarte, volver a caminar, tentar en lo más secreto de tu discernimiento. Seguir buscando y encontrar algo que jamás imaginaste encontrar. Esta tarde vine por un libro, en la mente tenía escrito El libro de los amores ridículos de Milan Kundera. Ya tenía pensado esta compra desde que el título se quedara grabado en la frente. Chinín me acompañó en la compra y fue en el stand de mi casero donde lo encontramos más barato. 25 soles.

Con tal compre me sentí sin recursos. ¿Por qué es tan caro invertir en libros en el Perú? El Chino me miraba aburrido. No sé, me dijo, sólo págame el sol que te preste porque ya me voy. Como siempre Chino aburriéndose tan rápido de las cosas tan cotidianas de la vida. Nos despedimos sin solemnidades; además, mi búsqueda aún no había finiquitado.

Salí del boulevard de la cultura. Demasiado caro. Seguí caminando por Quilca, pasando por el Averno y algunos puestos de libros exiliados del boulevard. Decidí entrar a uno donde en la primera parte primaban los libros bambas de auto ayuda; en la parte más lejana, los libros originales de segunda mano.

Y lo vi. Estaba forrando en un vinifán grueso que lo cuidaba de ese polvo maldito que pretendía envejecerlo. Color negro, letras blancas; en medio un pequeño dibujo de un caballero sin igual, desalineado, cubierto en una armadura trajinada por las constantes batallas junto a su fiel escudero. Editorial Cátedra, con introducciones y estudios, con imágenes... Estaba a segunda mano, pero esta mano no perdería la oportunidad de tenerlo en mis manos.

-Señorita, ¿cuánto está este libro?
Le enseño la portada, rogando por dentro que sea de esas que no saben qué es una edición Cátedra de El quijote de la mancha tomo 1.
-Ese está 15 soles.
-¿Lo puedo abrir?
-Claro joven.

Estaba nervioso. Me tardaba demasiado en quitarle vinifán tan pegado, tan impasible.
-Arránquelo joven -me dijo la señorita al ver el terrible espectáculo, o tal vez exasperada de mi actuación-, yo le pongo otro acá.
-No se preocupe, mientras no sea mío no puedo tratarlo como se me da la gana.

Por fin lo desnudé. Lo observé detenidamente y ya el resto es historia. Me enamoré del ese libro. Le di el dinero y me fui directo a mi casa, no sin antes llamar a Leticia a contarle el feliz acontecimiento.

1 comentario:

u.u dijo...

weeee u_u
creo que vivire algo parecido desde ahra..

no lo siento mucho T_T