viernes, 12 de septiembre de 2008

10 de setiembre (9:34 pm.)

Hoy salí de casa un poco más animado. Había algo en el aire que me ponía completamente alerta, dinámico. Llegué a la universidad y las clases comenzaron. Unas horas después me daría cuenta de la causa de mi estado de ánimo, cosa extraña que no fue la visita de Leticia muy temprano en la universidad. Sino que fue algo tan cercano y alejado a mí. Estabamos haciendo un trabajo de la universidad, cuando de pronto las ráfagas de aire gélido danzaban alrededor de nuestros cuerpo. ¡El frío, el frío!

Fue el día más friolento de este invierno corto, demacrado y flácido. Eden se apretujaba en su asiento, ¡Qué frío, carajo!, decía con los dientes que le rechinaban, mientras me observaba incrédulo por la forma cómo sonreía por tal clima.

Al llegar a casa sólo rogé que este clima siga emocionando mis momentos...

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