Hoy me encontré con Rotalio el Teis. Me saludó desde una nube muy gris, apunto de estallar en una garúa de aquellos tiempos en los que el invierno era respeto. Me preguntó por Leticia y hacíamos balances generales del 1 y 3 meses que tenemos juntos. Vas por buen camino, me dijo y al instante recordó nuevamente su historia de amor, la más grande historia de amor.
Le subí a su nube algunas provisiones para seguir su vieja al otro lado del mundo (el invierno es más fuerte por allá, así que necesita ir preparado). Nos despedimos afectuosamente, diciéndole antes que le mandara saludos a mi doble en la antípoda.
En lo que continuó de la tarde el frío primó en la soledad de este cruel sábado.
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