sábado, 6 de septiembre de 2008

6 de setiembre (10:15 pm)

Continuaré con la narración del viaje a Coayllo, ante los hechos tan relajantes que ocurrieron hoy.

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Todos nos miramos las caras; luego, nuestras miradas se fueron tornando hirientes, despectivas, que se fueron posando en la cara del Chino, que miraba a los alrededores... ahora al recordar esa reacción de Chino las risas se me escapan de los poros. Luego de las improperios, insultos, burlas y futuros castigos, no nos quedo otra opción que caminar, caminar los que pudiéramos, hasta que encontráramos a alguien que nos llevase. Felizmente paso una combi, ruta Mala-playa Bujama. Subimos sin dudar. Hasta dónde nos lleva, maestro, dije un poco excitado por esta aventura. Sólo voy hasta Bujama, pero de ahí salen carros para Coayllo, me respondió el cobrador. Volvieron las risas y las burlas hacia Chino, que aceptaba de a pocos las burlas. Llegando a Bujama, las cosas volvieron a lo mismo... No pasaba ningún auto, bus, combi, ni triciclo para Coayllo. Así que estábamos en el kilómetro 90, caminando en medio de la nada.

Soy sincero para decir que me cuesta expresar lo mucho que caminamos, lo mucho que nos cansamos, lo mucho que levantamos el dedo, esperando que alguien nos llevara por autostop. Entre burlas hacia Chino, bromas, y demás situaciones, no aguantamos más y ya no esperamos la movilidad que nos llevara a Coayllo, sino hasta el lugar más cercano al poblado. Luego ya se nos ocurriría algo.

Esa combi fue nuestra salvación, y todo fue ocurriendo en cámara lenta: el cobrador no decía te dejamos en el puente, de ahí hay carros que se meten a Coayllo. Luego, nuevamente en la carretera, un taxi, 35 soles, ni cagando, otro taxi, 4 soles cada uno, ¡claro que le entramos! 20 minutos, Coayllo, almuerzo, encuestas, nísperos (se robaron como tres bolsas llenas), más entrevistas, fotos, alcalde (y su maldita corrupción), nuevamente de regreso a la carretera (esta vez 4 soles, pero en una combi), luego el Soyus hasta Lima, casa y cansancio total.
Conclusiones: Nunca más hacerle caso a Chino. La población de Coayllo debería saber más de los que hacen sus autoridades con el dinero que perciben. Si bien el distrito ya cuenta con luz e Internet, los campesinos son escépticos al desarrollo, siguen dependiendo completamente de la agricultura. Jhonny, Chino y Eden se ganaron con el níspero. Yo, nunca más con ellos hasta allá.

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