viernes, 25 de diciembre de 2009

Una líneas

Tengo unas líneas en la cabeza, unas cuantas palabras que quiero decirte clandestinamente, bajo la suavidad de las sábanas, tras 15 soles en el mostrador del hostal, tras el preservativo sagrado, tras la noche que nos envuelve en sueños y deseos.

Tengo un par de lágrimas para tu espalda, para tu cuerpo que se aleja de a pocos, para tu mirada al techo oscuro, para mi cuerpo que se acerca y que no aceptas, para tu voz que se quiere escabullir tras la puerta, bajar las escaleras, recoger el DNI y salir de esa calle angosta y sucia.

Unas líneas para tu sexo, para tu sudor que me cae en el rostro, para tus jadeos reprimidos en mi oreja, para tus movimientos desesperados y plausibles, para tus poses que me enloquecen, para tus orgasmos primerizos, para mi satisfacción posterios.

Tengo unas líneas para las locas ganas que tengo de hacer contigo lo que hice con otras. No esperando hacer lo mismo, sino haciendote sentir distinta que otras tantas, bajo el suspiro anhelado de la luna.

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