jueves, 31 de diciembre de 2009

Como la última vez

Volviste, con letras bañadas en silencios oscuros, en viejos apretones de rostro, jugando con mis dedos y mi cabellos. Sacándome un no sé qué de la nariz. Volviste con todos los viejos hábitos, convertidas en palabras y no sé con qué motivo, a responderme algo, a intentar hablar.

Volviste como la última vez, en anónima exigencia, en oculta auscultación. Volviste con las frases que yo sólo sé descrifrar o eso es lo que quiero creer. Volviste con la vieja intención de intentar un infame insulto, in memorian de nuestro querido pasado, casi lejano, casi fresco.

Volviste como la última vez, tendida en una pantalla que me escribía, que me veía, ahora de manera distinta, que me pensaba, ahora mucho menos que antes, que me respondçia, ahora con frases laberínticas y fondos y misteriosos. Tuviste que volver con escritos de piel, hablando de hombros y palabras, de recuerdos y sensaciones que no son nada.

Volviste, con letras bañadas en olvido, en vieja cobardía que sólo lo conocí en ti.

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