viernes, 3 de abril de 2009

-Intermezzo-

Pero Elizabeth poco a poco se va convirtiendo en sombras. Desdichada naturaleza humana que nos hace olvidar tan rápido, especialmente si son de desechos malhumorados y lastimeros. Una nueva imagen se va formando en mis pensamientos y en mi labios van pronunciando un nuevo nombre.
La nueva personificación me mira mientras camino por la acera sonriente. No deja de hacerlo y me conmueve, me atrapa, me deja tirado sobre el cemento comprimido por nuestros pecados y la miro nuevamente y sus ojos me derriten. Camina a mi lado, al lado de todos nosotros, pero apenas soy yo quien puede ver como sus ojos me ven.
El intermedio va terminando y yo me veo obligado a pensar nuevamente en Elizabeth, aunque mis deseos ya estén en otro rostro.

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