martes, 7 de abril de 2009

My mustache

En un acto de total desperdicio por los recuerdos, desprecio por su existencia y tratando de olvidarse del antiguo hombre que vivía en su interior, Ramón decide hacerse un cambio radical (si es que así puede llamarse) de su aspecto físico. Dejarse el bigote.
Muchos de sus héroes tiene bigote, contando: Ribeyro, Cortázar, Vargas Llosa, Márquez, Sábato; y eso que no contamos a sus héroes musicales: Bonham, Mason, Harrison, etc, etc. Ramón se deja crecer el bigote y ve un cambio demasiado nimio en su estructura facial. Decide hacer otra cosa, emulando el final de una novela ribeyriana.
Toma el rasurador y gritando perdón a sus principios, se afeita la barba que lo caracterizó por más de 6 años, casi desde la escuela hasta la universidad. Se afeito la presencia que construyó con esfuerzo corporal y haciendo un símbolo característico en él. Se convirtió en otra persona.
Pero llegando a la universidad y viendo que todos lo trataban como si nada hubiera pasado, se dio cuenta que las peripecias por cambiar radicalmente no sirvieron. Ya se sentía un estúpido por tanto drama cuando una amiga a lo lejos le dice: "Buena con el bigotito".
Ramón comprende que siempre habrá alguien a quien sorprender. De algo sirvió tanto cambio.

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