Siempre me he sorprendido al ver un gatito echándole tierrita a su mierda. ¡Sí! es muy chistoso ver al gatito (que puede ser un gato feo y flaco) arrastrándole la tierrita a su mierdecita. Como todo, este suceso me trae a la mente, nuevamente, el poemita de Luisito: Lo mejor que me sucedió fue haberte conocido.... . Déjame agregarle unas líneas más, Luis (felizmente estás muerto, para que no te vuelvas a morir al ver tremendo cambio): Lo mejor que me sucedió fue haberte conocido, perdido, olvidado y desechado; como la tierrita en la mierda.
Pero el gato sólo puede desenvolverse de esa manera... es algo natural al momento de tener una mierdecita adelante; lo hace por instinto. Así que uno ya sabe cuando un gatito tapa la mierda con la tierrita. Lamentablemente algunas veces uno se da cuenta cuando soltará la mierdecita. Pero bueno, más vale tarde que nunca.
Así que, si te desenvuelves de la forma que quieres y se desenvuelve de la forma que quiere, estoy seguro que alguna vez la tierrita y la mierda aparecerán, pues algunas respuestas de verdad son tremendas mierdas que no las tapan ni la mayor cantidad de tierra y menos un gato capaz de mover toda esa tierra. Entonces la mierda queda ahí, con mosquitas y todo, y se vuelve una tremenda tira cómica, de esas que no hacen llorar, sino reír; pero con una risa estruendosa, esa con voz y cuerpo, esas que el tiempo sabe controlar.
Sólo queda decir que hay una mierda bien enterrada bajo tierra, allí donde hay tierra subsuélica, ésa que sabe a petróleo, a minerales, a fósiles prehistóricos; la mierdecita descansa en el fondo hace mucho. Como para decir ¡plaf!... se acabó.
1 comentario:
deja ne paz a los gatos,
a Luis Hernandez,
a la mierda.
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