Mis noches son cada vez más inesperadas. No sé que me puede deparar la hora de dormir, sino es más que silencio, oscuridad, ojos abiertos sin descanso y recuerdos que ya carecen de sentido y se desgastan de tanto evocarlos. Las noches son ahora situaciones que no insmiscuyen al relajo ni a la solución al cansancio. Es más, me estresa, me pone nervioso, me hace temblar.
Las noches más tranquilas son esas las que no me dejan dormir.
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