miércoles, 13 de enero de 2010

Sobre besos y miradas

No hay nada extraño en ver a un pareja besarse en un asiento delante del mío. Enamorados, fieles servidores de sus pasiones, dejándose llevar por el lúnatico ser que vive dentro de sus pechos, de su corazón latiente, casi salvaje explotando por el amor y el deseo...

No hay anda extraño en eso hasta que siento una mirada inquisidor que me persigue, que me ve viendo a través de la ventana el paisaje sideral. No es nada extraño ver como dos enamorados se besan; pero lo es cuando la mirada viene de ahí, en práctica intrigante y extraña.

Me ve. Los labios besan, pero los ojos me escrutinan bajo la aparente demostración de amor. La veo unos segundos... no puedo contener la mirada y me alejo con una sonrisa interior. No encuentro nada más despreciable que ser observado por el amante de otro. Cerrar los ojos en el momento del beso solo significa que no hay nada más importante en ese instante que demostrarle el amor y la dedicación al otro.

Pero ella me ve, con los ojos puntiaguados y yo la trato de esquivar...

1 comentario:

Melissa Alighieri Vallejo dijo...

OoO..samico tiene jale!! jaja...q historia tan rara.pa mi no es raro..pro eso d la mirada..tal vez eia no lo hacia por amor..simplemente es otra cosa..o estaba asegurandose d q no la veia o q el otor estaba co lso ojos cerrados pro..o me gusta esa vaina