Ayer te vi cruzar la calle y dejé que te vayas. No quise molestarte con holas aprisionados en sentimientos ajenos o revueltos. Te dejé ir, con tu andar desinteresado, con tus ojos fijos en el horizonte. Yo te seguí con la mirada, con el viejo rostro que busca que voltees y que me digas el holas que tanto se contrasta con el mío. Pero sigues de largo.
Yo también. Camino para la otra dirección, dejando tu andar sensual y tu cabello que bailotea a cada paso.
Adiós.
1 comentario:
puxa q profundo weon! y pesaste eso con solo verla caminar???
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