lunes, 23 de agosto de 2010

Una vez soñé

Cierta vez soñe que regresabas. Que aparecias ante mis ojos y que me cubrías con tu sonrisa, que caminabas con tu garboso paso de gata atigrada. Soñé que me hablabas, que volvíamos a discutir de los mismos problemas que nunca resolvimos. Que recordábamos viejas vivencias, viejos juegos, viejas canciones que son tan nuevas, tan presentes. Soñé que tu voz aparecía por los cables telefónicos, diciendo nuevamente mi nombre, sonando a susurro, a arrullo. Soñé que volvía a soñar contigo en mis noches de camas desordenadas y de cabellos al aire.

Soñé que me mandabas mensajes, que me llamabas al celular. Soñé que aparecías tan volatil una noche de fin de semana, con las botas, el pantalón que desesperó mis ansias, con la boina que remarcó tus pecas. Soñé con mis brazos temblando hasta el infinito, dejandome llevar por el nerviosismo de tu presencia frente a mí. Que nuestros pies jugaban en la clandestinidad, que nuestras miradas no hacían más que taladrar nuestros corazones. Soñé que la noche era nuestra cómplice, que bajo un acorde inusual te besé como siempre lo soñe, abrazándote bajo las miradas alcoholizadas, en el vaho de eterna confusión que nos consumía.

Soñé que te odiaba, que lo odiaba, que me odiaba. Soñé en eternos silencios pensando en mi futuro, acaso tu futuro conmigo, y soñé que nada es perfecto, que la vida es una mierda que se tiene que comer a puro pulso, porque sino el crimen no se resuelve. Soñé a que jugaba contigo a ser enamorados de nuevo. Soñé que te tuve en brazos, que te desnudé, que te hice mía a punta de intenciones que se mantenían dispuestas en dos bandos, entre la certidumbre y la indecisión. Soñé que te hacía mía, que escuchaba tu voz pronunciar mi nombre. Soñé tus gemidos, soñé ese te amo, soñé mi ultimatum, soñé mi tristeza, soñé las peleas, soñe el adiós... Te soñé.

Y ahora no importa. Me he levantado, como en un sueño pesado, sudando, con la respiración agitada, siento algo en los ojos, algo que cae por mis mejillas, no sé. He soñado... ya nada importa. Estoy despierto.

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